Manual De Misiones
Enviado por japasworld • 28 de Marzo de 2014 • 3.423 Palabras (14 Páginas) • 311 Visitas
PRINCIPIOS GENERALES
¿Qué es la Misión?
El trabajo realizado en Semana Santa se llama "misión", que quiere decir "envío", porque es un trabajo cuya iniciativa es de Dios; El es el que envía y da las metas y modalidades fundamentales de lo que tenemos que hacer.
Este envío de Dios iniciado en Cristo Jesús, se nos hace hoy a través de la Iglesia que es la que nos envía como bautizados y confirmados.
Objetivo fundamental de la misión
El objetivo fundamental de la misión es la extensión del Reino de Dios, es decir, el ser testigos y propagadores tanto del amor de Dios al hombre y de su plan de salvación, como también del amor a Dios y al prójimo.
Objetivo particular de la Misión de Semana Santa
Ser signos y portadores del amor de Dios aprovechando este tiempo fuerte de la religiosidad católica popular, llevando ese amor de Dios a los lugares donde vamos:
• Con nuestra propia presencia y convivencia amistosa
• Con la atención a múltiples necesidades corporales, espirituales y sociales de la gente
• Con la reflexión evangélica de varios temas fundamentales de la vida cristiana (temas formativos)
• Con la animación especializada de la celebración del Misterio Pascual, es decir, de la Pasión, Muerte y Resurrección de nuestro Señor Jesucristo (celebraciones religiosas y litúrgicas populares de la Semana Santa).
• Con la animación de fuerzas que inicien o continúen su servicio al Pueblo de Dios (búsqueda vocacional de apóstoles).
Método
El método con que realizamos nuestra misión es el método evangélico del amor y de la entrega servicial.
Este método evangélico lo llevamos a cabo al estilo de María del Refugio y su hija Ma. Teresa Cancino, quienes son un regalo para la iglesia entera. Este estilo pide la razón, la religión, la amabilidad, la sencillez del espíritu de familia, la presencia cercana y siempre educativa del misionero en medio del pueblo, la alegría, el trabajo incansable, la creatividad, la unión con Dios, el optimismo, la preferencia por los niños, adolescentes y jóvenes, alrededor de los cuales se debe mover a todo el pueblo...
Preparación
Debemos tener presentes los siguientes principios:
• Nadie puede dar lo que no tiene.
• Somos instrumentos en manos de Dios, pero instrumentos que pueden dificultar o facilitar la obra de Dios.
• La gracia no suple a la naturaleza.
• A Dios rogando y con el mazo dando.
Si queremos ser buenos misioneros debemos capacitarnos cada vez más para poder servir; por otra parte, a mayor capacitación, mayor posibilidad de adaptación para poder responder adecuadamente a las
diversas situaciones que se nos presenten.
Mientras más sencilla sea la gente, más profundidad deberíamos tener para poderles dar lo más importante; es una crueldad e injusticia intolerable lo que hacen dizque educadores con niños o gente ignorante enseñándoles cosas meramente superficiales e inútiles, en vez de aprovechar el momento para darles las enseñanzas más vitales.
Esto debe decirse de manera especial de lo religioso y, sobre todo, de lo cristiano; por ejemplo, hay gente que hace gastar la memoria, la atención y el tiempo a los niños haciéndoles aprender los nombres de los doce apóstoles, los nombres de los objetos que se usan en la Misa, de nombres y detalles bíblicos intrascendentes, etc., sin enseñarles antes lo fundamental.
El misionero debe tener una preparación remota: las cualidades-básicas requeridas para la misión no se improvisan, es necesario saber leer en público, saberles sacar un buen volumen a la propia voz y hasta gritar, conocer lo fundamental de la fe cristiana, llevar una vida cristiana coherente con la fe, tener una cultura básica, conocer las normas básicas de pastoral y de psicología y pedagogía, saber orar y participar en la liturgia, formarse al liderazgo, estar lleno de amor por los demás, saber dialogar, etc. etc.
Por eso, los grupos" misioneros" cuyo objetivo es tener experiencias misioneras en Semana Santa, en vacaciones o en otras ocasiones, no pueden reducir su preparación a la sola preparación de esas actividades concretas, sino que deben propiciar una preparación básica remota, es decir, una verdadera formación humano-cristiana integral.
El Misionero debe prepararse para la misión
• Estudiar y poseer los temas
• Elaborar materiales para las pláticas
• Orar por los destinatarios y compañeros de misión e irse ya confesados
• Conocer este Manual del Misionero o cosas semejantes
• Vivir una actitud de disponibilidad a la Voluntad de Dios para las tareas y destinatarios que le van a ser designados
• Participar en las reuniones de preparación e integración
• Aprendizaje de cantos
• Aprendizaje de dinámicas y juegos
• Aprendizaje de las celebraciones de Semana Santa y de los elementos de participación
• Amor a los compañeros de misión
• Acopio de las cosas materiales y recursos para la misión (por ejemplo, material didáctico, material para las celebraciones, dinero para el pasaje, medicina y ropa para los lugares más pobres, etc.)
El Misionero debe tener una preparación inmediata, ya en el lugar
• Integración del equipo
• Oración
• Análisis de la situación
• Aceptación alegre de la Voluntad de Dios
• Arreglo de los locales o lugares de reunión
• Amor personalizado a los compañeros de equipo y a los destinatarios concretos
PERFIL DEL MISIONERO
1.-Centrado en Dios
• El misionero tiene siempre por objetivo de todo a Dios y la extensión de su Reino.
• No es un mero filántropo constructor de la sociedad civil, sino un constructor de la civilización del Amor, donde Dios es el Centro y el Motor.
• No se busca a sí mismo ni hace las cosas para lucirse y hacerse notar, al contrario, trata de impulsar a la gente misma del lugar para darle confianza.
2.-Dignamente presentado
• En el vestido tiene en cuenta el clima y circunstancias del lugar, pero las mujeres misioneras evitan cualquier cosa que pueda provocar la falta de respeto contra ellas.
• Los varones no se permiten modas estrafalarias, de dudosa virilidad o modas que no son todavía aceptadas a nivel general, principalmente en el lugar donde se va.
• En las celebraciones litúrgicas cuida aún más su buena presencia.
3.-Amable y respetuoso
• Se distingue por el trato amable y respetuoso con todas las personas.
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