Matrimonios Entre Parejas Del Mismo Sexo

Matrimonio entre parejas del mismo sexo

La vertiginosa evolución de los tiempos nos confronta con dilemas existenciales que generaciones pasadas no se atreverían a plantearse. Tal es el caso del tema que recientemente ha ocupado las primeras planas de los diarios. El matrimonio entre personas del mismo sexo desde la perspectiva del derecho, de la religión y de la opinión pública es un tema que dará mucho de que hablar.

En Puerto Rico, el Código Civil, en el Artículo 68 expresa que: “El matrimonio es una institución civil, que procede de un contrato civil, en virtud del cual un hombre y una mujer se obligan mutuamente a ser esposo y esposa y a cumplir el uno para con el otro los deberes que la ley les impone. Actualmente cualquier matrimonio entre personas del mismo sexo contraído en otras jurisdicciones, no es válido, ni reconocido en derecho en Puerto Rico. Sin embargo, resulta curiosa la contradicción que surge de la misma ley. Según lo cita el Artículo 2, Sección 1 de la Constitución: “La dignidad del ser humano es inviolable. Todos los hombres son iguales ante la ley”. Si esto es así; ¿Por qué no se respeta la unión entre personas del mismo sexo, si todos tienen igual protección de la ley?

El sector religioso por su parte, es el gran defensor del matrimonio, tomando como fundamento entre otras, las siguientes citas bíblicas: “Y creó Dios al hombre a su imagen. A imagen de Dios lo creó. Macho y Hembra lo creó. Dios los bendijo diciéndoles: “Sean fecundos y multiplíquense. Llenen la Tierra y sométanla. Manden a los peces del mar, a las aves del cielo y a cuanto animal viva en la Tierra”. (Gen 1: 27-28). Según la doctrina de la Iglesia, Dios nos hizo a imagen y semejanza suya, Él envió a su único hijo al mundo y lo encarnó, lo hizo igual al hombre en todo, menos en el pecado. Esta doctrina reflexiona sobre la vida de Jesús y señala que cada papel en la familia es importante. Tanto el amor de un padre protector, como lo fue José, y una madre símbolo de amor, como lo fue María, representan un claro ejemplo sobre lo que el mismo Dios quería que fuera llamado familia. Desde este punto de vista, todos nosotros, que hemos sido llamados a vivir una vida santa, debemos seguir estos ejemplos. Para la Iglesia, el intentar educar hijos fuera de esta doctrina llevaría a los mismos a vivir la infelicidad y condenaría la familia a la extinción. Ésta condena toda unión homosexual, aunque dice que debemos respetar y tener compasión por los que toman dicho “camino desordenado”.

Más allá de los de los argumentos bíblicos en términos soteriológicos y jurídicos desde la perspectiva divina, entendemos que todo ser humano tiene derecho a vivir con dignidad y a que el estado vele por ellos. Todos los hombres son iguales ante la ley, por eso creemos que la comunidad homosexual debe buscar crear su propia definición de unión civil y que el estado les provea las herramientas para que velen por sus derechos como individuos y contribuyentes del erario público.

Con las recientes declaraciones del presidente Obama la controversia pública se ha disparado. Bastó que el presidente de los Estados Unidos hiciera público su apoyo al matrimonio entre parejas del mismo sexo para que se levantara una ola de reacciones. Estas van desde los extremos de la celebración hasta la más contundente expresión de indignación. Aunque existen diferentes puntos de vista, una sociedad moderna debe perseguir la práctica de la tolerancia como medio para garantizar una mejor calidad de vida.

En Puerto Rico tres son los requisitos para poder casarse: (1) tener capacidad legal; (2) el consentimiento de ambas partes y (3) autorización y celebración de un contrato matrimonial mediante las formas y solemnidades prescritas por la ley. Entre los derechos y responsabilidades de las personas que se casan conforme a nuestra sociedad están las siguientes: vivir juntos, mantener exclusividad sexual, socorrerse mutuamente, satisfacer las necesidades comunes, administrar los bienes de la sociedad conyugal y representar legalmente a esa sociedad.

En 2001 Países Bajos fue el primer Estado del mundo en reconocer el derecho al matrimonio a las parejas del mismo sexo. En 1995 el gobierno encargó a una comisión parlamentaria investigar la posibilidad de establecer matrimonios entre personas del

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