Caracteristicas De La Poesia Para Niños
emi_nao25 de Enero de 2014
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CARACTERÍSTICAS DE LA POESÍA PARA NIÑOS
Heriberto Tejo*
La auténtica poesía para niños no es una poesía fácil, llena de cursilerías y didactismos, sino esencialmente poesía. Reducir la vivencia poética a una enumeración de virtudes, exaltación patriótica o enseñanza de temas escolares es desvirtuar la esencia poética, convertirla, como nos dice Gabriela Mistral, “en un absurdo, que podríamos llamar balbuceos de docentes”.
El buen gusto de los niños hacia la poesía se forma paso a paso, si tienen reiteradas experiencias con buena poesía. Esto presupone que somos los adultos quienes debemos conocer primero cuál es la buena poesía para los niños y, en consecuencia, distinguir las características que debe reunir dicha poesía.
He aquí algunas de ellas:
1. Musicalidad.
El ritmo y la melodía son fuentes primarias de satisfacción en el niño. Un buen poema infantil deberá contar por lo tanto con ritmo y rima fluida, es decir, con una armoniosa distribución de sonidos y acentos que se sucedan en un tiempo exacto, sonoridad cadenciada que esté cercana al canto. En los primeros contactos con la poesía se deben priorizar los poemas rimados a los de versos libres. El estribillo, palabras o frases que se repiten, así como la aliteración, juego sonoro de palabras, son también elementos fónicos de esta característica.
2. Brevedad.
La brevedad en su desarrollo es otra característica de la poesía infantil. Paulatinamente se les irá presentando a los niños poemas que cuenten con un mayor número de versos. No obstante, es interesante señalar que aún cuando se trate de un poema relativamente largo, el niño lo disfruta con frecuencia siempre que el poema desarrolle una anécdota, es decir, que sea una suerte de cuento en verso.
3. Sencillez.
Aunque la poesía tiende a suscitar una respuesta emocional, se crea entorno a ciertas ideas que el niño debe comprender. En este sentido, el contenido del poema debe ser sencillo, de ningún modo vulgar, que infunda en la experiencia cotidiana del niño un sentido nuevo, revelador, ya sea movilizando su imaginación, divirtiéndolo o asombrándolo. Debe haber alguna base común entre las vivencias del niño y las comprendidas en el poema.
4. Estética literaria.
Los niños captan primero el matiz afectivo de las palabras y luego su significado. El valor de toda poesía radica en sugerir, en despertar, en provocar una respuesta emocional, no apelando únicamente al significado literal aunque éste también sea importante. Es por ello que las palabras de un buen poema infantil han de ser connotativas, sensorialmente ricas en imágenes, expresivas, precisas en su definición, vigorosas. Han de hablar a los sentidos y estimular la imaginación, ya sea para provocar la risa del niño, su sorpresa o su simpatía.
Un poema como éste de María Elena Walsh tal vez no contenga ninguna enseñanza, pero tiene belleza.
Con esta moneda
me voy a comprar
un ramo de cielo
y un metro de mar,
un piso de estrellas,
un sol de verdad,
un hilo de viento
y nada más.
En cambio, el siguiente texto tiene un claro valor instrumental pero carece de belleza.
Las manos bien limpias
y el rostro también
son señales dignas
de un niño de bien.
ACTIVIDADES EN TORNO A LA LECTURA DE POESÍA INFANTIL
Heriberto Tejo*
En nuestros días, es urgente conseguir que la poesía se instale nuevamente en la escuela. Junto con el canto, la lectura de poemas, debe retomar nueva fuerza, pues poco a poco ha ido desapareciendo del ámbito escolar. Y con ello se ha ido privando a los niños de experiencias en extremo generosas para su formación.
Esta reincorporación de la poesía en el trabajo escolar no sólo debe tener la forma de lectura, sino de múltiples actividades en torno al texto poético.
Como en todos los campos, el maestro tiene un papel importante en la formación de los niños para la apreciación de la poesía. Su labor comienza con la selección cuidadosa de los poemas, pero no termina allí. El profesor inglés P. Gurney ha expuesto en forma excelente lo que podría ser la responsabilidad del maestro:
“¿Cómo podemos resumir nuestras obligaciones para con los alumnos en la enseñanza de la poesía? Nuestro primer objetivo, sin duda, es tratar de ayudarlos a disfrutar de la poesía; el segundo, ayudarlos a descubrir más en cada poema de lo que solos podrían descubrir; y el tercero, tratar de que sigan leyendo poesías”.
La lectura de un poema en el aula no puede quedar solamente en la lectura del texto. A partir de ella es fácil generar muchas actividades: lectura coral, recitación, ilustración, escenificación, creación poética, etc., todas las cuales producen una doble ganancia: de una parte, acrecientan la apreciación del texto y de otra, favorecen el desarrollo del lenguaje.
ACTIVIDADES MÁS SIGNIFICATIVAS:
1. Lectura coral
Algunos poemas se prestan para la lectura coral, que es una lectura colectiva en voz alta, pero ejecutada de tal modo que todas las voces se escuchen al unísono. Si no, no sería una lectura en coro. La ventaja de esta forma de lectura es que pone en evidencia la parte melódica de los textos, lo que podríamos llamar su musicalidad.
El procedimiento es simple. A una señal del maestro, los niños leen en voz alta el texto, pero procurando escuchar a los otros para que todas las voces concuerden.
Puede haber diversas variantes: todos en conjunto, en grupos de dos, tres o cuatro, profesor y niños, etc.
La lectura en coro en pequeños grupos tiene la ventaja de atraer la atención de los niños ante cada nuevo verso o estrofa, sea porque les toca leer, sea por que les toque escuchar. En efecto, como cada grupo está esperando que le llegue el turno presta gran atención al que está interviniendo a fin de entrar en el momento oportuno.
2. Ilustración de poemas.
Los niños pueden ilustrar los poemas. Con lápices, plumones, acuarelas, crayolas, los niños conseguirán siempre mostrar como “ven” el poema, pero también se ejercitarán a “ver” más.
Está actividad tiene dos posibilidades: que hagan la ilustración atendiendo a la idea general del texto, o que se refieran a un detalle del mismo. Esto depende de las sugerencias que proporcione el poema.
En ciertos casos conviene una previa exploración del texto, hecha con los mismos niños, para buscar con ellos ideas para ilustrar. Los niños leerán individualmente el poema y propondrán el dibujo que se puede hacer. Esta búsqueda de ideas para dibujar es, en el fondo, una nueva lectura muy atenta a las imágenes visuales. Es importante que ellos hagan la ilustración y copien en la misma hoja el poema entero o los versos que dieron lugar a su dibujo.
El conjunto de dibujos podrá ser expuesto luego en un mural, dentro del aula para que los vean sus compañeros, o fuera del aula para que los aprecien todos, incluso los padres de familia. De esta forma difunden la poesía y sienten que pueden compartir algo que es bueno.
3. Recital de poesía
La recitación de poemas aprendidos de memoria es una actividad sencilla, agradable y de mucho valor. Al decir el poema en voz alta sin leerlo, sino recordando los versos, resaltan muchas de sus cualidades. Es como ver un objeto bajo una luz diferente. Y lo mismo sucede cuando se escucha dicho por otros lo que uno ya sabe. Por eso es ventajoso organizar estos recitales.
Pero es preciso advertir que, al hablar de recitación, no estamos hablando de declamación con mímica. Es simplemente un decir el poema en voz alta, haciéndolo con mucha corrección. Basta con que los niños digan el poema esforzándose –eso sí- porque la entonación corresponda al espíritu del mismo. Si es preciso, hasta conviene que los niños sostengan entre sus manos el libro que contiene el poema para acudir a él cuando vacile la memoria.
El hecho de que los demás ya conozcan los mismos poemas no es un problema. En estos casos se produce un fenómeno especial: a medida que los niños escuchan a otro van repitiéndolos para sí, mentalmente o en voz baja. Entonces sucede con la poesía lo mismo que pasa con la música, en que nos place la repetición porque al escuchar nuevamente las piezas que conocemos bien, siempre descubrimos aristas nuevas.
4. Escenificación de poemas
La escenificación es una actividad de carácter teatral. Consiste en representar con personajes y escenario muy sencillo, escenas narradas en un cuento, leyenda o un poema como es nuestro caso. Naturalmente no todos los poemas se prestan para ello, pero hay algunos que ofrecen muchas posibilidades, sobre todo los que relatan un hecho o son poemas dialogados.
La escenificación de un poema obliga a la intervención de un locutor, que va diciendo el poema a medida que transcurren las escenas. El locutor puede ser un niño o el mismo maestro. Los actores ejecutan las acciones con gestos y ademanes convenientes al mismo tiempo que se dice el poema.
5. Edición de poemarios manuscritos
Esta es otra actividad que se hace necesariamente por grupos. Cada grupo deberá elaborar una revista manuscrita, que será simplemente un folleto engrapado, con su respectiva
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