Casa de Contratación de Sevilla.
Enviado por Enriqueacevedo1 • 7 de Marzo de 2016 • Síntesis • 1.695 Palabras (7 Páginas) • 371 Visitas
No. De equipo Acevedo Samberino Luis Enrique
11 Balderas López Zahory Isabel
No. De documento Martínez Martínez Juan Daniel
11 Salas Damián Carlos Said
Ugalde Hernández Rafael
La Casa de Contratación de Sevilla
El carácter mercantil de la empresa española en América, se manifiesta muy marcadamente en los antecedentes, en la organización y sus funciones de la Casa de Contratación de Sevilla.
Sus antecedentes datan de las Capitulaciones de Santa Fe, celebradas entre Isabel de Castilla y Cristóbal Colón, el 17 de abril de 1492. En este famoso contrato, después de nombrar a Colón Almirante –título con derecho a sucesión-, la Corona inviste al futuro descubridor con el título y funciones de virrey y de gobernador de todas las islas y tierra firme que descubriese y ganare, y le concede la décima parte de toda la mercadería que se negociase con las Indias. De donde se concluye el carácter predominante mercantil de la empresa: “Los Reyes Católicos ponían su dinero y autoridad real, Colón era el socio Industrial”.
Ya para el segundo viaje colombino, se ordena que al llegar a las islas se estableciera una casa aduanal para depositar las mercancías que enviaran de España o de España llegaran a las islas, y otra casa de aduana debía establecerse en Cádiz con el fin análogo, y en la que debería llevarse riguroso inventario de los bienes que entraran o salieran, y el control, también, de la entrada y salida de personas de España a las Indias.
Ante el tráfico cada vez más intenso de personas y mercancías, entre la Metrópoli y la América hasta entonces conocida, en cumplimiento de las Ordenanzas de 1503 de los Reyes Católicos dadas en Alcalá de Henares, nace la Casa de la Contratación de Indias con sede en Sevilla.
Era un organismo de carácter mercantil, al que se le encomendaba la atención de todo aquello que era del interés de la Corona en ese rubro, con relación al tráfico entre España e Indias. Su misión fundamental, pues, es la regulación del comercio entre la Metrópoli y el Nuevo Mundo.
Dice Muro Orejón que este organismo ejerce fundamentalmente una triple misión: “dirigir el comercio, la navegación indianos, ser tribunal de justicia mercantil y ser también una institución científica que estudia, enseña y resuelve los problemas marítimos y cartográficos”.
Llevaba el registro de barco y personas, velando por el cumplimiento de los requisitos que debían cubrir en el tráfico constante entre España e Indias; tenía a su cargo lo relativo a correspondencia y archivo; cuidaba de los llamados “bienes de difuntos”, que eran los patrimonios de las personas que fallecían en América dejando herederos en España.
En 1512 se hizo una compilación de todas las disposiciones jurídicas sobre las Casa de Contratación de Sevilla, publicadas por Andrés de Carbajal, que sirvió de base para el libro IX de la Recopilación de las Leyes de 1680.
Dos organismos fueron creados como anexos a la Casa de Contratación: por disposición del rey Carlos I en 1543, un Consulado o Tribunal de Mercaderes, llamado Universidad de Cargadores de las Indias, que debía juzgar “por estilo de mercaderes, solamente la verdad sabida y buena fe guardada, sin libelos, escritos de malicia, plazos ni dilaciones de abogados”, y el Correo Mayor, a instancias de Felipe II en 1580, encargado de la correspondencia entre Indias y España y Sevilla y la Corte.
Contra la piratería, se creo el impuesto llamado de avería. Con los recursos provenientes de este gravamen, si dispuso armar a los barcos españoles y proveerlos de todos los elementos para su defensa. La avería se pagaba como porcentaje al valor de las mercancías. En un principio el impuesto fue moderado, después exagerado, lo que dio origen al contrabando.
Medidas antieconómicas dictadas por la Casa de Contratación, fueron, a la postre, una de las causas de la guerra de independencia. Prohibió el cultivo de la vid, del olivo y la morera y creo el monopolio estatal del tabaco.
Las flotas de control y comercio
La travesía de carabelas y galeones por el océano Atlántico era sumamente peligrosa debido a que, las tormentas que podían hacerlos naufragar, con frecuencia eran atacadas por piratas y corsarios que los acechaban en todo momento, para robar sus riquezas y romper, en cierta forma, el monopolio mercantilista español.
En 1526 el emperador Carlos V ordenó que el comercio con América se realizara en convoyes, es decir, en varias embarcaciones que navegaban juntas para protegerse entre sí. En 1543 los comerciantes de Sevilla pidieron que se organizara un sistema de flotas que consistían en que los convoyes fueran custodiados por buques de guerra.
Cada año partían de Sevilla dos flotas, una con destino a Veracruz y otra a tierras continentales al sur del Caribe. La primera llamada Flota de Nueva España, salía de Sevilla en mayo y llegaba tres meses después a Veracruz, la otra conocida como Flota de los Galeones o de Tierra Firme partía de España en agosto hacia Cartagena, en la actual Colombia. Como su destino final era el virreinato de Perú, los barcos se descargaban en el istmo de Panamá, en un puerto llamado Nombre de Dios (más tarde Portobello), y de ahí las mercancías eran transportadas mediante balsas y mulas hasta la ciudad de Panamá en la costa del Pacifico, donde los comerciantes peruanos las compraban con plata para llevarlas a Lima.
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