Santa Clara De ASIS
Enviado por missaeldelarosa • 12 de Noviembre de 2013 • 1.688 Palabras (7 Páginas) • 836 Visitas
Maestro:
Materia: Religión
Grado: 1°
Grupo: A
Tema: Santa Clara de Asis
Estudiante:
“Seamos realistas y hagamos lo imposible”
(Ernesto Che Guevara)
ÍNDICE
Portada… 1
Índice… 2
Introducción…
Desarrollo…
Conclusión…
Ficha de Trabajo…
INTRODUCCIÓN
En este proyecto se tratara el tema de “Santa Clara de Asís”, este libro que leí nos narra los hechos más relevantes e importantes de la vida que llevo Santa Clara, no como una biografía si no como una historia en la que ella es el personaje principal y muestra sus acciones que busca para que nosotros podamos seguir su ejemplo.
Tuvo una gran influencia en el ámbito religioso por sus acciones, ya que además de ser una mujer, que en estos tiempos no era muy normal que destacara una mujer, se le tenía respeto por la clase de persona que era.
Santa Clara de Asís era seguidora fiel de San Francisco de Asís, a ella le llamaba mucho la atención las acciones y la vocación que había tomado San Francisco, fue por eso que formaron y fundaron la segunda orden franciscana en ese tiempo que vivieron ellos, cabe destacar que Santa Clara fue un miembro de su familia del cual se habla muy bien por sus muchas virtudes que demostraba a su corta edad, su familia eran unas personas a las que se les debía respeto por la influencia que ejercían, y por motivo sus padres le habían prometido un matrimonio a Santa Clara, a lo que ella se resistió con la justificación de que se había consagrado a Dios y no tendría el permiso de compartir su vida con un hombre.
Santa Clara de Asís tenía unos principios muy buenos, lo que la llevo a ser una religiosa destacada en nuestra sociedad, tanto por sus logros y virtudes y por relacionarse en la fundación de la segunda orden Franciscana con San Francisco.
Espero que mi proyecto le agrade profesor Roberto.
DESARROLLO
Santa Clara de Asis nació en el año de 1193, en el seno de una familia de suma importancia en ese tiempo, la familia de Clara pertenecía a los hijos de Offrededuccio, su abuelo, a la sombra de San Rufino, era una de las más nobles y poderosas personalidades de la ciudad. Favarone, padre de Clara, Monaldo y Escipión, sus tíos, mantenían en muy alto el apellido de la familia.
Cuenta una leyenda que cuando Ortolana iba a dar a luz a Clara, oraba postrada ante un crucifijo, y mientras oraba se escuchó una voz que decía, “no temas mujer, porque darás a luz sana y salva, una luz que hará resplandecer con mayor claridad el mundo entero”. Estas palabras solía contárselas Ortolana a Clara y repetirlas después a sus compañeras de monasterio. Esta fue la razón por la cual Ortolana le puso a su primogénita de Favarone de Offreduccio el nombre de Clara en las fuentes bautismales, la niña Clara creció a la sombra de su madre. Los primeros años de escuela, fueron las obras de piedad de Ortolana. De ella aprendió las primeras enseñanzas de la fe. También aprendió tras el ejemplo de su madre a privarse de los manjares más exquisitos para enviarlos a los necesitados por medio de Bona, una de las hijas de Guelfuccio.
En cuanto a la vocación de Clara, no es posible precisar el momento exacto de la misma. Pero, observando el comportamiento de Clara en la casa de los Favarone, podemos decir, que Dios se hizo presente en su alma, de un modo personal y preciso, bastante pronto. Y al decir de modo personal y preciso, se entiende que Clara se sintió llamada por el Señor a una vida consumida sólo por Él en oración y penitencia. Desde pequeña, Clara solía buscar la soledad. En la casa de los Favarone buscaba la quietud y por eso solía dormir en las habitaciones más apartadas, pues no quería ver, ni ser vista. Desde joven, Clara tenía necesidad de un silencio profundo, con el que sólo se escucha a Dios, ese Dios que se dirige al alma.
Los que vivían cerca de Clara, no hacían más que admirarse de la dulzura de Clara; de su modo de sonreír, de la manera de hablar sólo de Dios; y de su fama de bondad que trascendía y se difundía por las calles de Asís. Por estas características en Asís, conocían a Clara los pobres, destinatarios de sus caridades, por manos de Bona; la conocían por su modestia, que siempre es distintivo de la pureza, la conocían los jóvenes que aspiraban a su mano e inútilmente alzaban
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