Los Sacramentos De Iniciación

Los Sacramentos de Iniciación

Desde tiempos remotos Dios, busca comunicarse con su criatura y el medio ideal ha sido y es, la Creación misma. En cierto sentido, la dinámica sacramental comienza en la vida íntima de la Santísima Trinidad. Es una iniciativa de Dios. No puede haber un sistema sacramental, sin antes haberse realizado la creación material, que a su vez hace posible el misterio de la Encarnación. Dentro del plan divino de salvación, Cristo ha venido para para revelar y hacer presente a la humanidad, la vida y el amor de la Santísima Trinidad y, para restaurar la Comunicación.

( diagrama de COMUNICACIÓN )

La creación del hombre y la mujer ofrece una base más para comprender los sacramentos, puesto que la persona humana es al mismo tiempo material y espiritual, externa e interna, visible e invisible. Por consiguiente, estos elementos deben estar presentes en los sacramentos y en la liturgia para embonar con la naturaleza humana.

(diagrama de MATERIAL – ESPIRITUAL)

Los sacramentos son signos sensibles que comunican Gracia:

CONCEPTO DE SIGNO Y SIMBOLO

La palabra signo proviene del término latino signum. Se trata de un objeto, fenómeno o acción material que, por naturaleza o por convención, representa o sustituye a otro. Un signo es también un indicio o señal de algo.

Para comprender la liturgia y los sacramentos es necesario saber bien lo que es un ‘signo’. En la vida moderna vivimos continuamente en medio de ‘signos’. Una huella digital es un signo, que la policía estudia, por ejemplo: para dar con el autor de un crimen. El humo que aparece a lo lejos es signo de fuego. Un semáforo en rojo es signo de que no se puede pasar. El darse la mano es signo de amistad. Hay, pues, cosas, acciones palabras, etc. Que son signos.

El hombre tiene necesidad de signos, precisamente porque no es solo espíritu sino que está compuesto de alma y cuerpo, y se expresa por medio de cosas, palabras, acciones, etc.

También el Señor, que sabe muy bien cómo estamos hechos, ha querido usar signos para trasmitirnos sus dones espirituales: la gracia y la vida divina. . . El mismo durante su vida en Palestina, usó signos (cosas, como el agua, gestos, como imponer las manos, tocar las orejas o la lengua, soplar, etc.), para expresar las realidades divinas que quería trasmitir a los hombres.

Jesús no solo usó signos, sino El mismo es el gran signo de la misericordia salvadora de Dios. Dios no ha querido salvarnos en forma puramente espiritual, sino de manera sensible, esto es, correspondiendo a nuestra naturaleza de cuerpo y alma. El cuerpo depende de los sentidos que, a su vez, trasmiten sus percepciones a la mente o espíritu. A esto corresponden los signos que recibimos con nuestros sentidos, esto es, corporalmente y nos señalan realidades invisibles del alma.

Dios se hace visible y palpable en la encarnación de su Hijo (Jn 14,9; Col 1,15; Tit 2,11; 1Jn 1,1). Y toda la obra de Cristo nos manifiesta el amor salvífico del Padre (Jn 3,16). De aquí decimos con razón, que Jesús es el signo por el cual el Padre se manifiesta.

Símbolo = representación gráfica que puede ser parte del signo.

* Los signos pueden ser comprendidos por los seres humanos y algunos por los animales; los símbolos no.

Qué se entiende por símbolo De raíz griega, el término símbolo procede del verbo sym-bállein, equivalente a unir dos mitades, y de ahí que en su primitiva acepción jurídica se denominaban símbolos a las dos mitades separadas de un anillo, de una moneda o de cualquier otra cosa que, al juntarlas, constituían un todo y daban fe de la anterior relación que había existido entre sus dos poseedores El símbolo, desde su base filológica, significa alguna realidad, y a la par testifica que se ha cumplido lo previamente anunciado. Con lo que, desde su origen lingüístico y semántico, el símbolo contiene también un significado de comunicación entre dos personas que están circunstancialmente distanciadas entre sí, aunque tienen un destino de común participación. Este sentido de llegar a establecer una comunicación, y por su medio un conocimiento entre dos realidades previamente desconocidas, aunque vinculadas, es desde su origen la nota diferencial del símbolo,

que aparece siempre colocado entre dos elementos a los que sirve, ejerciendo entre ellos una función de puente.

Marco histórico en el Antiguo Testamento

Los signos externos de los Sacramentos, son posibles gracias a la Creación y fueron PREFIGURADOS en diversas formas en el antiguo Testamento

*Gen.1,2 …el Esp. De Dios aleteaba

Signos Prefiguración *Diluvio. 1Pe.3,20

y *Circunc. Col.2,11

Sacramentales Preparación *Mar Rojo 1Cor.10,2

*Río Jordán 2R.5,8

*La más famosa Prof. Ez.36,25

Desarrollo Histórico en el Nuevo Testamento

Dios nunca ha estado obligado por una necesidad interior o exterior ni a crear, ni a revelarse, ni a compartir su vida y su amor. Sin embargo por un decreto de amor incomparable y como un don gratuito, nos otorga su Gracia a través de los sacramentos. Jesucristo es el Sacramento del Padre, el único que es enviado por el Padre y puede hacerlo visible, con el poder del Espíritu Santo.

El inicio de nuestra Salvación se realiza a través del Sacramento del Bautismo administrado por los apóstoles, desde el primer siglo de nuestra era Cristiana. Múltiples son los textos cristianos que prueban la existencia del bautismo en la Iglesia primitiva. La Didaché, que data aproximadamente del afio 100 d. C., habla de un rito de inmersión en agua corriente, y también de un triple derramamiento de agua sobre la cabeza del candidato. San Hipólito, que escribió cerca del afio 215, nos dejó una detallada descripción del bautismo tal corno era celebrado en Roma por aquel entonces. Un periodo de catecumenado, que duraba hasta dos o tres años, preparaba para recibir el sacramento. El rito era muy semejante a la ceremonia actual, con varias unciones y con el exorcismo antes del bautismo, la profesión de fe, el bautismo por inmersión y, por último, la unción postbautismal. También menciona el bautismo de niños, en el que los padres respondían a nombre de sus hijos.

Escrito a finales del segundo siglo, todo el tratado de Tertuliano sobre el bautismo, constituye la más antigua monografía sobre este sacramento, y presupone tácitamente que Cristo instituyó el sacramento. San Agustín lo afirmó con toda claridad: “el bautismo no depende ni de los méritos de los que lo administran ni de los de aquellos que lo reciben, sino que posee su propia santidad y verdad, por los méritos de quien lo instituyó”. La institución del bautismo por

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