ANACLETO MORONES
Enviado por tatianalindado5 • 10 de Mayo de 2013 • 1.178 Palabras (5 Páginas) • 619 Visitas
Aplicación de las teorías literarias al cuento “Anacleto Morones”
Diez mujeres, viejas, sudorosas, vestidas de negro, vienen por el camino de Amula en busca de Lucas Lucatero. Ellas quieren llevarlo hasta Amula para que certifique la santidad de Anacleto Morones, "El Santo Niño", pues Lucas estaba casado con su única hija. En la conversación que las viejas mantienen con Lucas, se va descubriendo que éste las ha poseído lujuriosamente a todas, y que el Santo Niño no tenía nada de santo y, en cambio, mucho de impostor, pues también ha poseído libidinosamente a esas mujeres, en apariencia beatas, sin ninguna formación, que quieren proclamar la fama de santidad de un embaucador. Las mujeres van despidiéndose paulatinamente. Al final, Pancha, la más vieja, se queda a dormir con Lucas esa noche, y añora sus relaciones con Anacleto Morones, a quien Lucas Lucatero ha matado —tiempo atrás— y enterrado en su casa.
Psicoanálisis
Nos encontramos frente a un cuento de catorce páginas, en que la atención del relato gira en torno a Lucas Lucatero, el narrador “protagonista” (las comillas son a propósito), que comienza su narración recibiendo con desagrado a las diez viejas que vienen desde Amula buscándolo. Gran parte del cuento relata el conflicto que tiene Lucas Lucatero con las diez viejas. Le desagrada demasiado que vinieran a buscarlo. El sabe que lo buscan a él y por qué, pero se esconde pensando que tal vez conseguirá que no lo encuentren y así burlarse de ellas. A pesar de todos sus intentos, y de haber hecho una rotería al bajarse los pantalones para que no se le acercasen, todo fue inútil: las viejas iban firmes en su propósito. Una vez que no tuvo más remedio que recibirlas en su casa, y sabiendo qué las movió a buscarlo, Lucas Lucatero se las arreglaba para evadir la conversación con ellas, les ofrecía traerles comida o algo de beber, y cambiaba el tema cuando ellas le decían que querían llevarlo a Amula para que certificase la santidad de su suegro, Anacleto Morones, quien había desaparecido tiempo atrás, puesto que era el único pariente que podía testificar a favor de su santidad. Aprovechaba toda instancia para tomarles el pelo, reírse de ellas, se burlaba de lo viejas y feas que estaban. Cuando ellas defendían la santidad de Anacleto, Lucas se reía diciendo que Morones no era más que un impostor, un embaucador que no tenía nada de santo, y que se había acostado con todas ellas. Les contaba como desde un principio ambos engañaban a la gente, y les refregaba en la cara que Anacleto de santo no tenía nada. Durante su larga conversación, las mujeres se hartan del sarcasmo de Lucas Lucatero y una a una van abandonándolo, hasta que sólo se quedó una: Pancha, quien decide quedarse con él “para hacer la última lucha (por convencer a Lucas) ella sola”.
Hasta este punto de la historia han transcurrido doce páginas de narración, en que se ha planteado esta situación un tanto cómica del personaje incrédulo y sarcástico que lo único que quiere es que estas diez viejas se vayan pronto de su casa, y parece ser éste el motivo central de la narración. No obstante, a partir de la penúltima página se descubre lo que ocurrió con Anacleto Morones. Lucas lo había matado y enterrado en el patio de su casa, y la misma Pancha, sin saberlo, lo había ayudado a ponerle más piedras encima a su tumba:
Ella me ayudó a... y a juntar otra vez las piedras que yo había desparramado por todo el corral, arrinconándolas
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