AREAS DE MEJORA
Enviado por Luisa Arechavaleta • 20 de Mayo de 2020 • Ensayo • 1.618 Palabras (7 Páginas) • 155 Visitas
Áreas de mejora
En este apartado no solo nos centraremos en canalizar las fortalezas y debilidades en la enseñanza de estos tres profesores en lo general, sino también se harán recomendaciones con el fin de mejorar aquéllas áreas en las que el profesor, por comodidad o desconocimiento, parece no desarrollar de manera óptima y asertiva.
Fortalezas
Los profesores muestran un buen desempeño en distintas áreas tales como; el manejo de contenido, control de atención y participación del grupo, solución de problemas, el uso de la lengua materna en momentos adecuados y el control de la atención de sus alumnos.
Debilidades
Si bien algunos profesores obtuvieron un puntaje más alto que otros en algunas categorías a nombrar, tomaremos sus resultados no como parte de una evaluación individual sino grupal. Algunas de sus debilidades y/o áreas de mejora son; el manejo de instrucciones, la falta de retroalimentación, el ambiente en clase, las fases de la clase, los objetivos de la lección, el uso de materiales didácticos y las estrategias de enseñanza-aprendizaje.
- ¿Qué podemos mejorar?
Comencemos por donde, según a criterio propio, tendría que comenzar la planificación de una clase (tomando en cuenta únicamente las debilidades). Una vez que escogimos el tema a enseñar, con base en ciertos criterios como; la edad y el nivel académico, debemos preguntarnos ¿qué quiero lograr con esta clase? ¿Cuáles son mis objetivos? ¿Son alcanzables? Muchas veces el docente peca de entusiasta, lo cual le hace creer que en tan solo cincuenta minutos (el tiempo puede variar) y con una sola estrategia de enseñanza-aprendizaje el alumno absorberá todo el conocimiento impartido; la realidad es más complicada que eso. Lo cierto es que en un solo grupo puede haber muchísimas capacidades de aprendizaje, tenemos niños con dificultades en el aprendizaje, niños con TDA, niños con TEA, niños kinestésicos, visuales o auditivos, en general, niños que aprenden distinto a otros, más o menos rápido que otros, etc. Es ahí cuando el profesor debe replantearse si sus estrategias de enseñanza, si el tema expositivo, si el ambiente, si sus materiales y si sus fases de clase lograrán los objetivos SMART que tanto anhelamos conseguir dentro del rubro docente.
Una vez visualizados nuestros objetivos de clase, céntrate en las fases de clase, ¿qué tal un pequeño ejercicio de warm-up? ¿Cómo vas a introducir el nuevo tema? ¿Harás un repaso al final de la clase? Debes plantearte ciertas preguntas, tal vez hasta realizar una lluvia de ideas con el fin de acomodar en pasos sencillos una lección de cuánto tiempo sea tu clase. Recuerda que no hay nada malo con la improvisación, puede que el tema no amerite tanta planeación y estés seguro/a de poder manejar la situación sin mayor desastre; sin embargo, la mayoría de veces deberás planear tus clases para obtener mejores resultados. Es muy importante que no olvides que los alumnos son el reflejo de tu asertividad como docente (aunque no siempre aplica) y por tanto son tu mayor juez. Una clase sin estrategias, sin dinámicas, sin objetivos, vaya, sin pies ni cabeza, es una película sin doblaje ni subtítulos al español para un hispanohablante que solo conoce su lengua materna.
Después de haber organizado la clase, busca las estrategias de enseñanza-aprendizaje adecuadas para el tema en particular y para el grupo en general, y digo en general porque como se mencionó anteriormente no todo alumno aprende de la misma manera, puede que logres usar la misma estrategia con unos pocos, pero recuerda que el cerebro humano es más complejo que las fórmulas matemáticas y no hay una receta que funcione sin excepciones. Utiliza estrategias basándote en tus conocimientos del grupo, por ello es importante que como profesor lleves una relación amena y abierta con tus alumnos, sin que esta exceda el límite entre profesor-alumno.
El material didáctico también juega un papel relevante en la enseñanza-aprendizaje. Analicémoslo con el siguiente ejemplo; el tema de la clase de hoy es “¿Crees que puedes cantar?” El gramar ítem es “verbos modales”. Este mismo tema lo va a ver la Clase A y la Clase B, el profesor a cargo del A utiliza el pizarrón como material didáctico y el método directo; en el grupo ve se opta por utilizar el método indirecto (aunque como tal el método no afecta o predispone el uso de materiales didácticos) y el role-play tanto en enseñanza como práctica, entre otros materiales aparte del pizarrón y la tecnología. ¿Qué clase te parece más entretenida? ¿Qué clase crees aprenda más tan solo con la práctica y el uso interactivo? El material didáctico es un recurso que se toma con el fin de obtener mejores resultados para el aprendizaje, ya que al dejar la monotonía de lado se espera que el alumno esté atento y participativo a lo que el profesor indique, por supuesto que esto no siempre cumple el propósito porque por más que se empleen múltiples herramientas didácticas, el docente y el alumno siempre tendrán la última palabra, y con esto me refiero a que el docente debe saber enseñar, y el alumno debe querer aprender.
Ya vimos a raso modo el proceso que se lleva a cabo para planear una clase, sus características, complejidades y algunos ejemplos, ahora veamos el inigualable menester de la enseñanza-aprendizaje. ¿Qué es la retroalimentación? ¿Cómo dar instrucciones claras y concisas? ¿Cuál es el ambiente que esperas en el salón de clase? ¿Cómo será la interacción entre docente-alumno? Comencemos con la primera pregunta “¿Qué es la retroalimentación?” es importante aclarar que la retroalimentación o “feedback”, como lo conocemos en inglés, es una manera de compartir nuestra opinión con respecto al desempeño, de un tercero, siempre y se dé de manera responsable, objetiva, respetuosa y en pro de obtener mejoría a futuro. Este tipo de reflexión no solo se lleva a cabo en el sector profesional, de empleador a empleado o de manera personal, sino que también, y es exactamente a lo que quiero llegar, se encuentra en el área académica. Es de gran importancia que el profesor no solo evalué actividades y desempeño del alumno, sino también que le comparta a este su crítica y lo ayude a mejorar esas destrezas y/o habilidades a mejorar. ¿Cuándo es el momento oportuno para impartir feedback? Eso va a depender completamente del docente, mas yo recomiendo se haga después y no en medio de una actividad; por ejemplo, si el alumno está compartiendo su opinión sobre el tema, es preferible dejarlo terminar para no interrumpir su diálogo, así evitarás ponerlo nervioso o cortarle la idea, o en casos, la fluidez de sus palabras. “¿Cómo dar instrucciones claras y concisas?” Este es un punto tan complejo como la mente humana en su totalidad. Uno, como profesor debes conocer muy bien el tema de la lección, dos, debes tener certeza de la asertividad de tus actividades, en otras palabras, que puedan ser realizadas por el sector que las va a llevar a cabo, tres, busca las mejores estrategias para implementar las instrucciones de acuerdo a la edad, nivel y capacidades del grupo. Las últimas preguntas están relacionadas entre sí (todo en el mundo de la docencia lo está). El ambiente que se perciba en el aula, en el grupo, está estrictamente relacionado con la interacción docente-alumno, sino hay un buen diálogo entre ambos es imposible respirar aire cálido que amenice con cada uno de los individuos correlacionados. El diálogo abierto y respetuoso ayuda a que el alumno resuelva dudas, cuestione, aprenda y se desarrolle plenamente en un lugar afín a sus pretensiones, que, lo apoya en su despertar personal, académico, y por qué no, que lo incentive a buscar un interés profesional. El docente, de igual forma mantiene la confianza del grupo, y el grupo de él, por tanto, la interacción misma es un ganar-ganar, manteniendo un espacio óptimo cuyo principal motor es el respeto y la confianza. En este tipo de ambientes no hay lugar para la deshonestidad y la retroalimentación es rotativa, así como las estrategias de enseñanza-aprendizaje, la mejora de la enseñanza y el mismo aprendizaje.
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