MISCELANEAS
Enviado por ROSDERYS • 28 de Noviembre de 2013 • 4.857 Palabras (20 Páginas) • 291 Visitas
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN SUPERIOR
UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UBV- MISIÓN SUCRE
GUANARE – PORTUGUESA
T.S.U.
Villegas Erlys C.I: 10.866.284
Torrealba Felinda C.I: 8.052.982
Angulo Mailen C.I: 21.159.446
Pérezz Yuliana C.I: 18.670.227
Gil Mariela C.I: 13.039.119
Luque Yorseley C.I: 19.957.845
García Duveidys C.I: 18.892.211
Prof. Oliva Zuljassin
GUANARE; NOVIEMBRE DE 2013
INDICE
PÁG.
INTRODUCCIÓN
CONDICIONES SOCIALES, ECONÓMICAS, POLÍTICAS, CULTURALES, RELIGIOSAS, GEOGRÁFICAS, DEMOGRÁFICAS Y SANITARIAS
MECANISMO DE COORDINACIÓN Y PARTICIPACIÓN COMUNITARIA
ESTRUCTURAS ORGANIZACIONALES E INSTITUCIONALES DEDICADAS A LA ATENCIÓN DE RIESGO Y DESASTRES, NACIONALES Y REGIONALES. APARATO JURÍDICO DE PARTICIPACIÓN
PROCEDIMIENTO DE ACTUACIÓN ANTE UNA EVENTUALIDAD
FASES DE LOS PLANES DE CONTINGENCIA
ATENCIÓN COMUNITARIA (ÁREA DE DESASTRE, ZONA DEL REFUGIO Y ALOJAMIENTO TEMPORAL) Y EN INSTITUCIONES HOSPITALARIAS
VIGILANCIA EPIDEMIOLÓGICA EN ENFERMEDADES PRODUCIDAS EN ZONAS DE REFUGIO
CONOCIMIENTOS EN LAS RUTAS DE EVACUACIÓN DE LA ZONA
ORIENTACIÓN GEOGRÁFICA DE LOS ESPACIOS EN LA COMUNIDAD
IMPORTANCIA DE LOS PRINCIPALES LUGARES ESTRATÉGICOS DE LA ZONA
CONCEPTOS DEL SIG
EL ANÁLISIS ESPACIAL Y LOS SIG
PRINCIPALES SOFTWARE DE LOS SIG
REPRESENTACIÓN DIGITAL DE LOS DATOS BAJO LOS PRINCIPALES MODELOS (VECTORIAL, RASTER Y CARTOGRÁFICO)
INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN EN RIESGOS, AMENAZAS Y VULNERABILIDAD DESDE UNA PERSPECTIVA HOLÍSTICA
CONOCIMIENTO DE LAS ZONAS DE DESARROLLO NO CONTROLADAS
IDENTIFICACIÓN DE BARRIOS CONSOLIDADOS Y NO CONSOLIDADOS
DIAGNÓSTICO DE ÁREAS EN RIESGO
EXPLICACIÓN DE LAS ZONAS DE RIESGO A LAS COMUNIDADES DESDE EL PUNTO DE VISTA HOLÍSTICO
CONCLUSION
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
ANEXOS
INTRODUCCIÓN
En la actualidad, por los desastres naturales y antrópicos que ha atravesado el planeta y nuestro país Venezuela no ha escapado de esta realidad, se hace necesario impulsar la participación de la comunidad en la gestión de riesgos, involucrando en el proceso a las organizaciones comunitarias, asociaciones o entidades para mejorar el trabajo de comunidades, la reubicación de asentamientos humanos en riesgo, la gestión ambiental o la reconstrucción post-evento.
Eventualmente somos sacudidos por fenómenos naturales, hechos que constituyen la fuerza transformadora del planeta y que han estado operando desde antes de la presencia del hombre en la Tierra. Sin embargo, la degradación ambiental, el cambio climático, los asentamientos humanos en zonas vulnerables y la profundización de la pobreza han hecho que estos fenómenos naturales se conviertan en desastres que, cada vez con mayor frecuencia e intensidad, están causando incalculables pérdidas humanas, sociales y económicas, principalmente en los países en desarrollo.
Por lo anteriormente expuesto el trabajo está en cambiar el viejo ciclo paradigmático (alerta, alarmas, emergencia, rehabilitación y reconstrucción) hacia una visión de la gestión del riesgo y prevención de desastres como una política de desarrollo con consecuencias e implicaciones, económicas, sociales, políticas, ambientales y culturales con la participación activa de todos los actores sociales.
Cabe destacar, que las situaciones de desastres ocasionan alteraciones de orden social que modifican simultáneamente las condiciones de vida de la población expuesta, así como provocan alteraciones ambientales y sociales. Estas situaciones significan la desorganización de los patrones normales de vida que generan adversidad, abandono y sufrimientos en las personas, efectos negativos sobre la estructura socioeconómica de una comunidad o país y la modificación del medio ambiente, lo cual determina la necesidad de asistencia e intervención inmediata.
CONDICIONES SOCIALES, ECONÓMICAS, POLÍTICAS, CULTURALES, RELIGIOSAS, GEOGRÁFICAS, DEMOGRÁFICAS Y SANITARIAS
El desastre afecta los sistemas de supervivencia biológica, el orden social, la motivación y el manejo de crisis. Un desastre tiene un alto costo en términos sociales, demográficos, económicos y políticos. Nuestra inhabilidad de informar a la población sobre la proximidad y el peligro de un evento natural, la ausencia de un proceso de desalojo o desalojo tardío de personas en riesgo, la falta de equipo, la falta de materiales y del personal adiestrado para proveerle los servicios indispensables a la población ante una situación de crisis, la falta de preparación y la falta de conocimiento/educación entre la población acerca de qué hacer ante un terremoto, huracán, etc. crean la situación propicia para el desarrollo de un desastre. Por lo tanto, un desastre es un evento social.
El impacto social de un desastre tiene varias vertientes de análisis:
a) las pérdidas de vidas humanas, en su mayoría personas generadoras de ingreso familiar;
b) los heridos que sufrieron incapacidad laboral parcial o permanente;
c) los damnificados que perdieron sus viviendas o sus medios de subsistencia y tardarán mucho tiempo en recuperarse de la pérdida patrimonial, y
d) las personas afectadas indirectamente por el desastre, ya sea por la interrupción de sus actividades productivas o por haber sufrido traumas psicológicos
En el caso de las instalaciones hospitalarias, la intrincada red de relaciones humanas que conviven en su entorno provoca que el impacto social de un desastre se manifieste en varios sentidos:
a) de manera directa, en torno al personal médico y administrativo de la institución, así como a los pacientes y sus familiares,
b) de manera indirecta, sobre los usuarios permanentes del sistema de salud, entre los que se incluye a la población de la zona de influencia, así como las personas vinculadas al propio sector por motivos profesionales, como los prestadores de servicios privados y públicos, y
c) de manera secundaria, con relación a los usuarios potenciales del servicio, según las condiciones regionales, estratégicas y programáticas del sector salud.
El impacto social de un
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