Consideraciones preliminares
Enviado por angienmc • 16 de Febrero de 2014 • Examen • 2.698 Palabras (11 Páginas) • 366 Visitas
Acerca de la problemática de los enfoques curriculares
por: Nelson Ernesto López Jiménez
Consideraciones preliminares
En la actualidad se vive un momento de expectativa en torno al análisis, viabilidad y alcance de las políticas públicas que en educación se vienen trazando para los países de la región latinoamericana, como resultado de los múltiples acuerdos surgidos de reuniones y eventos mundiales desarrollados en la perspectiva de encontrar un norte a la dinámica educativa como factor esencial en el desarrollo de los pueblos.
Fenómenos como el de la globalización, la internacionalización de los diferentes sectores, el conflicto entre lo local y lo universal, la discusión sobre el concepto de identidad planetaria; se constituyen en factores esenciales en cualquier aproximación a la discusión sobre los enfoques curriculares inmersos en la realidad educativa.
En el anterior marco, es que debe situarse la intención del presente artículo que pretende invitar a la comunidad académica nacional e internacional a continuar con la reflexión sistemática sobre el tipo de subjetividad o identidad profesional que se celebra en los actuales procesos formativos, (educación formal, no formal e informal), soportados en estructuras curriculares, prácticas pedagógicas y criterios evaluativos que parecen estar demasiado distantes de las actuales emergencias políticas, culturales, científicas, sociales y tecnológicas.
¿Cómo abordar la problemática?
Uno de los primeros elementos a considerar es la naturaleza polisémica del concepto currículo, es decir, existe una serie de aproximaciones sobre la concepción de currículo, que ha dado lugar al reconocimiento de un campo específico sobre el particular. No obstante, es conveniente señalar que lejos de pensar que esta situación debilita el campo, por el contrario, lo hace más potente y rico en miradas.
Una primera afirmación es el reconocimiento de una polifonía estructural cuando se pretende abordar la concepción de lo que se denomina currículo. Esto debe quedar bien claro para los colegas del sector educativo (directivos, maestros, investigadores, estudiantes, etc.), a fin de evitar actitudes y posiciones dogmáticas y ortodoxas cuando se trata de construir y diseñar proyectos curriculares.
Inicialmente, es conveniente afirmar que el estudio de los diferentes enfoques o modelos presentes en el campo curricular en América Latina, debe iniciarse a partir de una reflexión detenida sobre la perspectiva y posición que se tenga frente al proceso de formación, que se celebra a partir de la educación.
Por una parte, la formación puede ser entendida como un proceso de transmisión de contenidos, concepto de bajo "orden, que se refiere generalmente a un conjunto de técnicas, métodos y operaciones de enseñanza y, cuyo propósito central, es el de transmitir conocimientos, habilidades y destrezas de una disciplina o profesión.
Esta concepción es la que le otorga un papel e importancia definitiva a la organización curricular por materias y asignaturas. En ella prima una visión disciplinaria y profesionalizante, el trabajo individual es el paradigma por excelencia, la atomización, la insularidad y el enciclopedismo se convierten en las características distintivas de este modelo formativo que da lugar a enfoques curriculares centrados en la difusión y transmisión del discurso instruccional (saberes específicos, disciplinarios, profesionalizantes).
Los denominados enfoques Tradicionales, Tecnológicos, Instruccionales se encuentran amparados por esta concepción curricular. Desde esta perspectiva teórica se puede entender la fragmentación y separación de procesos como la docencia, la investigación y la proyección social, presentes en la formación de profesionales en las diferentes áreas del conocimiento. El currículo en esta concepción es simplemente el reflejo y la reproducción del conocimiento existente.
Algo ya creado que simplemente debe transmitirse a las nuevas generaciones "la cultura sólo puede ser dada, transmitida o reproducida", la cultura es, no se construye, no se cuestiona, no se transforma. Al analizar las políticas públicas (el discurso oficial) que orientan y caracterizan la educación formal en todos sus niveles y grados en la región latinoamericana, se encuentran argumentos sólidos para afirmar que esta es la concepción dominante y guiadora de la acción educativa.
Sin embargo, a la anterior mirada restringida del proceso formativo se le opone en la actualidad una corriente alternativa que considera la formación como el "conjunto de reglas y principios que generan diferentes clases de prácticas pedagógicas que producen diferentes desarrollos en los sujetos de sus competencias y desempeños." (Díaz, 2002). Esta concepción considera a la formación como el resultado de la imbricación entre un campo de problemas con un campo de conocimientos.
Se pretende celebrar una concepción de cultura resultado de un proceso caracterizado por el cambio, por su naturaleza dinámica, entendida en términos de creación, de producción, resultado de estructuras de poder y control que asumen el conflicto y la contradicción como una de sus improntas determinantes. En este enfoque la transmisión de conocimientos, se ve debilitada por una acción de indagación permanente, asociada o vinculada a desarrollos investigativos.
En este contexto formativo es donde se puede hablar, de manera seria y responsable, de procesos curriculares caracterizados por su pertenencia social y la pertinencia académica; es en ellos donde podemos ubicar como retos a enfrentar procesos relacionados con la interdisciplinariedad, la transversalidad, la multidisciplinariedad, la formación y evaluación por competencias. Los enfoques curriculares denominados críticos, alternativos, integrales e integrados, hacen parte, como elementos básicos de esta concepción teórica.
Posiblemente, muchas son las diferentes clasificaciones y singularidades que a partir del estudio de los enfoques curriculares se hayan generado, no obstante, desde una pretensión pedagógica y propedéutica pienso, a partir del análisis anterior, que se pueden agrupar en dos tendencias genéricas, con sus respectivos matices o claroscuros. Una, que podemos denominar clásica o tradicional auspiciada por el discurso oficial (políticas públicas) que insiste en los contenidos, logros y ahora competencias, donde se abriga la esperanza que los cambios se consiguen con sólo enunciarlos. Este enfoque es el predominante en el campo curricular actual, más por la fuerza del poder que por la legitimidad que genera y es apropiada por la
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