Cogito Ergo Sum

Cogito ergo sum, pienso luego existo…la frase contiene quizás una de las experiencias más destacables de la historia de la humanidad. La acción, como verbo y realidad, de pensar y pensarnos ha sido una aventura filosófica y existencial que ha trascendido todo tipo de culturas, personajes, situaciones, etc. La capacidad del hombre y de la mujer de pensar sobre el mundo que los rodea, y más aún pensar en torno a su propio mundo interior pareciese ser hoy una aventura utópica, una odisea, una acción quimérica, incluso una pérdida de tiempo. La vorágine del mundo actual, la prontitud e inmediatez de todas las cosas, ha sumido o subsumido al ser humano en un proceso del “hacer” en un periodo de tiempo siempre atrasado. La vertiginosidad de la maquinaria planetaria, la necesidad de satisfacción de nuevo bienes “necesarios”, la imagen, el éxito, el triunfo y el destacar, son actividades que poco a poco se han cotidianizado, agotando cada vez más las horas del día. Este nuevo escenario histórico sobre el cual se encuentra posicionado el hombre, ha hecho de la acción de pensar (y pensarse) una actividad desvalorada, sin rentabilidad y con una proyección de corto o nulo alcance (nótese la terminología del lenguaje). ¿En qué momento del día genero una revisión de mi vida?, quizás en esos escasos segundos que nos acompañan desde el momento en que apagamos la televisión y nos aprestamos a dormir, para recargar las energías que el nuevo día ha de consumir.

Si el filósofo observase nuestros días, lo más probable es que alterara alguna que otra palabra de su otrora famosa frase. Laborum ergo sum, trabajo luego existo… esta quizás sea la frase que utilizaría aquel ateniense para los días que nos acompañan.

Es por esto que brindarnos en comunidad, el espacio, la disposición y el tiempo (preciado y valioso tiempo) y la posibilidad de acercarnos a recuperar la acción de pensarnos, una actividad tan vital como el respirar, surge hoy como una urgencia, como una bandera de lucha, como un bastión que hemos de defender.

El progreso de la humanidad, en su sentido de avance como seres humanos, depende de la capacidad de pensarnos, de lo cual se liga de forma natural el pensar hacia la comunidad. Recuperar el tiempo y el espacio de desarrollar dicho proceso es la invitación que hoy dejamos abierta… ¿quién soy?... ¿hacia dónde voy?... ¿qué es lo que quiero?...son respuestas que están al alcance de una reflexión…

Bienvenidos al segundo coloquio del colegio santa Bernardita…

Autoestima y auto aceptación, lo que realmente importa es como me veo….

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