Alimentación

Alimentación

La alimentación se define como el proceso de ingesta de alimentos por el ser humano para desempeñar todas sus funciones. La alimentación es inútil sin la nutrición, que es el proceso de absorción de nutrientes que se realiza con las materias primas obtenidas con la alimentación, o sea los alimentos. Ya que los nutrientes son los bloques de construcción y desempeño de todo el cuerpo humano, es lógico suponer que un cambio en éste supondrá una modificación a nivel de salud general.

La alimentación debe ser integral, por lo que debe ser suficiente, completa, equilibrada, adecuada, variada e higiénica. También debe incluir todos los nutrientes necesarios, es decir: agua, fibra, vitaminas, minerales, proteínas, hidratos de carbono y lípidos.

La fibra debe de tener una ingesta de 25 g. al día; ayuda a promover un sistema digestivo sano y ayuda a regular ciertas funciones inmunológicas. El agua es vital para todas las funciones metabólicas básicas y debe consumirse alrededor de 2-3 litros al día. Las vitaminas y minerales son de diversa índole metabólica: se caracterizan por no ser secretadas por el cuerpo humano y ser necesarias para él, generalmente ayudan a mantener tejidos o inducir procesos anabólicos.

Los hidratos de carbono deben de ser consumidos en su mayoría en forma de polisacáridos (almidones), cuya energía se degrada más lentamente, para evitar el pico de la glucosa de los mono- y disacáridos (azúcares simples), que traen serias complicaciones. Las proteínas deben consumirse en base al valor biológico de las mismas, las cuales son fijadas en base a la capacidad que tienen para formar nuevas proteínas en el ser humano. Sólo la leche materna aporta la cantidad de aminoácidos esenciales; los demás deben ser complementados para lograr el aporte necesario.

De los lípidos se recomienda que se ingieran lipoproteínas de alta densidad y los omegas (3 y 6, en proporción de igualdad) para que se considere una dieta completa. Entre los 3 macronutrientes debe existir una proporción igualitaria para evitar complicaciones en base a ello. Así, un exceso de lípidos producirá acumulación de grasa en el abdomen y otras partes y a una acetoacidosis metabólica; un exceso de proteínas ocasionará a su vez acidosis y aumentará la necesidad de ingesta de B6 y absorberá más calcio de la sangre; y un exceso de hidratos de carbono provocará déficit secundaria de tiamina, además que provocará cardiopatías, obesidad y diabetes (gran parte de la dieta actual).

La dieta es parte fundamental de la salud. Investigaciones han mostrado que, incluso, puede modificar la salud de las generaciones próximas aún cuando genéticamente no se esté dispuesto a ello (herencia fenotípica), como parece indicar ciertos estudios. Esto significa que la alimentación y por ende la nutrición no es un problema personal, sino más bien a nivel comunidad y más allá.

Es bien sabido que todas las principales causas de muerte en países desarrollados están ligadas en mayor o menor medida a la nutrición; muchas de éstas son causadas por las llamadas “enfermedades de la abundancia”, las cuales son la diabetes, la obesidad, las cardiopatías, la hipertensión arterial, la arterioesclerosis y ciertos tipos de cáncer como los de colon. Gran parte de ellos son multifactoriales, con preponderancia en ignorancia alimenticia, facilidad para conseguir comida chatarra, proliferación de comida rápida y marcas comerciales de alimentos procesados, y hábitos externos como el sedentarismo. Es decir, en estos países del 70 al 80% de sus muertes se relacionan con padecimientos fácilmente combatibles desde el inicio, con un cambio en la alimentación.

La alimentación ahora genera desnutrición. Esto quiere decir que aunque sea bastante la cantidad de comida, o la disponibilidad de ella, no quiere decir que realmente contenga lo que el cuerpo

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