Alimentación En La Infancia Y En La Adolescencia
Enviado por carmelita66 • 18 de Julio de 2013 • 2.212 Palabras (9 Páginas) • 336 Visitas
Alimentación en la infancia y la adolescencia
Son períodos de crecimiento y desarrollo en los que aumentan los requerimientos de energía y nutrientes.
Tanto la infancia como la adolescencia son periodos de especial crecimiento y desarrollo en los que los requerimientos de energía y nutrientes se incrementan.
Actualmente la alimentación de niños y adolescentes tiene, además, un carácter preventivo debido a los problemas de sobrepeso y obesidad que se presentan con mayor incidencia que en otras épocas.
Muchas enfermedades crónicas en la edad adulta están muy relacionadas con la nutrición (obesidad, diabetes, dislipemias.) por lo que la prevención en la infancia y adolescencia se convierte en una necesidad. Este es un buen momento para la instauración de hábitos de vida saludables.
Durante el primer año la alimentación del niño es más estricta pero a partir del segundo año de vida se comienza a instaurar el patrón que marcará la pauta alimentaria a lo largo de su vida y que dependerá, en gran medida, de los hábitos, gustos, costumbres, disponibilidad de alimentos y patrón cultural de la familia y de su núcleo social.
Aunque el crecimiento es continuo, a lo largo de la infancia y la adolescencia se dan diferentes fases o etapas en las cuales van variando las necesidades nutritivas y de energía:
HASTA LOS DOS AÑOS: crecimiento rápido.
EDAD ESCOLAR. crecimiento más lento entre los 3 años y la pubertad.
ADOLESCENCIA: otro periodo más rápido, con el clásico "estirón".
HASTA LOS DOS AÑOS
En los dos primeros años se produce un gran desarrollo físico. A los 5 meses el niño ya ha duplicado su peso y lo ha triplicado al año. También aumenta mucho en longitud.
A este enorme crecimiento se le suma la inmadurez de los aparatos y funciones fisiológicas que necesitan una etapa de maduración, como los dientes que no empiezan a salir hasta el segundo semestre o la maduración del sistema digestivo que no se hace eficaz hasta los dos años. También a nivel renal el bebé tiene una gran inmadurez. Este hecho condiciona la alimentación de los niños que se va produciendo en etapas de forma progresiva con el fin de ir adaptándose a los cambios de maduración fisiológica y psicológica que se van produciendo en el niño. Abarca desde que el niño es un bebé alimentado solamente de leche hasta que se va conformando su patrón alimentario.
PERIODO LÁCTEO
Es el primer periodo que encontramos en la alimentación de los niños en el cual el bebé se alimenta casi en exclusiva de leche, bien materna o bien de leches adaptadas. El niño se considera lactante el primer año de vida aunque a partir de los 5-6 meses ya se comienza a introducir alimentos distintos a la leche.
Desde el punto de vista fisiológico la mejor manera de alimentar a un bebé o lactante es la leche materna que está adaptada de manera biológica a las necesidades del niño.
La leche materna es un producto con unos porcentajes adecuados de macro y micronutrientes, así como de energía que satisface las necesidades del niño sobre todo hasta el sexto mes en que de manera progresiva se comienza a introducir otros alimentos diferentes a la leche. Desde el punto de vista nutricional los únicos nutrientes que no quedarían cubiertos con la leche de la madre son las de vitamina K, hierro y vitamina D.
La leche materna frente a la leche de vaca presenta unas características nutritivas diferentes:
Una proporción de proteínas más baja aproximadamente 0,9 g. por 100 ml. frente a los 3,5-4 g. por 100 ml. que tiene la leche de vaca.
Un mayor contenido de lactosa (7,4 por 100 ml. aproximadamente frente a los 5 de la leche de vaca).
Una composición de ácidos grasos diferente, ya que en la leche de vaca predominan los ácidos grasos saturados (AGS) y en la lecha materna predominan los ácidos grasos poliinsaturados (AGP) como el linolénico.
Al hecho de ser un producto biológicamente adecuado para la alimentación del lactante se unen otras ventajas de la lactancia materna:
Mayor capacidad inmunológica de la leche materna.
Aporte de factores de crecimiento y hormonas gastrointestinales que podrían favorecer la maduración del sistema digestivo.
La lactancia favorece una mejor relación afectiva de la madre con el niño.
Cuando la lactancia materna no es posible se usan leches adaptadas. Son las leches de fórmula cuya materia prima es sobre todo la leche de vaca modificada nutricionalmente para adaptarla a las necesidades de los bebés y que se van adaptando a las distintas etapas de requerimientos nutricionales y maduración fisiológica. Así encontramos:
Preparados para lactantes (leches para lactantes si solo tienen proteínas de leche de vaca). Hasta los 4-6 meses.
Preparados de continuación (leches de continuación si solo contienen proteínas de leche de vaca). Niños con más de 4 meses.
También existen las leches de crecimiento o fórmulas 3 a partir del primer año de vida. Son líquidas pero han sido adaptadas, con menos proteínas, con grasa de origen vegetal sustituyendo a la grasa saturada de la leche de vaca y están enriquecidas con vitaminas y minerales.
Preparados especiales: en algunas ocasiones se presentan problemas médicos como intolerancia a alguno de los nutrientes de la leche, problemas de absorción o problemas digestivos. En estos casos es necesario dar al bebé preparados especiales adaptados a su patología. Sería el caso de las fórmulas para los lactantes pretérmino que tienen un contenido energético y de proteínas mayor, fórmulas sin o con bajo contenido en lactosa, fórmulas antirreflujo que contienen espesantes, fórmulas de soja cuando hay intolerancia a la lactosa, galactosemia, etc. En los casos de alergia o intolerancia a las proteínas de la leche de vaca se suelen dar preparados con hidrolizados de leche de vaca.
PERIODO PROGRESIVO
A partir de los seis meses la fisiología del bebé va madurando. Aunque la leche continua siendo el alimento principal se van introduciendo, de manera progresiva, alimentos distintos de la leche materna o los preparados lácteos con el fin de satisfacer la necesidades de energía y nutrientes.
No solo cambia la composición de la dieta del bebé sino también su consistencia de manera que de una alimentación exclusivamente líquida se comienza a introducir alimentos con una consistencia diferente. Primero se introducen alimentos de consistencia semisólida y después sólida.
Los alimentos nuevos se van introduciendo en pequeñas cantidades y de forma separada para detectar posibles alergias.
El primer grupo de alimentos a introducir suelen ser los cereales sin gluten (arroz y maíz)
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