DECISIONES PRÁCTICAS EN MARCOS PREFIGURADOS
Enviado por kator • 20 de Octubre de 2011 • 2.038 Palabras (9 Páginas) • 1.012 Visitas
DECISIONES PRÁCTICAS EN MARCOS PREFIGURADOS
En la organización de los procesos didácticos el profesor se encuentra con muchas variables que van a intervenir en la selección y tipo de tareas, por ejemplo los horarios, el número de alumnos por profesor y su grado de especialización. El profesor no tiene mucho margen de autonomía, su competencia no está tanto en el diseño de tareas sino en cómo enfrenta y moldea las situaciones que le vienen dadas Aquí radica su originalidad. Las soluciones que da el profesor son respuesta a los dilemas de la práctica. En definitiva el ejercicio de la profesionalidad es el resultado particular de la dialéctica entre la aportación individual y los condicionamientos del contexto. La elección de tareas es la salida a los dilemas prácticos del profesor.
Otro elemento regulador de la conducta de los profesores a la hora de seleccionar actividades de aprendizaje es la evaluación. Las tareas de las que se espera resultados de más clara apreciación se acomodan mejor o son más coherentes con el clima de evaluación reinante. Es más difícil controlar el rendimiento de la acción en tareas que son más ambiguas que en aquellas que tienen un alto grado de definición. Este clima de evaluación no es favorable para desarrollar actividades abiertas que estimulen la divergencia.
La tendencia a seleccionar actividades menos ambiguas también se justifica porque permite un control más fácil de los alumnos. Una tarea más indefinida reclama más orientación, más asesoramiento, más supervisión. Las actividades más ricas producen impredectibilidad, dibujando un marco profesional inseguro aunque sean más estimulantes, exigen saber vivir dentro de un clima de riesgo, en actitud indagatoria, de tolerancia hacia los cursos individuales de acción, que caminan cubriendo procesos poco conocidos y escasamente controlables. Contrariamente a este estado: "la pedagogía moderna se caracteriza por estimular procesos y métodos más ambiguos, con parámetros técnicos y de calidad más difíciles de definir, de concretar, de provocar consenso social y profesional." ( Berstein ,1983,en Gimeno, 1989, pág. 316).
LAS ACTIVIDADES COMO RECURSO ESTRUCTURADOR DE LOS DISEÑOS DE ACCIÓN DE L PROFESOR.
Desde una perspectiva didactia, las posibilidades de diseñar o “cerra" las condiciones del tipo de practica que se realizan tienen lugar cuando el profesor planifica o diseña su acción y cuando elige las tareas que se ejecutaran después en la practica. Sea cual sea el sistema educativo en el que nos situemos, sea cual sea el grado de responsabilidad y autonomía que ese sistema deje o permita a los profesores, esto siempre tiene la función de la programación de su practica como uno de los cometidos profesionales básicos.
Aspectos a considerar en el diseño de las actividades
El maestro a la hora de decidir acerca de las tareas debe llevar a cabo las siguientes acciones:
a. Reflexionar sobre el aspecto del currículum que piensa cubrir con las actividades.
b. Pensar en los recursos de que dispone: laboratorios, biblioteca, libros de texto, cuadernos de trabajo, etc.
c. Ponderar el tipo de intercambios personales que se realizarán para organizar la actividad.
1. Considerar la organización de la clase para que todo ello sea posible.
2. Pensar acerca del proceso educativo que se deduce de la actividad.
No se puede establecer una tipología de tareas útiles para cualquier profesor. Este es el ámbito por antonomasia donde los profesores pueden y se les pide que realicen opciones profesionales. Las actividades son planes estratégicos de instrucción con unas determinadas virtualidades y en ellas el profesor proyecta un plan didáctico.
C) EL PAPEL DE LAS TAREAS EN EL GOBIERNO DE LA CLASE
Manejar un grupo de alumnos de forma que todos se impliquen en una dinámica de trabajo para que se desencadenen determinados procesos de aprendizaje individual, tratando ciertos contenidos dentro de un modelo educativo que consideremos adecuado no es tarea fácil, ni mucho menos.
que el profesor organice el escenario con las condiciones más propicias para que tales procesos educativos ocurran en las mejores condiciones y los siga en sus líneas generales. Si esto es así, en cada una de las actividades que pueden realizar los alumnos dentro de un tramo del horario escolar, pensemos en que, a lo largo de éste, se realizan múltiples actividades y que en ocasiones son varias las que están discurriendo simultáneamente. Un profesor normal no puede sopesar todas las dimensiones implicadas en la cantidad de tareas que debe realizar. Un cierto automatismo en la acción es inevitable, salvo que preveamos para los profesores un modelo de máquina inteligente en funcionamiento.
Siendo tan importante para el profesor orquestar, nunca mejor dicho, la actividad ordenada de un grupo, es lógico que sean las tareas lo que le sirva de forma tan decisiva para organizarse a la hora de establecer sus planes docentes y a la hora de mantener el ambiente de aprendizaje de ese grupo. Las tareas, por esta razón añadida, se convierten en elementos muy funcionales para planear la práctica y para mantenerla hasta su final.
a) MOVERSE EN LA AMBIGÜEDAD
Todos los procesos y productos previsibles de la realización de una tarea se definen con diferente grado de ambigüedad. DOYLE (1983, Pág. 183) sugiere la posibilidad de clasificar las actividades académicas de acuerdo con esa ambigüedad.
La ambigüedad es una peculiaridad inherente al aprendizaje. En una tarea que requiere procesos de memorización pueden apreciarse los resultados que se producen en los alumnos con menos ambigüedad que en otra que exige comprensión, o en otra que reclame procesos de resolución de problemas. La precisión o la falta de definición de cuál es el proceso estimulado por ciertas tareas o el valor de los resultados alcanzados por los alumnos en esos tipos de procesos es un elemento regulador de la conducta de los profesores a la hora de seleccionar actividades de aprendizaje
En la medida en que el profesor tenga la urgencia de controlar todo lo
que hacen los alumnos, pretendiendo que todo trabajo sea evaluable, idea que, de alguna
forma, transpira la propia institución educativa, se sentirá más seguro dentro de
actividades que permitan más fácil control de los resultados.
De lo que se deduce que es más probable encontrar pautas docentes de
comportamiento en los profesores tendentes a estimular esas tareas que llevan a
productos menos ambiguos, cuando toda la actividad
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