Dos aspectos
Enviado por blacidaaaa • 17 de Octubre de 2013 • Ensayo • 1.680 Palabras (7 Páginas) • 259 Visitas
A pesar de haber estado precedida por el prestigio que de alguna manera implica siempre un premio literario (1), LA LLAGA no fue acogida con el mismo entusiasmo crítico que desde una posición u otra, despertó LA BABOSA. Si bien La Prensa de Buenos Aires la presenta como una obra en la que se manifiesta la madurez del escritor (2), la detracción, por supuesto, estuvo presente. Sin embargo, fue más serena y literaria que otra cosa. Desde esta perspectiva por ejemplo, Reinaldo Montefilpo Carvallo le dicta una sentencia condenatoria e inapelable: "Digamos que en cuanto a estilo -y queda tácitamente dicho en cuanto a los demás rubros- esta novela se halla a mil codos por debajo de LA BABOSA... en la cual, amén de cuajar tantas virtualidades legítimas... dejaba traslucir una irrecusable delicadeza estética” (3).
El encomio, en cambio, se carga de matices político-sociales y por tanto apasionados en la expresión, por más exacto que su contenido pueda ser. Así, Josefina Plá reclama que... "Nos hacen falta muchas novelas como ésta, descarnadas, acusadoras, revulsivos". Roque Vallejos, para quien Casaccia enriquece su mundo narrativo con esta metáfora de la realidad nacional, se une al carro reivindicador al afirmar que... "El que quiera conocer al Paraguay de ayer o de hoy, no tiene más que levantar el telón de la fecha de esta novela"
LA LLAGA presenta dos aspectos, siendo el primero y enmarcador lo que pudiéramos llamar una situación freudiana primordial representada por la represión de un régimen político capaz de usar cualquier método para mantenerse en el poder y anular la subversión que brota en el país. La acción principal, sin embargo, se da en el conflicto madre/hijo que se plantea. Situación freudiana también, pero individual, que cobra forma y crece en el terrible complejo de fijación materna que invade al personaje Atilio.
Casaccia escoge otra vez un título simbólico, evocador, y así como afirmamos que existen dos aspectos, también hay dos Llagas, cada una segregando su propio pus e infectando todo lo que toca. Primero, la Llaga sicológica, neurótico que existe en la mente de Atilio, el pobre muchacho de dieciocho años que sufre de un marcado complejo de Edipo. Su madre, Constancia, llamada también "la viuda de Cantero", contribuye a empeorar aún más la situación emocional de Atilio al excitar sus deseos, unas veces inconscientemente, aunque otras, su conducta da la impresión de ser premeditada. Un hecho evidente es su necesidad de sentir que siempre puede atraer a los hombres porque en el fondo la invade un miedo sicopático de envejecer. Por eso, quizás, se siente más mujer cuando su propio hijo la desea. De ahí que Atilio no pueda vivir tranquilo con ella; pero, al mismo tiempo, no puede existir sin ella. Por eso, como apunta Gladys Marín, la inclinación que Atilio siente hacía Cipriana, mujer de unos treinta años, de profesión costurera, y su encuentro con ella a nivel carnal, en realidad no es más que su unión con la madre. En este sentido es importante el sueño que tiene Atilio: tres policías (el censor, el Super Ego) lo sacan a puñetazos del lecho de Cipriana, pero, al final, ésta se transforma en Constancia, se le abraza y lucha para que no se lo lleven. Atilio está, pues, en la cama con su madre, la autoridad (la policía, el censor, el Super Ego, el padre y las prohibiciones contra el incesto) lo ataca y castiga, pero la madre, identificada sexualmente con el hijo, lo retiene.
El conflicto sicológico que se plantea es más profundo y sin duda está mejor trabajado que el político-social ... Mas, ambos se enlazan en la trama mediante otro flanco de la úlcera incurable que habita en la mente de Atilio, 1insistente en el misterio que rodea el suicidio de su padre Francisco. El muchacho sospecha que su madre lo torturaba mentalmente, y cuando se entera de que Gilberto Torres es amante de su madre, comienza a elucubrar la hipótesis de que su padre se suicidó en un amueblado (en el mismo cuarto que usaban los amantes para sus citas clandestinas) porque sabía de la traición de su rabosa Constancia y quería denunciarla póstumamente.
Poseída la madre en Cipriana, unido al odio impotente que Atilio siente por Gilberto Torres, lo sitúan en aptitud de revelar el paradero del coronel Balbuena (jefe de la revolución clandestina), a sabiendas de que este acto acarreará el castigo de Gilberto y la separación definitiva de éste y Constancia. Simbólicamente la delación -en ese complicadísimo proceso que se opera en la mente de Atilio- equivale al acto de matar a su padre, con lo cual, finalmente, va a tener a la madre sólo para sí. La tiene, efectivamente, pero no puede soportar el peso de esta culpa; y en un final lleno de connotaciones simbólicas, como su padre, y con el mismo revólver, Atilio se pega un tiro. Su cadáver está echado sobre el costado izquierdo (imagen de lo siniestro), y está cubierto de barro que bien puede representar su libido incestuosa. Además, se mató en el mismo sitio donde Gilberto solía clavar su caballete para pintar. Esto último puede referirse al acto sexual con la madre o como protesta final porque el lugar
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