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Eucaristia


Enviado por   •  1 de Octubre de 2013  •  19.892 Palabras (80 Páginas)  •  248 Visitas

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EVALUACION DEL 2º CICLO DE LITURGIA

1. Describa el esquema general de la Celebración Eucarística, distinguiendo: ritos iniciales, liturgia de la Palabra, liturgia eucarística y rito de despedida.

La Eucaristía, como dice el Concilio Vaticano II, insistió muchas veces Juan Pablo II a lo largo de todo su pontificado y sigue repitiendo Benedicto XVI, es el centro y culmen de la vida cristiana.

Pero puede suceder que cuando participamos en ella cada domingo, e incluso a diario, lo hagamos de manera rutinaria o al menos sin comprender en toda su riqueza aquel misterio que encierra. Por ello intentamos ahondar no sólo en algunos aspectos de la Celebración Eucarística sino en su propia esencia, para que la Eucaristía no se quede en mero cumplimiento de un precepto sino sea algo que, con ansia, esperamos llegue cada semana o cada día. Y viviéndolo en toda su profundidad sepamos transmitir todo su valor a quienes lo ven como una carga o no le encuentran suficiente sentido para “perder” cada domingo un tiempo que puede aprovecharse en otra cosa.

LA EUCARISTÍA CELEBRACIÓN DE LA COMUNIDAD

La Eucaristía es la celebración gozosa por la comunidad cristiana, del misterio de la Pascua, es decir, de la muerte y resurrección de Jesucristo. Cada domingo, cuando asistimos a la Eucaristía, hacemos lo que, desde el comienzo de la Iglesia, han hecho los cristianos: reunirse EL DÍA PRIMERO DE LA SEMANA para celebrar y actualizar la resurrección de Cristo, su paso de la muerte a la vida. Su triunfo del mal por el cual nosotros también hemos triunfado: hemos sido liberados y hemos renacido a una vida nueva, la vida en Cristo por la fe.

Se trata, pues, de una celebración gozosa por la comunidad cristiana, del misterio de la Pascua en el mismo día en que se produjo la resurrección de Jesucristo y, por ello, no puede ser sustituida, dicha celebración, por la participación en la Eucaristía cualquier otro día de la semana. Recordemos lo que dice el Concilio Vaticano II al respecto: "La Iglesia, por una tradición apostólica que se remonta al mismo día en que resucitó Jesús, celebra el misterio pascual cada ocho días, el domingo o Día del Señor". (SC 106).

Si viviéramos estas verdades en toda su profundidad sentiríamos la necesidad de acudir con vestido y talante de FIESTA cada vez que nos reunimos para celebrar la Eucaristía el Día del Señor e iríamos conscientes de que formamos y actuamos como comunidad que celebra su fe y que toma las fuerzas para llevar a la vida aquello en lo que cree y celebra.

El primer aspecto que debemos tomar en consideración es que la LITURGIA DE LA EUCARISTÍA se desarrolla conforme a una estructura fundamental que se ha conservado a través de los siglos hasta nosotros.

No se trata, pues, de algo arbitrario que se puede cambiar, sino de algo que los cristianos hemos guardado celosamente desde tiempos de los apóstoles.

Esta estructura comprende dos grandes momentos que forman una unidad básica:

La LITURGIA DE LA PALABRA, con las lecturas, la homilía y la oración universal.

La LITURGIA EUCARÍSTICA, con la presentación del pan y del vino, la acción de gracias consagratoria, es decir, la consagración, y la Comunión

El sacerdote, en la persona de Cristo, preside nuestra Asamblea y todos tenemos parte activa en esta celebración.

DESARROLLO DE LA CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA

RITOS INICIALES:

Los ritos iniciales tienen la finalidad de introducimos en la celebración litúrgica. Hacen que nos sintamos en situación de asamblea reunida en torno a Cristo y crean el clima propio del Tiempo Litúrgico o Fiesta que se celebra.

Estos ritos son: el CANTO DE ENTRADA, el SALUDO, el ACTO PENITENCIAL, el GLORIA y la ORACIÓN llamada Colecta.

Durante estos ritos, permanecemos en pie, reflejando así nuestra actitud de respeto y de disponibilidad.

EL CANTO DE ENTRADA

Crea ambiente de Asamblea Litúrgica y da el tono religioso de la celebración.

Al llegar al ALTAR, el sacerdote lo besa porque es SIGNO DE JESUCRISTO, PRESENTE EN MEDIO DE LA COMUNIDAD.

El sacerdote y la asamblea hacen la SEÑAL DE LA CRUZ.

SALUDO

A continuación el sacerdote, por medio del saludo pone de manifiesto la PRESENCIA DEL SEÑOR.

Con este saludo y la respuesta del pueblo queda de manifiesto el MISTERIO DE LA IGLESIA CONGREGADA. No somos individuos aislados que podamos estar a nuestros rezos particulares, sino que formamos una Asamblea presidida por el sacerdote y nos unimos a la Iglesia Universal para elevar nuestra acción de gracias al Padre por medio de Jesucristo y participar en su sacrificio.

ACTO PENITENCIAL

Dentro de los ritos iniciales y una vez que nos sentimos formando parte de esa asamblea de creyentes congregados por Jesucristo, tras el Canto de Entrada y el Saludo del Sacerdote, realizamos el acto penitencial que es un momento de silencio para reconocernos pecadores en la presencia acogedora y salvadora de Dios. No se debe confundir con un examen de conciencia.

Concluye con la petición de perdón por los pecados cotidianos, de los que nadie está libre.

EL GLORIA

Sintiéndonos miembros de la asamblea de creyentes congregados por Cristo y una vez purificados por el acto penitencial, prorrumpimos en un himno de alabanza, el Gloria, himno alegre y festivo pensado para ser cantado.

Cuando no se canta hay que evitar que la recitación sea precipitada o cansina, pues pierde su sentido de alabanza alegre.

ORACIÓN COLECTA

Los Ritos Iniciales se concluyen con una oración que recibe este nombre de "COLECTA" porque es la primera oración que realiza la asamblea reunida ("Colecta" en latín).

Tras la invitación "OREMOS" hay un breve silencio para que todos podamos ponemos en situación atenta de plegaria, plegaria que es de toda la Iglesia hecha presente en nuestra Comunidad. Por ello, en esos momentos de silencio, también debemos de abrir nuestro corazón y nuestro espíritu a esa dimensión universal saliendo de los límites de nuestros problemas particulares y estando muy atentos a lo que, en ella, se pide.

La oración concluye con el AMEN suplicante y confiado de toda la asamblea.

LITURGIA DE LA PALABRA:

Tras los ritos iniciales que nos han preparado y constituido como asamblea que celebra gozosamente su fe, comienza propiamente la Liturgia de la Palabra.

La proclamación de la Palabra de Dios es el momento central de esta parte de la Eucaristía. Tiene su origen en la Liturgia Sinagoga: los judíos el día de fiesta, el sábado, se reunían en la Sinagoga y leían y comentaban la Escritura. Jesús, como buen judío que era, también lo hacía (Lc 4,16ss). Los

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