Caso Cangreso

INTRODUCCIÓN

Las circunstancias políticas, económicas y sociales por las cuales atraviesan los países constituyen los principales elementos que crean las condiciones esenciales para el aumento de los índices de delincuencia, sin importar el status, la edad y la posición que ocupe el individuo dentro del ámbito social, aunado a esto se encuentran los altos índices de corrupción administrativa política y judicial existentes en los países de la América Latina, sin dejar a un lado a Venezuela, donde existen en gran medida todos los aspectos antes señalado obligando al pueblo a transitar un sendero estigmatizado por la anarquía, el odio social, el totalitarismo y la corrupción; El uso del poder omnipotente para el logro de intereses mezquinos han hecho que ese camino sea inopinado y cruel , como se pudo observar en el caso Vegas Pérez acaecido en la ciudad de Caracas en el año 1973 donde un grupo de jóvenes de familia influyente secuestraron a un niño de 13 años con el propósito de obtener ganancias para cancelar una deuda de drogas, el cual, posteriormente se convirtió en un homicidio considerado un caso cangrejo por la influencia del poder político económico del cual gozaban las familias de los involucrados en el hecho.

CAPÍTULO I

El Problema

En ocasiones los sectores más oprimidos de la sociedad resultan ser los más envueltos en una situación de marginalidad y pobreza que empeora cada día, esto es debido a que están en contacto directo con esta realidad y por ende toman actitudes inapropiadas a las circunstancias que se le presentan.

Por otra parte, el hambre, la miseria y las drogas entre otros, son factores que influyen poderosamente en el incremento de la violencia, así mismo como la decadencia de los valores morales, no sólo en las zonas populares sino en todos los estratos sociales. Conforme a estos factores van acrecentándose, la crisis y la agresividad de las personas las cuales se aprecian de manera visible.

La inseguridad es la principal preocupación en Venezuela. Más de cien personas son asesinadas cada fin de semana y entre ochenta y noventa secuestros mensuales.

En Venezuela la modalidad delictiva del secuestro está considerada como un fenómeno foráneo, que inicia su actividad en el territorio nacional aisladamente, como emulación de los tipos originarios de la República de Colombia, propia de la década de los años sesenta (60) y setenta (70) del siglo anterior. Dicha modalidad constituye una dinámica delictiva, efectiva y sencilla para obtener recursos económicos considerables, de tal envergadura que su productividad y organización permitiera aplicar el radio de acción extendiéndose a través del aumento del estudio cuantitativo de los integrantes de la banda, delincuenciales principalmente generada por los grupos beligerantes, en una práctica recurrente.

En relación ha este tipo de delitos han surgido interesantes, y hasta en ocasiones contradictorias, posiciones doctrinales relativas a la correcta ubicación sustancial de este tipo, dentro del catálogo de especies delictuales y de los bienes jurídicos amparados que resultan afectados con la ejecución del delito, ya que analizando, exegéticamente su sustancia ofensiva, se puede apreciar que su sola resolución es capaz de afectar

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