Cuadro comparativo, Illich, Makárenko, Montessori

Análisis crítico de “Emilio o de la Educación”

La infancia tiene sus propias maneras de ver, pensar y sentir; nada hay más insensato que pretender sustituirlas por las nuestras”

Jean Jacques Rousseau.

El siglo XVIII, conocido también como “el siglo de las luces”, estuvo marcado por diversas transformaciones sociales. En las polémicas batallas desatadas en torno al mismo se reflejan las múltiples pugnas ideológicas que buscaban establecerse y por supuesto el sistema educativo no estuvo exento. Dicho sistema debía responder al surgimiento de una nueva sociedad, esta a su vez, debía responder al progresivo dominio de la burguesía que buscaba su lugar aminorando el poder de la nobleza y de las instituciones en las que ésta se apoyaba (la Iglesia, por ejemplo). 

Juan Jacobo Rousseau, planteo una teoría en la que cual expone que para el surgimiento de un mundo nuevo, con más libertad y democracia, era indispensable el surgimiento de hombres que dejaran de ser ciervos y se transformaran en ciudadanos pensantes, autónomos y libres de elegir su destino. La obsesión continua de la obra rousseauniana es resaltar el cambio que el hombre ha sufrido a la largo de la historia: nació libre y encuentra cadenas por todas partes, era bueno y se ha convertido en un ser casi perverso… Sin embargo, la causa del mal, su origen, no está en el hombre ni tampoco en la sociedad, sino en las instituciones políticas, en “home mal gouverné (BÉJAR, Helena: “Rousseau: opinión pública y voluntad general”, Reis: Revista española de investigaciones sociológicas, 1982, n. º 18, p. 75). Esto solo se lograría enfocando la atención en la Educación.

Sin embargo, noto que el sistema prevaleciente no cubría las expectativas antes señaladas. Aquí radica la importancia de la Obra “Emilio o de la Educación” destinada a cambiar la Pedagogía tradicional aportando las características que según su perspectiva, son las idóneas para lograr dichas expectativas.

Así, el autor crea un escenario ideal ubicado en el campo, en la vida natural y al aire libre, que se caracterizan por la sencillez y la multiplicidad de elementos estimulantes.

A pesar de que Juan Jacobo es ampliamente influenciado por el pensamiento ilustrado de la época, no está de acuerdo con  el racionalismo hacia el que se encaminaba la sociedad y considera que la civilización emergente atenta fuertemente contra la bondad natural del hombre hasta corromperla. Es por esto que sus ideas las conduce hacia el contexto natural, que es a donde el hombre debe regresar para despojarse de la maldad social.

Por otro lado, cree firmemente en un tipo de educación que no sea impositiva sino creativa, a partir de la experiencia propia y de su curiosidad, considerado no como un hombre en pequeño, sino como un individuo con las características propias de una edad determinada. En este sentido sus máximas educativas serán: enseñar por el interés natural del niño y nunca por el esfuerzo artificial y la educación activa que le permitan aprender por si mismos con el uso de la razón, del ingenio, innovando e interrelacionando sus ideas.

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