Realidad del servicio
Enviado por Lincydanielaagud • 24 de Septiembre de 2015 • Ensayo • 1.012 Palabras (5 Páginas) • 303 Visitas
EL AMOR: UNIÓN ENTRE COMUNIDADES. IGLESIA Y DIOS
ENSAYO DE CONTRASTE Y COMPARACIÓN
Lincy Daniela Agudelo Cano
Sandra Licette Padilla Sarmiento
Docente
CORPORACIÓN UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS
ADMINISTRACIÓN EN SALUD OCUPACIONAL
CATEDRA MINUTO DE DIOS
CÚCUTA
2015
EL AMOR: UNIÓN ENTRE COMUNIDADES. IGLESIA Y DIOS
ENSAYO DE CONTRASTE Y COMPARACIÓN
Lincy Daniela Agudelo Cano
ID: 473016
Sandra Licette Padilla Sarmiento
Docente
CORPORACIÓN UNIVERSITARIA MINUTO DE DIOS
ADMINISTRACIÓN EN SALUD OCUPACIONAL
CATEDRA MINUTO DE DIOS
CÚCUTA
2015
INTRODUCCIÓN
El presente ensayo tiene como intención inculcar en nosotros el don del servicio, tomando como primer ejemplo a Jesús y también al padre Rafael Garcia Herreros, pues con su gran labor del servicio, ha dejado un legado en nosotros como estudiantes de servir. A continuación les presentaré algunos versículos tomados de la Santa Biblia que nos refleja que somos seres que debemos estar en constante servicio, esto conlleva al amor, a la entrega y a la renuncia de mi estabilidad, que en el mayor de los casos es monetaria.
EL AMOR: UNIÓN ENTRE COMUNIDADES. IGLESIA Y DIOS
La necesidad del servicio es la base primordial para el crecimiento personal y en comunidad. La ayuda hacia los demás, sin esperar nada a cambio nos fortalece los valores adquiridos en el transcurso de nuestro caminar diario en una vida de fe y en comunidad, de igual forma cumplimos con el mandato de nuestro Señor: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”[1] (Mateo 22:39).En este valor se enfatiza el servicio, en el amor que tengo hacia mi hermano, en mi dar y por supuesto en mi entrega. Así mismo pasa en la comunidad, familia y entorno; la capacidad que tengo yo en desprenderme de mis bienes materiales, en mi confort en el que permanezco, sólo por ayudar al necesitado. Dando Dios el primer ejemplo: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su hijo único para que todo el que crea en Él, no perezca, sino que tenga vida eterna”[2](Juan 3:16).
En comparación con nuestro entorno o espacio en el que nos desarrollamos, la iglesia y Dios, en todos nos une el don del servicio y del amor. Yo como perteneciente a una comunidad debo estar presta y atenta a las necesidades que una persona o un grupo determinado tengan, siendo muy diligente ante la ayuda a prestar, de manera desinteresada.
Ahora bien, en la iglesia ocurre algo similar, la iglesia a lo largo del tiempo ha venido sirviendo, tal como nos dice Lluis Martínez Sistach, el Cardenal Arzobispo de Barcelona, la iglesia crea una sociedad mejor, ayudando desde varios ámbitos, primero de forma espiritual, inculcandonos los valores y el evangelio, instaurando en nosotros la disposición de trabajar por los más necesitados. Segundo de manera intelectual, a través de las escuelas y universidades, tal como lo cumplió en padre Rafael García Herreros, en 1958 cuando empieza fundando el colegio Minuto de Dios, para la formación de comunidades humanas y cristianas que permiten el desarrollo integral de la persona[3]. El padre García Herreros no sólo se conformó con esta labor, sino que continuó buscando la calidad de formación académica y empezó a diligenciar el proyecto de la educación universitaria, para que los jóvenes de escasos recursos tuvieran fácil acceso a este aprendizaje, el 5 de septiembre de 1988 se inició el proyecto de la Corporación Universitaria Minuto de Dios, en unión con la Corporación Minuto de Dios, el centro carismático Minuto de Dios y la congregación Jesús y María. Y por último la ayuda económica en la sociedad es evidente, a través de las acciones de solidaridad con los más necesitados, por ejemplo en catástrofes naturales, tomando como referencia la ayuda monetaria que se les fue suministrada a la diócesis para la ayuda en la situación que vivió Norte de Santander con el desastre de Gramalote hace unos años.
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