EDUCACION Y TIC: Motivación En Entornos Virtuales De Enseñanza Aprendizaje

INTRODUCCIÓN

Desde hace tiempo, quienes tienen la función de elaborar planes de estudio, vieron la necesidad de plantear nuevos objetivos, renovar la oferta de contenidos, mejorar la didáctica con la que éstos se impartían e incrementar su propio conocimiento pedagógico.

Con el surgimiento de las nuevas Tecnologías de Investigación y Comunicación (TIC), se comenzaron a analizar las posibilidades de incorporar estos avances al campo educativo, de modo que el estudiante modifique su status de oyente pasivo. Basados en el constructivismo, finalmente, surgen los Entornos Virtuales de Enseñanza Aprendizaje (EVEA) en los que el alumno tiene el rol protagónico y el docente asume el papel de facilitador.

El desafío: motivar al estudiante, tomando en cuenta las competencias que el mismo debe reunir para obtener el mayor provecho de este nuevo modo de aprendizaje, enfatizando factores motivacionales que inciden de forma decisiva en el proceso, para que este cambio trascendental tenga a la tecnología como un aliado y no como un obstáculo.

¿QUÉ ES UN ENTORNO VIRTUAL DE ENSEÑANZA APRENDIZAJE (EVEA)?

Si bien son variadas las explicaciones que coexisten, la acepción de Nuñez Leal define a los EVEA de manera más abarcativa:

… se ha puesto en evidencia que el EVEA constituye un complejo espacio en que intervienen herramientas, medios y recursos y donde se interrelacionan los sujetos que participan del proceso de enseñanza aprendizaje en la virtualidad y donde la comunicación puede desarrollarse: de uno a uno, (garantizando la personalización del proceso formativo); de uno a muchos (logrando la homogenización de la información) y de muchos a muchos (permitiendo la construcción en colaboración, de contenidos) (Nuñez Leal, 2011: 4).

Las TIC son un alto valor agregado para los ambientes de enseñanza aprendizaje a distancia, ya que estimulan al máximo las potencialidades de los alumnos y dinamizan la relación entre profesor y estudiante (Soto, 2004; citado en Reyes O, 2011).

Con las actuales posibilidades tecnológicas, la educación a distancia, otrora por correspondencia, pasó a ser el modo de estudio elegido por una gran cantidad de personas que por diferentes razones ven limitado el acceso a la formación convencional en un ámbito físico y en relación directa con el docente.

García Arieto sostiene que la explosión demográfica trajo aparejada una mayor demanda de educación y al mismo tiempo mayores exigencias en la materia, avaladas por el desarrollo mismo y el compromiso de las instituciones de atender a sectores sociales menos favorecidos, poseedores de la necesidad justa de completar todos los niveles de formación, un capital humano infrautilizado (García Aretio, 2001: 45).

ACTORES A ESCENA

Las TIC son el nexo entre educación y comunicación. El rol que ocupa el educador en este sistema es fundamental, ya que tiene una gran responsabilidad a la hora de transmitir información y que ésta sea recibida de forma clara y precisa dentro de un modelo educativo sustentado en recursos tecnológicos (Soto, 2004; citado en Reyes O, 2011).

Del otro lado se encuentra el estudiante virtual, quien asume el protagonismo de construir su propio conocimiento; la habilidad de aprender de manera independiente es la base de sustentación de los sistemas de formación a distancia (Reyes O, 2011).

Algunas características de los estudiantes virtuales enunciadas por Borges Sáiz son:

● Organizan su tiempo adecuadamente, de forma que compatibilizan su dedicación académica con sus obligaciones laborales y familiares.

● Construyen su propio conocimiento a partir del material de estudio y también de la relación con los compañeros y el profesor: aprenden de sus compañeros y profesor, y aprenden con ellos también.

● Muestran una gran motivación y una gran autodisciplina, y las conservan durante el curso a pesar de las dificultades que puedan encontrar.

● Ayudan a los compañeros, están dispuestos a colaborar y a mantener una buena atmósfera en el aula virtual.

● Tienen una actitud proactiva y son autónomos en la medida de lo posible; muestran iniciativa en su aprendizaje y en su desempeño durante el curso (Borges Sáiz, 2007: 4).

El autor considera fundamental la responsabilidad del estudiante virtual, el respeto hacia sus pares, la lectura y escritura crítica, la honestidad en oposición al plagio, las consultas y aportes realizados en el aula virtual y el empleo correcto de los canales de ayuda.

La formación y el aprendizaje efectivo de los estudiantes dependen en gran medida del uso adecuado del instrumento tecnológico por parte de quien distribuye y difunde la información, el docente que dentro de este nuevo mecanismo ya no es el experto de estrado (Palloff y Pratt (2001: 108; citado en Borges Sáiz, 2007: 4), sino un facilitador, un guía.

Un punto importante para que el estudiante tenga un buen desempeño académico es la motivación. Sin ésta, el alumno podría verse desinteresado, sin nada que lo estimule a seguir con sus correspondientes estudios y aspiraciones. Fredmont Kast y James Rosenzweig (1970) definen la motivación como “El proceso que impulsa a una persona a actuar de una manera determinada o, por lo menos origina un comportamiento específico”. Krench (1962) hace una definición más completa: “La motivación es el impulso a actuar que puede provenir del ambiente (estímulo externo) o puede ser generado por procesos mentales internos del individuo. En este último aspecto la motivación se asocia con el sistema de cognición del individuo, es decir con aquello que las personas conocen de sí mismas y del ambiente que los rodea, incluyendo sus valores personales que vienen del ambiente

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