Energía eólica

Energía eólica, un futuro sustentable

Energía eólica. Argentina

INTRODUCCIÓN  

La energía fósil es aquella que procede de la biomasa depositada dentro de la corteza terrestre hace millones de años y que ha sufrido grandes procesos de transformación hasta la formación de sustancias de gran contenido energético como el carbón, el petróleo, o el gas natural. Estas fuentes de energía son no renovables, es decir que se encuentran en la naturaleza en una cantidad limitada, que cuando se consuman en su totalidad implica la desaparición de estas energías sin posibilidad de renovación. Además a medida que las reservas son menores, es más difícil su extracción y aumenta su costo. Un modelo económico como el actual, cuyo funcionamiento depende de un continuo crecimiento, exige también una oferta igualmente creciente de energía. To-mando en cuenta que las fuentes de energías fósiles son finitas, es inevitable que en un determinado momento la demanda no pueda ser abastecida completamente y los precios de los combustibles aumenten hasta que finalmente todo el sistema colapse. Para que esto no ocurra es necesario el desarrollo de otros métodos para obtener energía.

En la actualidad la mayor parte de la producción enérgica proviene de la utilización de combustibles fósiles. El 90% de los productos energéticos provienen del petróleo y del gas natural.

Uno de los grandes problemas de la Argentina es su dependencia de estos combustibles, que provocan un fuerte impacto ambiental además de diversos trastornos económicos.

El reto está en obtener fuentes de energía alternativas y renovables que resulten aptas para sustituir progresivamente a las fuentes de energías tradicionales.

Se denomina energía renovable a la energía que se obtiene de fuentes naturales virtual-mente inagotables, ya sea por la magnitud de energía que contienen, o porque son capa-ces de regenerarse por medios naturales. Entre las energías renovables se cuentan la hidroeléctrica, eólica, solar, geotérmica, mareomotriz, la biomasa y los biocombusti-bles.

En este trabajo intentaremos presentar argumentos suficientes que nos permitan sostener que la energía eólica es una alternativa viable y deseable para remediar la demanda energética de nuestro país. Con este fin evaluaremos la justeza de las siguientes afirma-ciones comunes sobre esta fuente energética.

1. La energía eólica es limpia en extremo, totalmente renovable y mas económica de lo que usualmente se cree, más allá de tener costos iniciales relativamente elevados en comparación con otras tecnologías convencionales de generación.

2. La utilización del recurso eólico garantiza la diversificación de la matriz energética promoviendo la estabilización de los precios del servicio a largo plazo, favoreciendo la previsibilidad económica.

CAPÍTULO I

La energía eólica, como su nombre lo indica, depende exclusivamente del viento. Esta fuerza motriz es la que se aprovecha para producir energía eléctrica, por eso comenza-remos por explicar en qué condiciones se producen los vientos.

1. ¿Por qué hay viento en la tierra?

El viento tiene su origen en el sol. El calentamiento desigual de la superficie de la tierra produce zonas de altas y bajas presiones, este desequilibrio provoca desplazamientos del aire que rodea la tierra dando lugar al viento. Además, en verano y durante el día, el sol calienta el aire sobre la tierra firme más que el que está sobre el mar. El aire continental se expande y eleva, disminuyendo así la presión sobre el terreno, provocando que el viento sople desde el mar hacia las costas. Lo contrario ocurre durante la noche, espe-cialmente en invierno, donde la tierra se enfría más rápidamente que el mar. La veloci-dad del viento depende de la diferencia de presión que hay entre los centros ciclónicos y anticiclónicos. Este movimiento y dirección de los vientos se observa a través de la ve-leta, la cual nos indica la dirección o el cuadrante.

El viento, entendido como energía, desempeña un papel importante en los mitos de las primeras civilizaciones griegas. Las divinidades que se distribuían el imperio de los cua-tro vientos principales eran Bóreas o Aquilón, áspero viento del Norte, Noto, viento del Sur, Zéfiro viento del Oeste y Euro viento del Este o Levante.

El aprovechamiento de la energía eólica no es algo nuevo, es una de las energías más antiguas junto a la energía térmica. El viento como fuerza motriz existe desde la anti-güedad y en todos los tiempos ha sido utilizado como tal. Así, ha movido a barcos im-pulsados por velas o ha hecho funcionar la maquinaria de los molinos al mover sus aspas.

Los primeros molinos de viento fueron construidos en Afganistán, en el siglo VII. Eran utilizados para moler trigo o para la extracción de agua. Estos fueron molinos de eje vertical con hojas rectangulares, su construcción era rustica con 6 a 8 velas de madera o caña recubiertas de tela. Su utilización se extendió por Europa y el resto de Asia.

Recién en el siglo XIII y como consecuencia de las Cruzadas fueron introducidos en Europa.

Desde el punto de vista técnico la energía del viento está relacionada con el movimiento de las masas de aire que se desplazan de áreas de alta presión atmosférica hacia áreas adyacentes de baja presión, con velocidades proporcionales al gradiente de presión. La velocidad es lo que da al viento su energía. La intensidad del viento es medida por me-dio de un aparato denominado anemómetro, los más utilizados son los anemómetros de rotación de cazoletas. La intensidad del viento se ordena según su rapidez utilizando la escala de Beaufort. Esta escala se divide en varios tramos según sus efectos y/o da-ños causados, desde el aire en calma hasta los huracanes de categoría 5 y los tornados.

El instrumento más antiguo para conocer la dirección de los vientos es la veleta. La di-rección se identifica por el punto cardinal desde donde sopla: por ejemplo, se llamará viento de dirección Oeste o viento del Oeste si proviene de este punto.

2. Vientos en Argentina

La República Argentina cuenta con características técnicas inigualables en cuanto al recurso eólico aprovechable. Cómo se muestra en la Figura 1, el país tiene cerca del 70% de su territorio cubierto por vientos cuya velocidad media anual, medida

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