Convivencia Escolar

CONVIVENCIA ESCOLAR

1.- ¿Cómo define este fenómeno que denominamos bullying?

Es un tipo de violencia sistemática, con asimetría de poder o de medios y donde uno queda

en posición de víctima y el otro, el que acosa, el que hace sufrir, es el matón. Si no se dan

estas condiciones debemos sólo hablar de violencia. Tenemos que saber diferenciar muy bien

esto, porque el bullying hoy es un tema legal. Un colegio puede ser acusado, una familia, una

persona, entonces debemos definir con precisión cuál es el concepto, la ley así lo exige. Si a

un niño le pegaron un día ¿le hicieron bullying? No. Fue un comportamiento violento, duro,

eso es violencia entre pares. Si alguien pelea o trata mal al otro, la respuesta va a tender a

ser agresiva. Distinto es sentarse a pensar que el otro me cae mal, y por lo tanto lo voy a

agredir, eso es acoso tipo bullying, ya que hay una intención detrás, y generalmente se traduce

en actos repetitivos que están diseñados de manera que “no me pillen”, “no le voy a pegar

delante del profesor”, “lo voy a buscar en el baño donde no nos vean”. A veces se asocia a

niños de cuatro o cinco años al bullying, lo cual es imposible, porque se requiere de intencio-

nalidad y esa característica recién aparece alrededor de los 7 años de edad.

2.- ¿Cree usted que en la actualidad efectivamente se observan más casos de bullying que en

Décadas pasadas?

El tema ya se instaló en la mesa, igual que el femicidio. Aumenta el reconocimiento social

del problema, suben l as denuncias y da la sensación de que incrementa la frecuencia. El

bullying ha existido siempre. Ahora se hace con una mayor violencia, más intensa, con menos

consideración por el otro y, a veces, utilizando instrumentos de poder como son las redes

sociales, lo que le agrega esa particularidad. Antes, el abuso era dentro del colegio; en

cambio, en la red lo comparten miles de personas, lo que lo vuelve poderosamente más

destructor que antes. Y hay otro elemento a destacar, la mujer ha incorporado comportamientos

violentos directos y ya es común ver en los medios de comunicación niñitas que se agreden

físicamente, bajo patrones masculinos. Eso es impactante. Le cambió el perfil a la violencia,

hizo que traspasara los límites de la familia y del colegio.

3.- Según los antecedentes que usted maneja, este fenómeno social, ¿afecta a escolares de condición

Socioeconómica más vulnerable o es transversal?

Los niños y niñas acosados, por lo general guardan silencio porque sienten vergüenza, temen

ser más castigados, más castigados, más agredidos si denuncian, y no importa el medio social

del que provengan, esa conducta es transversal. Todo indica que las particularidades son distintas,

pero es un fenómeno que cruza los estratos sociales. En los ambientes de alto riesgo social uno

encuentra acoso con daño físico directo, lo que requiere estrategias de contención y prevención

diferentes a contextos escolares de menos riesgo. Por ejemplo, hace poco, escuché a un director

de un colegio del norte que trabajaba con alumnos de altísimo riesgo y que, después de una serie

de debates y trámites, tomó la opción de poner un detector de metales en la entrada del

establecimiento y cámaras de video. Muchos tuvieron una posición crítica frente a su decisión,

él se defendió manifestando que cuál podría ser la explicación a una mamá, cuyo hijo pudo ser

acuchillado dentro del colegio por el solo hecho de no haber pesquisado que otro niño ingresó

con un cuchillo a clases: “Todas las discusiones me parecen muy buenas, pero frente a un niño

que es acuchillado ¿qué respuesta doy?” Creo que ese director cumplió todas las condiciones de

acuerdo con las normas a la regulación vigente. Su ejemplo sirve para demostrar que, en sectores

de altísima violencia, lo tradicional funciona poco si no se toma en cuenta la realidad local, que

en este caso era la elevada violencia.

4.- ¿Hasta qué punto Internet y sus herramientas agravan o amplifican las situaciones de bullying?

El adolescente de hoy es de redes sociales. No se puede analizar el comportamiento de un niño

si no se mira también su conducta desde esa óptica. Su relación en término de manejo de la

entretención le da hoy la opción de entrar a espacios, que pueden ser potencialmente peligrosos.

Cualquier análisis sobre el niño y el adolescente queda a medias si no se revisa este aspecto. Se

habla que son redes “narcisas”, ya que funcionan no sólo a nivel de relación sino de exposición.

Los usuarios, al indicar ciertas particularidades son distintas, pero es un fenómeno que cruza los

estratos sociales. En los ambientes de alto riesgo social uno encuentra acoso con daño físico

directo, lo que requiere estrategias de contención y prevención diferentes a contextos escolares de

menos riesgo. Por ejemplo, hace poco, escuché a un director de un colegio del norte que trabajaba

con alumnos de altísimo riesgo y que, después de una serie de debates y trámites, tomó la opción

de poner un detector de metales en la entrada del establecimiento y cámaras de video. Muchos

tuvieron una posición crítica frente a su decisión, él se defendió

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