Club De Lectura
Enviado por maybelkruspe15 • 19 de Noviembre de 2012 • 3.486 Palabras (14 Páginas) • 419 Visitas
Cómo crear un club de lectura
en cualquier rincón del mundo
¿Y por qué tú no? Crear un club de lectura no resulta una empresa difícil. Sigue nuestras pautas y enriquécete con tu propia experiencia.
La denominación club de lectura:
Denominamos club de lectura al grupo de lectores que se reúne periódicamente para realizar una puesta en común de los libros que, previamente, han leído en todo o en parte sus integrantes, de forma solitaria.
A partir de esta genérica definición los matices son infinitos por la cantidad de variantes que admite: desde la composición de sus miembros, la periodicidad de las reuniones, el género de la lectura, la lengua en la que se comentan los libros, el lugar donde se celebran las reuniones y un largo etcétera.
Igual que hay clubes de lectura en inglés los hay de catalán, de novela negra, de filosofía, de mujeres, de adultos, juveniles, entre padres, mensuales, quincenales, semanales, en librerías, aulas culturales o escolares, en bibliotecas o incluso en cafés a modo de tertulias.
¿Qué se necesita para poner en marcha un club?
Ante todo necesitamos un local donde celebrar los encuentros, lotes de libros de un mismo título, un coordinador de la actividad, unos acuerdos básicos para funcionar y lo más importante: participantes.
¿Quién puede crear un club de lectura?
La iniciativa privada y la pública se solapan en la mayoría de casos. Un club de lectura puede funcionar tanto impulsado por una biblioteca, un grupo de amigos, un grupo de padres, una asociación cultural, una residencia de la tercera edad, un programa de integración de inmigrantes, una onegé, un aula de lectura, a propuesta de un profesor o de un conjunto de alumnos... Lo importante es querer desarrollar la actividad, planificarla con método y realizarla con ilusión.
¿Cuál es el lugar más idóneo para los encuentros?
Vale cualquier sitio siempre y cuando haya unas condiciones mínimas de habitabilidad y no se moleste a otras personas. A partir de ahí, sirve tanto la sala de una biblioteca como el local de una asociación, una librería o un aula multiusos. Eso sí necesitaremos sillas para que los participantes puedan sentarse y una mesa donde colocar los libros, folios y bolígrafos. Si se puede elegir, mejor escoged una mesa redonda o en todo caso oval porque permite a miembros del club verse las caras.
¿Cuántos podemos formar el grupo?
Un buen grupo es aquel que se mueve en torno a los 10-20 participantes. Por debajo de esta cifra el riesgo de que un día no puedan acudir parte o la mayoría de sus miembros entraña serios riesgos para el éxito de la actividad. Más de 20 miembros no es aconsejable, tanto por la dificultad de moderar la tertulia como por la de reunir lotes de libros de más de 20 ejemplares.
Si bien hay clubes que contradicen este postulado y funcionan a la maravilla con tan sólo 6 participantes o con 25.
¿De dónde sacamos los libros?
Es obvio que para funcionar como club necesitamos lotes de libros de un mismo título suficientes para repartir entre los participantes. Tal vez este sea el gasto más importante de la actividad, por eso hay que estudiar todas las posibilidades.
1.Comprar nosotros el lote del libro elegido
2.Pedirlo en préstamo a otros clubes de lectura
3. Ponernos de acuerdo con otros clubes de nuestra provincia para compartir gastos y hacer rotación de libros.
4.Conseguir que un organismo de una provincia o autonomía financie cada año la compra de libros y estos puedan circular de club en club mediante un formulario de reserva.
Si adquirimos nosotros los libros deberemos tener en cuenta el tipo de letra de la edición, la edición en sí (algunas son tan malas que enseguida se desbaratan) y un factor de calidad literaria: ¿pasado el tiempo seguirá mereciendo la pena tener un fondo tan elevado de la obra escogida?
Podemos pedir libros a otros clubes, siempre y cuando también nosotros compremos algún título (por poco que sea lo que podamos) y ofrezcamos nuestro fondo. De esa manera enriquecemos el catálogo común.
Para abaratar costes (de transporte en caso de préstamo entre provincias o de inversión en libros, cuando se ha producido adquisición de obras) recurriremos a una fórmula interesante consistente en convocar reuniones periódicas de los coordinadores de clubes que haya en una misma provincia y hacer una puesta en común de intenciones, proyectos, reservas de libros e iniciativas de las que puedan beneficiarse todos los clubes.
¿Qué horario es el mejor?
El horario de mañana conviene más, por lo general, a los grupos integrados mayoritariamente por mujeres. Para algunas mamás con hijos pequeños y que trabajan sólo en casa, el horario vespertino es imposible. También las amas de casa sin responsabilidades de hijos, los jubilados, los trabajadores por turnos y los estudiantes pueden estar interesados en esta oferta matinal.
Sin embargo, la oferta más amplia la encontraremos en los grupos de tarde y de tarde-noche. Un porcentaje elevado de participantes en clubes de lectura se inclina por esta opción para poder combinar ocio, trabajo y familia.
¿Con qué periodicidad nos reuniremos?
Una vez cada semana.
Una vez cada quince días.
Una vez al mes.
Dependiendo de la naturaleza del club, de la facilidad para conseguir lotes libros, del tiempo que dispongan los integrantes del grupo, se podrá fijar una periodicidad. A priori ninguna es mejor que el resto.
¿Necesitamos un nombre?
El nombre proporciona cierta información sobre la actividad, por eso es importante que se llame de alguna manera. Club de lectura, tertulias literarias, taller de lectura, grupo de lectura son algunos de las denominaciones más frecuentes.
La figura del coordinador/a
Sin coordinador es difícil, aunque no imposible, poner en marcha un club de lectura. El coordinador/a es la persona encargada de planificar todos los aspectos referidos la actividad:
*La elección de los títulos
* La programación del club para el tiempo que se estime (trimestre, semestre o año)
* La periodicidad de las reuniones, así como la elección de día, fecha y hora más idóneos
*Preparar la documentación sobre los autores y las obras elegidas
*Planificar las actividades complementarias que vayan a hacerse.
*Moderar las reuniones (impedir la monopolización de la palabra)
*Apagar fuegos
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