Arquitectura Y Critica
Enviado por pachao • 10 de Septiembre de 2012 • 2.475 Palabras (10 Páginas) • 589 Visitas
Este libro pretende responder cuestiones tales como: ¿Qué es la crítica?, ¿Cuáles son sus objetivos y sus significados?, ¿Tiene algún sentido la crítica?, centrándose en el campo de las relaciones entre arquitectura y critica. Proporciona los mecanismos que utiliza la crítica, sus límites y objetivos. Retomando los principios desde los pioneros de la arquitectura del siglo XIX, hasta personajes de la historiografía moderna o de textos de arquitectos como Le Corbusier.
De diferentes interpretaciones como el existencialismo, la fenomenología, la iconografía o el estructuralismo hasta el posestructuralismo con iconos como Peter Eisenman, en un recorrido por el siglo XX desde los orígenes a la actualidad.
Como primera instancia, la crítica comprende un juicio estético. Consiste en la valoración de la obra arquitectónica a partir de los conocimientos, la metodología, su capacidad analítica y sintética y su sensibilidad, intuición y gusto. De igual manera parte de un principio ético, esto es, la mejora de la sociedad.
La actividad del crítico va dirigida a comprender la obra para así explicarla al público o espectador. Esto no quiere decir que el crítico pueda exponer todos los conocimientos del arquitecto, ni tampoco que agote todos los recursos de este. De alguna manera siempre quedaran aspectos desconocidos del autor y de su obra.
Los principios de la crítica se sitúan a mitad del siglo XVIII con el surgimiento del espíritu ilustrado y el neoclasicismo, que más que un estilo conformo una transformación del gusto y métodos de creación de las artes, la arquitectura y las ciudades. Pero es a partir del arte de vanguardia y del movimiento moderno que la actividad de la crítica toma un papel más relevante.
La misión de la crítica es muy compleja, esta está impregnada de problemas y contradicciones. Constituye una actividad con el más amplio sentido cultural. En el caso de la arquitectura su juicio se establece en la medida en que la obra alcanza sus finalidades, como procede en el ámbito del pensamiento, ciencia y arte.
Surge a raíz de la batalla del neoclasicismo contra el barroco, del pensamiento ilustrado contra el academicismo, del romanticismo contra el positivismo, del eclecticismo, de los muy distintos orígenes culturales y artísticos. La crítica, surge a raíz de la diversidad de interpretaciones y el pluralismo que se genera en la crisis del mundo de la tradición clásica. En este ámbito el libro de Vitrubio y los tratados renacentistas deben ser entendidos como textos de teoría y no de crítica.
El trabajo de la crítica, como el de la filosofía, parte de la duda misma, y la indagación. Esta debe aceptar los errores y los cambios.
En el aspecto espacial, la crítica mantiene una estrecha relación con el espacio en el cual se genera. Como ejemplo, para el crítico literario, su espacio es la misma biblioteca. Entonces, para el crítico de la arquitectura, el juicio es en el interior de la misma obra arquitectónica. Como dijo Walter Benjamin, la mirada hacia la pintura es estática, en cambio, la mirada hacia la arquitectura es dinámica. Por tanto, la crítica del arte y la arquitectura debe desarrollarse en presencia del original, en su mimo lugar.
En la década de 1960 se pensaba que, en la medida que el arte intentaba fundirse y disfrutarse con la vida, la critica pasaría a ser superflua, no haría falta aquel que interprete el contenido de una obra artística. Sin embrago la realidad ha ido en otro sentido. Si para el arte vanguardista era necesaria una teoría como guía de interpretación, las últimas corrientes, como el minimalismo, han exigido en mayor medida unas explicaciones de autores y críticos que hagan “visible” la intencionalidad de cada obra.
Pero la crítica ha caído en la redundancia, y no solamente esto, sino que también la crítica contemporánea se sustenta en ciertos tópicos inamovibles de los que se debería desconfiar.
La posición del realismo conlleva a menudo una situación de estancamiento, de repetición y de conservadurismo.
Una de las misiones básicas del trabajo de la crítica consiste en intentar contextualizar toda nueva producción dentro de corrientes, tradiciones, posiciones y metodologías ya establecidas, reconstruyendo el medio en el cual se han creado las obras. De esta manera, el trabajo de la crítica consiste en desvelar las raíces y antecedentes, las teorías, métodos y posiciones de la obra. Dicha contextualización, que puede ser ilimitada, se dirige en dos direcciones: el pasado, que reconstruye las influencias y genealogías de la obra, y el presente, que extiende la interpretación a los valores, connotaciones y creaciones contemporáneos.
Pero por otra parte, toda crítica arquitectónica no puede quedarse solo en interpretaciones generales, sino que deben entrar a fondo, es decir, toda crítica arquitectónica debe entrar en el análisis estrictamente formal.
Por último, todo objeto arquitectónico debe ser valorado en las direcciones y esperanzas de los proyectos colectivos, dentro de un sentido ético y líneas de la historia.
En todo caso, el trabajo de la crítica se dirige hacia la interpretación de una obra dentro de una realidad compleja e irreducible a unos pocos razonamientos o características.
Existe una cuestión, la más básica de la crítica: su relación con la obra de creación. Es decir, su carácter relativo a las obras de creación sobre las que tratan y su posibilidad de llegar a poseer también, la citica, un valor creativo o artístico. Toda obra de creación constituye la más alta actividad crítica.
Podemos añadir que, toda la creación filosófica de Platón es a la vez homenaje y critica a Sócrates; que la obra de Picasso es una crítica a la pintura de Velázquez; o que la obra de Louis I. Kahn lo es como culto y critica a la obra de Le Corbusier.
La misión de la crítica de la arquitectura tendría que consistir en establecer puentes en dos sentidos entre el mundo de las ideas y los conceptos, procedentes del campo de la filosofía y la teoría, y el mundo de las formas, de los objetos, de las creaciones artísticas, de los edificios.
Walter Gropius, fue integrando nuevas aportaciones, como el expresionismo alemán en arquitectura y su propuesta modélica de la catedral de cristal y de la fusión de todos los artesanos en una idealización. Gropius creó la Bauhaus con la intención de seguir las huellas de la teoría de los miembros del arts & crafts, que transmitió en Alemania la idea de una obra basada en todas las artes. La Bauhaus, al integrar corrientes contrapuestas, se convirtió en el
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