LA PROMESA DEL ESPÍRITU SANTO
Enviado por jepam • 30 de Marzo de 2013 • 876 Palabras (4 Páginas) • 546 Visitas
CAPACITACION DE DISCIPULADO
TEMA: "LA PROMESA DEL ESPÍRITU SANTO"
LECCIÓN # 6
INTRODUCCIÓN:
El gran regalo de Cristo para sus seguidores fue la plenitud del Espíritu Santo. Al
estar Jesús con sus discípulos en el monte de los olivos justamente antes de su partida al
cielo, sus palabras fueron que "esperasen la promesa del Padre, la cuál oísteis de mí, Porque
Juan ciertamente bautizó con agua, más vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo
dentro de no muchos días". (Hechos 1:4-5).
Después de hablar estas palabras el Señor ascendió al cielo, y los discípulos
regresaron a Jerusalén en donde pasaron los siguientes diez días en oración y adoración.
Luego, repentinamente, descendió el Espíritu Santo. Entró como un viento recio y llenó
toda la casa donde estaban sentados y todos comenzaron a orar en otras lenguas, como el
espíritu les daba que hablasen. Este don maravilloso que recibieron revolucionó sus vidas e
hizo que el fuego de Dios ardiera en sus corazones.
Examinemos algunas verdades que son vitales en relación al Espíritu Santo.
I. JESUS NECESITO SER LLENO DEL ESPIRITU SANTO.
Cristo el Hijo de Dios, bajó del cielo. Debido a que El se desvistió de su gloria y se
hizo hombre, El estaba sujeto a las flaquezas del hombre (Hebreos 5:7-9). Y en este
papel humano como el hijo del hombre, El necesitó el bautismo en el Espíritu santo.
Y por lo tanto, antes que principiara su ministerio público. El recibió el Espíritu
Santo al ser bautizado por Juan en el río Jordán.
"Y Jesús, después que fue bautizado, subió luego del agua; y he aquí los cielos le
fueron abiertos, y vio el Espíritu de Dios que descendía como paloma, y venía sobre
él". (Mateo 3:16).
II. EL ESPIRITU SANTA TE DARA FUERZA PARA UNA VIDA SANTA.
"Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús,
los que no andan conforme a la carne, más conforme al Espíritu. Porque la ley del
espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
Porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las
obras de la carne, viviréis". (Romanos 8:1,2 y 13).
Aquí se nos dice que el Espíritu santo nos libra de la ley del pecado y de la
muerte. Sin el Espíritu, los intentos del hombre de vivir una vida santa son
infructuosos, con nuestras propias fuerzas solamente, no podremos vivir una vida en
victoria. Pero, con la ayuda del Espíritu Santo, nuestro futuro está asegurado.
"Porque yo conozco los planes que para vosotros tengo, dice el señor. Planes
de bien y no de mal, para daros un futuro y una esperanza". (Jeremías 29: 11)
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III. NOS GUIARA HACIA TODA VERDAD.
"Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar.
Pero cuando venga el Espíritu
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