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ACTIVIDAD 1.2 – SINTESIS LAS COMPETENCIAS Y LA IDENTIDAD DOCENTE


Enviado por   •  8 de Septiembre de 2019  •  Síntesis  •  3.306 Palabras (14 Páginas)  •  177 Visitas

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ACTIVIDAD 1.2 – SINTESIS

LAS COMPETENCIAS Y LA IDENTIDAD DOCENTE

Las investigaciones educativas en el ámbito de la educación superior se han centrado en el análisis de la naturaleza de la educación bajo el enfoque de las competencias, pero no en la naturaleza de la práctica docente y sus competencias como profesional de la educación. Las transformaciones de las dos últimas décadas han significado combinar el proceso de aprendizaje y la construcción de protocolos de innovación y creatividad con la ética y el humanismo. La educación basada en las competencias profesionales cobró importancia al inicio de la década pasada como resultado de la transformación del conocimiento como motor de la economía y factor determinante de la competitividad de los mercados.

Las competencias docentes como contenido de un saber específico tienen una importancia que se puede enmarcar en los siguientes puntos:

  • Desarrollan los conocimientos, habilidades y actitudes para que el alumno se desempeñe en los diferentes ámbitos de la vida social.
  • Son factores clave para formar a ciudadanos capaces de convivir en sociedades marcadas por la diversidad y prepararlos para la integración y la solidaridad.
  • Son actores principales en el proceso de mejoramiento de la calidad educativa que promueve el desarrollo de los valores y actitudes que constituyen el saber, el saber hacer y el saber ser.
  • Representan un elemento del proceso de aprendizaje que responde a los requerimientos del proceso productivo, a las formas de organización laboral, a las nuevas tecnologías de la información y a la actualización permanente e innovadora de toda profesión.

Las competencias docentes del nivel superior abarcan todo lo que ha tenido relación con la práctica docente, con su finalidad, con la preocupación por mejorarla y con su profesionalización. Es decir, saber qué enseñar, cómo enseñar, a quiénes se enseña y para qué, desde la perspectiva de las necesidades del desarrollo económico y social y, más concretamente, de las demandas del sistema productiva. Este tipo de educación hace evidente el tránsito de un proceso centrado en la enseñanza a uno centrado en el aprendizaje, lo cual supone redefinir la organización de los procesos de aprendizaje y las funciones sustantivas de las instituciones de educación superior.

En Estados Unidos en la década de 1960 bajo la denominación de “enseñanza de profesores basada en rendimiento”. se puede rastrear, el antecedente más representativo del movimiento o enfoque de la formación basada en la competencia. Como respuesta a los requerimientos de los sectores industrial y comercial que demandaban resultados. En el Reino Unido a principios de la década de 1980 el Departamento del Empleo público creo la iniciativa “A New Training Initiative”, que eran mecanismos para incorporar cambios en el sistema de las cualificaciones y la formación profesional. La finalidad fue incrementar y mejorar las competencias de los trabajadores, necesarias ante la explosión demográfica y la recesión económica de finales de esa década. A principios de la década de 1990 se adoptó este mismo

enfoque para la reforma del sistema educativo de España y, en general, en el espacio europeo de la educación superior. Lo mismo sucedió en países de Latinoamérica, como México, producto de un mundo globalizado.

La globalización trajo consigo, en primer lugar, un mayor acceso a la educación, la incorporación de nuevos métodos de enseñanza, la atribución del docente como mediador en el proceso de aprendizaje y la inserción de las competencias en la educación. Y en segundo lugar trajo consigo cambios en el contenido del trabajo: se generaron nuevas demandas de competencias, destrezas y conocimientos. Otro elemento de cambio en el contexto de la globalización es la tendencia de las nuevas teorías psicopedagógicas a privilegiar el aprendizaje de los estudiantes apoyado por los docentes como mediadores del proceso de formación. Lo que se busca es hace que el estudiante sea un líder de transformación competitivo en la sociedad, que se conoce a sí mismo, sabe solucionar problemas (porque conoce su abordaje conceptual y factual) y aprende la mejor manera de traducir los conceptos en hechos. El proceso de aprendizaje implica diseñar situaciones de incertidumbre reales, por tanto, el proceso de aprender a aprender se apoya en estrategias didácticas que recuperan la experiencia para implicar activamente al estudiante.

En el caso específico de México, el Instituto Politécnico Nacional (IPN), implemento su Nuevo Modelo Educativo. El cual se caracteriza por centrarse en el aprendizaje, brindar una formación integral y de alta calidad científica, tecnológica y humanística. Además, combina de manera equilibrada el desarrollo de conocimientos, actitudes, habilidades y valores. También ofrece un aprendizaje autónomo mediante procesos flexibles e innovadores que permitan el tránsito de los estudiantes entre los diferentes niveles educativos, con múltiples espacios de relación en el entorno. Lo que permite formar a los individuos bajo diferentes enfoques culturales para incorporarlos a un entorno internacional y multicultural; combinar teoría y práctica para contribuir, así, al desarrollo sustentable. En esta circunstancia, las instituciones de educación superior asumen el entorno como referencia, para asignarle un nuevo significado a las maneras de acceder al aprendizaje ante las demandas de los sistemas productivos y de progreso social. En este sentido, el enfoque de la competencia responde a las demandas sociales y laborales.

Las bases de un conjunto de competencias específicas para cada individuo (los cuatro pilares de la educación) son la respuesta a las demandas de los empleadores, mismas que fueron incorporadas al proceso de aprendizaje de las instituciones de educación superior mexicanas e internacionales mediante el currículo universitario orientado a la movilización de los saberes del estudiante, ya fuera para la solución de problemas, la toma de decisiones o el comportamiento reflexivo. Estas competencias “combinan la calificación adquirida mediante la formación técnica y profesional, el comportamiento social, la aptitud para trabajar en equipo, la capacidad de iniciativa y la de asumir riesgos”.

La competencia es un concepto polisémico y complejo, ya que  “no existe una teoría unificada” para sustentar el enfoque del currículo basado en competencias ni se tiene la experiencia para ponerla en práctica. Por consiguiente, la génesis de este enfoque tiene tres debilidades: 1) la conceptual, pues la noción de competencia es imprecisa; 2) la empírica, que deriva de la dificultad de integrarlo al currículo; y 3) la finalidad o misión de la escuela misma.

Desde el punto de vista constructivista, las competencias como objetos complejos, dinámicos y multidimensionales orientados socioculturalmente ponen a debate los

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