Capitulo 4 El Aprendiz

Capitulo 4

El Aprendiz

Mientras se encontraba esperando el tren hacia su trabajo Frank  se encontraba casi a punto de cabecear del sueño hasta que comienza a recordar los pósters que había visto en las oficinas del Cirque du Soleil en Montreal, no podía olvidar las razones que Diane había tenido para invitarlo al estreno de KÁ, al subir al tren siente el peso de la rutina que se había creado ya en su vida com caminaba ya hacia el mismo trabajo sin las ganas de antes y que ese día al conversar con Diane le había recordado como solía ser su vida antes de volverse rutinaria y aburrida, en su amigo Mike que siempre supo lo que quería con mucha seguridad, ese pensamiento de que su mejor amigo tenia muy claro lo que haría al terminar la licenciatura lo llevó a decidir su profesión; así ayudaría a jóvenes con talento a alcanzar sus sueños, pero eso ya no lo inspiraba más, necesitaba algo que encendiera esa llama que había sido apagada con el transcurso de los años. Debido a todas esas ideas rondando su cabeza comienza su travesía al cambio tomando un riesgo muy grande siendo fiel a la idea que si no arriesgas no puedes alcanzar nada importante. Frank decide hablar con su Jefe acerca de su problema de ya no tener pasión y le pide le de un tiempo para encontrase de nuevo yendo a las instalaciones del Cirque du Soleil unas semanas para encontrar su pasión y de paso aprender como traer esa misma de vuelta a la oficina y compartirla con los demás, el jefe acepta sin dudar y le concede a Frank ese tiempo; así mismo Diane acepta su propuesta de pasar un tiempo con ellos pero debiendo realizar las mismas pruebas por las que los artistas deben pasar en los entrenamientos, pagando los gastos correspondientes y ‘siendo sumamente comprometido con la compañía.

Al llegar a las instalaciones del Circo, Frank descubre que deberá llevar un agitado y riguroso programa con una gran variedad de personas a las que no conocía. La primera cita fue con Bernard Lavallard, uno de los entrenadores mas reconocidos de la empresa, Bernard en su juventud había sido gimnasta y a pesar de que ya era mayor los años no se le notaban, seguía con mucha fuerza y mucho entusiasmo, el había dejado los entrenamientos olímpicos para convertirse en payaso y a pesar de que su padre se encerraba en total desacuerdo, en esos tiempos conoce a los fundadores del Cirque du Soleil, personas que el describe como inconformistas, de mentalidad abierta, disciplinas y trabajadoras con mucha visión, con ellos podías discutir de lo que fuese, como ellos analizaron un numero grande de factores para basarse en lo que hoy era el Cirque. Las ideas venían espontáneamente, las fechas tope era un punto clave en la empresa ya que sin ellas la mente no se concentra, viendo así desde un punto muy positivo las limitaciones.

La Segunda cita era con Charina, una de las directoras artísticas de Cirque, una mujer que a pesar de tener ya casi cuarenta parecía una adolescente, ella se encargaba de mantener la vida en los artistas, lo hacía por medio de la constancia y dedicación, si no prestaba atención o compromiso a sus artistas ellos no creerían en ella y poco a poco caerían en la rutina, si alguno de los jóvenes no podía estar en el acto ese día ella los mandaba a la sala de espectadores a sentir la emoción de los que iban por primera vez a ver el espectáculo, así ellos podrían ver el fruto de su esfuerzo desde un plano diferente, después de pasar una noche junto a los espectadores los aristas se transformaban.

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