Fracaso Escolar

¿QUIÉN FRACASA CUANDO HABLAMOS DE “FRACASO ESCOLAR”?

Porqué preguntarnos ¿quién fracasa cuando hablamos de fracaso escolar?; si los que están encargados de hacerlo comprendieran que es posible llegar a una misma meta por diversos caminos se llegaría a la conclusión de que los niños y/o adolecentes no tienen dificultades reales.

Es por ello, que intentando abandonar una mirada sustancialista que se concentra en juzgar y señalar al sujeto como ¨deficitario¨, quiero reflexionar sobre la necesidad de repensar el fenómeno del fracaso escolar como un efecto y una consecuencia de padres y/o docentes.

Muchas veces escuchamos a padres que repiten: ¡Mi niño no aprende, que podemos hacer!, esto es un tema de preocupación tanto para padres como docentes.

Una primera aproximación a estos interrogantes puede que esté en los mismos discursos que provienen de los padres y que es sostenido por la institución educativa, por decirlo de alguna manera, el ¨discurso oficial¨, que sostiene la sociedad actual, y que valoriza imperativamente, el éxito, la eficiencia, la capacitación y la competencia.

En general las expectativas, la ansiedad de los padres vinculada al rendimiento escolar, originan un control y un cuestionamiento sobre el rendimiento del niño, acerca de su promoción escolar, sus capacidades, su madurez etc.

En la escuela por ejemplo, el trabajo escolar supone determinadas restricciones en relación con lo que se debe aprender, en cuanto al tiempo en que se debe llevar a cabo, debido a esto podemos decir que el trabajo escolar se caracteriza por ser fragmentado y repetitivo, donde el alumno está siendo evaluado todo el tiempo, por lo tanto, ante este trabajo el alumno no tiene otra opción que aprender el oficio de alumno, que significa adaptarse y responder a dicho dispositivo. Ahora bien, quienes no quieren formar parte de este “juego”, quedan marginados y excluidos en un sistema que los rotula como “fracasados”. Certezas, clasificaciones parecieran que tranquilizan.

Hay docentes que reconocen que este problema tiene que ser analizado desde diferentes dimensiones e intentan dar una respuesta considerando que las condiciones de la enseñanza y el aprendizaje están en un contexto de práctica política que implica no reducir a los alumnos a ser objetos de aprendizaje sino ¨Sujetos de Derechos¨, con sus posibilidades y limitaciones que sean ellos los ¨protagonistas¨.

Es por eso que nos hace falta comprender qué pasa en la cabeza del que aprende¨, (Philippe, Meirieu). Hace falta brindar espacios para que el niño/adolecente se exprese, enuncie sobre su síntoma.

Los problemas de aprendizaje en niños de edad escolar, son más comunes de lo que parece, son problemas que si se detectan a tiempo pueden ser solucionados.

Philippe Meirieu agrega que el Fracaso Escolar deviene de una democratización del acceso a la escuela de todos los sectores sociales, que no han sabido simultáneamente democratizar el éxito escolar, simplemente han abierto las puertas, pero una vez que los niños que estaban excluidos de la escuela han entrado en ella, no se ha comprendido que quizás hacía falta modificarla para darle los medios para prosperar.

Según el autor, (para evitar el fracaso escolar), propone dos instancias una de ellas es el acompañamiento personal de los alumnos, que considera algo absolutamente fundamental porque lo que necesitan los alumnos con grandes dificultades es un apoyo individual, tiempo de acompañamiento personal, tiempo que va a permitir a los enseñantes detectar y remediar estas dificultades. Pero cuando se habla de acompañamiento personal no implica un docente “bastón” que acompañe hasta el acostumbramiento al alumno porque, en ese caso, la dificultad se incrementaría.

El trabajo en las escuelas supone un enorme compromiso, y para que esto se pueda llevar a cabo el mismo tiene que ser interdisciplinario donde tanto el personal docente como no docente y los padres se sientan comprometidos, si lo que se pretende es que todos alcancen con sus capacidades y sus límites un desarrollo integral. ¨Muchas veces el rechazo de lo diferente, viene de la mano del desconocimiento, de la falta de información. Y es ésta la perspectiva más sólida de la que puede hacerse cargo la escuela (conocer, aprender, capacitarse), mediante el tratamiento de la DIVERSIDAD EN LA ESCUELA, es posible avanzar hacia la aceptación y el respeto por lo distinto, por el otro diferente¨, (Alicia Devalle y Viviana Vega).

Atender la diversidad

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