De qué fracaso escolar hablamos

De qué fracaso escolar hablamos

Hablar de fracaso escolar remite a la idea de meta obstaculizada en sus dos dimensiones, los alumnos que no completan los años de escolaridad obligatoria y aquellos, que permaneciendo en el sistema educativo, no alcanzan las competencias necesarias para desempañarse en distintos ámbitos sociales.

En este marco, es posible afirmar que el fracaso de los aprendizajes escolares surge como producto de múltiples factores que lo identifican y entre los cuales podemos mencionar, la condición social y económica, las expectativas de los padres respecto a los logros de sus hijos, factores psicológicos y didácticos. Sin embargo, a pesar de estas características distintivas, nos sumergimos en el reduccionismo al seguir colocando del lado de los alumnos la fuente de las dificultades escolares, aspecto por el cual excluimos a la escuela de una explicación a cerca de su rol protagónico y específico.

Sin lugar a dudas, existe una constante concebida en los resultados de los estudiantes que no aprenden, ello implica que pertenecen a sectores marginales de escasa educación sistemática, donde la pobreza, el analfabetismo y las culturas no integradas son sus causas irrelevantes.

Merece un párrafo especial, la situación particular de la ciudad de Chepes, capital del departamento de Rosario Vera Peñalosa -ubicado al sur de la provincia de La Rioja-. En lo económico, la misma tiene fallas estructurales que imposibilitan cualquier asentamiento fabril. Estas son básicamente la entrega de un defectuoso servicio de energía eléctrica y, especialmente, la escasez de suministro de agua potable. En lo social, una importante porción de la población pertenece a los sectores más pobres, donde la característica habitacional son casas tipo “B”, piso de tierra, baño no instalado y deteriorada provisión en algunas prestaciones. En lo político, los sucesivos gobiernos locales no se han preocupado demasiado por solucionar estas cuestiones expresadas, sino que tratan de ampliar el empleo municipal, especie de subsidio por desempleo, y conservar una clara intención política: mantener un voto secreto.

La expansión de la matrícula es la principal característica de la ciudad manifestándose como producto de un considerable incremento de niños en edad escolar. En consecuencia, las limitaciones presupuestarias sumadas a políticas educativas emergentes y a nuevas demandas asistenciales vigentes provocan que la masificación de la inscripción no esté acompañada por procesos que eleven la calidad educativa. Todo lo manifestado rompe con uno de los principales mensajes de la Ley Federal de Educación: su carácter democratizador. Precisamente, este enfoque nos permite observar que en el departamento los alumnos no llegan en igualdad de contextos a la escuela, por lo tanto, esta desigualdad no es solo de aptitud, ya que está vinculada con su mundo social. De esta manera, es evidente que ante a este panorama, en los primeros grados los alumnos acceden a la enseñanza con un bagaje cultural muy dispar frente al cual se ubica un centro educativo con tendencia homogeneizadora. La particularidad de este caso consiste en percibir que el alumno no es considerado por la escuela y el docente como productor de sus propias condiciones de vida, es decir, como si el sujeto que aprende solo tuviera que adquirir un conocimiento elaborado y terminado.

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