Espiritu Santo
Enviado por Gabylucrecia • 10 de Julio de 2015 • 893 Palabras (4 Páginas) • 219 Visitas
Vida del Espíritu en familia.
"El endemoniado de Gerasa" (Mc, 5, 1-20)
En esta palabra vemos dos momentos perfectamente diferenciados. Un antes del encuentro con Jesús y un después. Esto representa nuestra conversión.
Antes, simboliza el hombre viejo, el hombre según el mundo y la carne. Vive para ser independiente, autónomo, que nadie le diga lo que tiene que hacer, libre de toda atadura. Mora entre los sepulcros, es decir en la cultura de la muerte, la cultura egoísta que no produce frutos. Se autodestruye a sí mismo, se hace daño buscando la felicidad, se evade por los montes...
Después, simboliza el hombre nuevo, revestido de Cristo, "está sentado, vestido y en su sano juicio". Se ha encontrado con el Señor y lo liberó de sus ataduras. Sabe que no volverá nunca a su vida pasada. Dios da un sentido nuevo a su vida. Este hombre ha hecho un buen retiro. Pero ahora.... ¿qué tiene que hacer con su vida?
Dice la Palabra que estando ya Jesús subido a la barca para marcharse, este hombre le suplica: “Déjame ir contigo". Déjame recorrer el mundo anunciando tu nombre. Déjame quedarme a tu lado y te serviré.
Jesús le dice: "Vete a tu casa y a los tuyos y cuéntales cuánto el Señor ha hecho contigo y cómo ha tenido misericordia de ti". Jesús le dice: Tienes otro quehacer. Quiero que hagas otra cosa. Tienes que servirme de otra manera. No consideres la vida seglar un sucedáneo. La espiritualidad seglar deberá consistir en llenar de valor sagrado la vida profana. En hacer presente a Cristo en el mundo.
Nos falta la conciencia firme y alegre de estar en misión. La mayoría de los seglares desconocen su vocación o no la aceptan. Sienten que Dios les llama a ser servidores de su grupo, a un ministerio, a trabajar en la Parroquia. Pero ante todo Dios nos necesita y cuenta con nosotros para mejorar y santificar el mundo. Dios nos ha dado un puesto de trabajo, una familia,... Y nos dice te necesito, "Como el Padre me envío, así Yo os envío".
Un "lugarteniente" es aquel puesto es lugar de. Esto nos pide Dios a cada uno. Nos necesita para hacer feliz a este hombre, a esta mujer, para guiar a estos hijos.
¡Sintámonos hoy orgullosos de esta misión! Tan humana y tan divina como el mismo Jesús. Desea encarnarse en nuestra vida. Cuando nuestra vida familiar nos resulte fastidiosa debemos meditar, orar y ver la vida oculta de Jesús.
"Tanto amó Dios al mundo que envío a su hijo único". Ahora te envía a ti. Te envía para completar la redención. Hay que hacerlo en el quehacer de cada día, en la rutina de cada día, en la muerte y entrega por los nuestros. Mientras sigamos considerando parte de nuestra vida familiar un fastidio no estamos preparados para evangelizar, llevamos todavía nuestro protagonismo, nuestro yo, nuestras ansias espirituales.
"Yo
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