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Mayordomia


Enviado por   •  10 de Agosto de 2013  •  2.105 Palabras (9 Páginas)  •  317 Visitas

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I. INTRODUCCIÓN

A. Realmente se habla y se predica muy poco acerca de la mayordomía del cuerpo.

1. Posiblemente, porque tenemos una gran tendencia a “espiritualizar” todo lo relacionado con la vida cristiana y, consecuentemente, sustraerlo del ámbito de la vida “real” y cotidiana.

2. Intentamos conocer qué es lo que la Biblia dice a nivel espiritual para ver de ponerlo en práctica, sin embargo, no siempre le prestamos la misma atención a las cosas que tienen que ver con la vida física, con nuestro cuerpo y todo lo relacionado con él.

B. La causa de esta espiritualización de la vida cristiana tiene que ver, como en tantos otros ámbitos, de la influencia que la filosofía griega ejerció sobre el cristianismo a través, fundamentalmente, de Agustín de Hipona y de Tomás de Aquino.

1. Los griegos establecieron una dicotomía –división irreconciliable- entre lo material y lo espiritual.

2. Consideraban todo el mundo material como intrínsecamente malo y el mundo espiritual como intrínsecamente bueno.

3. El cuerpo, malo por definición, era la prisión del alma, buena por definición.

4. Toda esta manera de pensar ha llegado hasta nuestros días donde seguimos, de alguna manera, viendo todo lo relacionado con la vida material como malo, en el peor de los casos, o sospechoso en el mejor de ellos.

C. Sin embargo, la enseñanza bíblica no sigue la tradición griega ni está en absoluto de acuerdo con ella. Veamos algunos datos que así lo ilustran:

1. La encarnación de Jesús. Juan 1:12 nos indica con total y rotunda claridad que Dios se hizo como uno de nosotros, se hizo carne y sangre, se hizo ser humano. Esta misma idea es reafirmada posteriormente por Pablo escribiendo a los filipenses en el capítulo 2 de su carta.

2. Desde el preciso momento en que Dios se convierte en ser humano, la vida humana y el cuerpo quedan elevados a un valor sin precedentes.

3. Otro detalle interesante es que el primer milagro llevado a cabo por Jesús, la conversión del agua en vino durante las bodas de Caná de Galilea, no tiene ninguna finalidad espiritual, sino simplemente permitir que una fiesta pueda continuar y no quede arruinada por la falta de vino. El punto que deseamos mostrar, es que Jesús da valor al placer y este está claramente relacionado con nuestra realidad física. No deja de ser digno de mención que Jesús fuera denunciado por los religiosos de su tiempo a causa de su tendencia a comer y beber, dos actividades relacionadas con el cuerpo.

4. Finalmente, no debemos olvidar que cuando se produzca nuestra resurrección esta no será en forma de espíritus puros sin ningún tipo de ligazón o relación con lo material. Antes al contrario, la Escritura indica que recibiremos un cuerpo, eso si, glorificado, pero cuerpo material. Pablo escribiendo a los Corintios y los relatos de las apariciones del Jesús resucitado así lo indican.

II. LA BASE BÍBLICA PARA LA MAYORDOMÍA DEL CUERPO

A. Hay muchos pasajes que hablan acerca de la mayordomía del cuerpo, pero vamos a utilizar como base fundamental el que hallamos en 1 Corintios 6:19 y 20

1. ¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo que Dios os ha dado, y que el Espíritu Santo vive en vosotros? No sois vosotros vuestros propios dueños, porque Dios os ha comprado por un precio. Por eso debéis honrar a Dios con el cuerpo.

2. De este pasaje podemos deducir tres cosas importantes relacionadas con el tema que nos ocupa: La propiedad del cuerpo, quién habita en nuestro cuerpo y cómo debemos usar nuestro cuerpo.

III. LA PROPIEDAD DE NUESTRO CUERPO

A. Pablo insiste en Romanos 12 versículos 1 y 2 que debemos cambiar nuestra manera de pensar para que de este modo pueda cambiar nuestra manera de vivir.

1. Vivimos tal y como pensamos. Es más nuestra manera de vivir refleja nuestra auténtica manera de percibir y entender la vida.

2. El gran problema que tenemos los cristianos es que “aún no nos hemos hecho a la idea” de que somos propiedad de Dios. Si bien es cierto que a nivel intelectual lo entendemos y hasta lo podemos repetir, a nivel de nuestra práctica cotidiana no está asumido. Los hechos así lo muestran.

B. La Biblia, como ya se ha mencionado con anterioridad en otros estudios relacionados con la mayordomía, indica que somos propiedad de Dios y que Él ejerce un doble derecho de propiedad sobre nosotros, por creación y, naturalmente por compra. No debemos olvidar las potentes palabras del apóstol Pedro cuando indica que hemos sido comprados en el mercado de los esclavos a un alto precio, tan alto como la sangre misma de Jesús.

C. Consecuentemente, el cuerpo que articula la posibilidad de mi proyecto de vida, no es mío, lo tengo en usufructo, me ha sido prestado y sobre el mismo, como sobre las otras áreas de mi vida, me será exigida mayordomía, me serán exigidas cuentas de la manera en que haya sido cuidado y usado.

D. Cuando algo ha sido dado en préstamo, se espera del prestatario un buen uso de lo prestado. Esto tiene implicaciones muy claras y prácticas acerca de cómo estamos tratando nuestro cuerpo y lo que se espera de nosotros en esta área.

1. Un régimen adecuado de alimentación. Todos sabemos los importantes riesgos derivados de una mala alimentación y cómo se aumentan las posibilidades de que enfermemos. No estamos hablando de seguir la dictadura estética de nuestra sociedad y convertirnos todos en anoréxicos vivientes ¡En absoluto! el punto no es la estética sino la salud y el cuidado de nuestro cuerpo. Véase 3 Juan versículo 2

2. Sueño y descanso adecuados. Sin duda, cada cuerpo tiene su ritmo y sus exigencias. El descanso de las actividades regulares de la vida está ordenado por Dios, el día de reposo, como parte del orden de la creación. No olvidemos que incluso los animales y hasta la misma tierra merecían el descanso y así lo prescribían las leyes levíticas.

3. Ejercicio. Algunos han utilizado 1 Timoteo 4:8 como coartada y justificación para no ejercitar el cuerpo. Es un ejemplo más del texto fuera de contexto. La sociedad en la que Pablo vivió no era en absoluto sedentaria. A diferencia de la nuestra, la inmensa mayoría, por no decir la totalidad, de los trabajos implicaban y exigían un esfuerzo físico. En este contexto Pablo hace su admonición a Timoteo. Contrariamente, nuestra sociedad se caracteriza por altos índices de sedentarismo y es de todos conocido

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