Mayordomia

Mayordomía del Dinero y las Posesiones:

Diezmar y demás.

“Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad porque Dios ama al dador alegre” 2 Corintios:9:7.

La mayordomía abarca todo en la vida. En nuestra cultura el dinero y las posesiones figuran como una parte considerable de la vida, como un asunto delicado para muchas personas. Sin embargo, es tiempo de confrontar directamente los asuntos de dinero y posesiones y cómo los cristianos debemos de tratar este asunto. La Biblia da muchas indicaciones, de que la mayordomía de dinero abarca más que el mantenimiento de los recursos. En los registros del ministerio de Jesús se habla más de dinero y posesiones que acerca de otros tópicos. El dinero jugó un papel en la vida diaria de Jesús. La única posición en su pequeño grupo de doce discípulos fue la de tesorero. E irónicamente, fue el tesorero quien cvcntualmcntc lo traicionó por...|30 piezas de plata! El sabía que el dinero podía convertirse fácilmente en una barrera tanto entre la gente, como entre Dios y la gente.

Mucho de lo que Jesús dijo acerca del dinero y posesiones, era de un contraste sorprendente con la práctica común y con lo que la gente quería escuchar, entonces y ahora. Muchas de las parábolas de Jesús están enfocadas en la mayordomía de recursos. Algunos de sus puntos de vista relacionados con este tema son los siguientes:

- EL alentó el dar: "Es más bendecido dar que recibir"

- EL mismo dio un modelo pura compartir.

- EL abogó por el pobre y destituido.

- EL estaba más preocupado del espíritu que descansa detrás del dar, que de la cantidad.

- EL recomendó simples valores.

- EL enseñó que los tesoros en el cielo, son más importantes que los de la tierra.

- El estaba comprometido con la creencia de que Dios es el dueño de todo.

-El condenó el dar ostentoso.

- El dio por amor.

Existe una distinción entre el modelo de propiedad, centrado en la idea de que las posesiones nos pertenecen, y el modelo bíblico, centrado en la idea de que todo pertenece a Dios, y que nosotros debemos servir como mayordomos de su riqueza, ayudándonos mutuamente. Eslos modelos dan la visión de dos mundos diferentes y de acercamientos distintos al dinero y las posesiones. Nuestra actitud hacia el dinero está necesariamente moderada por nuestro concepto de propiedad. Si creemos que todo lo que poseemos ha sido confiado a nosotros por Dios y que debemos administrarlo en su nombre, será más fácil negociar las enseñanzas de Jesús en esta área, que si permanecemos comprometidos a la visión de propiedad de “conseguir y guardar”.

El interés personal está cerca de lo más alto en la lista de prioridades de nuestra cultura. Escuchamos frecuentemente decir: “Esto es mío, y yo puedo hacer lo que quiera con ello”. Como no podemos separarnos

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