Derecho Concursal

DERECHO CONCURSAL

Introducción a la Ley de Concursos Mercantiles

El concurso mercantil expresa el estado jurídico en que se ubica un comerciante cuando es declarado en concurso por un juez. El concurso es el estatus al que se reduce un comerciante y al mismo tiempo es el juicio que se lleva en su contra.

UNIDAD 1.

1. Concepto de derecho concursal.

2. Orígenes de los concursos mercantiles.

3. Elementos del Concurso Mercantil

4. Legislación de Concursos Mercantiles.

5. Principios del Concurso mercantil.

6. Sujetos del Concurso Mercantil.

7. Órganos del Concurso Mercantil.

8. Planteamiento de la nueva legislación.

9. Lógica de los pasos de los nuevos procedimientos concursal.

10. Apuntes sobre la naturaleza de acción concursal.

11. Apreciación final.

Precisiones preliminares

A diferencia del Código de Lares (1854) y el que estuviere vigente hasta 1889, en los cuales ipso jure los comerciante que suspendían el pago de sus obligaciones comerciales líquidas y vencidas “estaban en estado de concurso”, desde la desaparecida Ley de Quiebras y Suspensión de Pagos (1943-2000), se establece con nitidez que el concurso no es un estado oficioso, sino un estado jurídico que sólo se actualiza cuando así lo sentencia un juez. Por esta razón, es inadecuado decir que un comerciante está en concurso porque se volvió insolvente. Por más que un comerciante se vuelva moroso e irresponsable hasta el extremo, no estará concursado si un juez no lo declara como tal.

*Debe haber insolvencia, es decir, deudas superiores al activo y disponibilidades del deudor.

*El deudor debe ser comerciante, pues de lo contrario la instancia idónea sería el concurso civil.

*Debe declararse por sentencia judicial.

El concurso es uno de los episodios más dramáticos que puede vivir un comerciante; implica su potencia para sortear o prevenir un problema o simplemente para conducir su empresa.

¿Qué sucede cuando una empresa deja de pagar sus deudas?

En un medio en el cual generalmente se vive del ingreso producido por el trabajo personal, una “suspensión generalizada de pagos” de esta índole puede causar un verdadero colapso.

El concurso sea una institución de orden público.

Las causas de un concurso son innumerables. Generalmente se deben a:

 Imprevisión por parte del comerciante.

 Exceso de confianza.

 Ambición personal.

 Mala planeación u organización.

 Descuido o negligencia.

 Ineptitud de sus empleados, que sería ineptitud del comerciante para reclutarlos.

 Exceso de seguridad del comerciante.

 Alguna circunstancia que el comerciante pudo haber previsto, alejado, disminuido, nulificado o en su defecto, tomar la decisión de cerrar su negocio y no concursado.

El concurso de un comercio es siempre imputable al comerciante, por lo que sólo habría dos tipos: el concurso que fue un fraude y el que no lo fue. Plausiblemente, a partir de la LCM se extinguió la división tradicional de las quiebras en fortuita, el concurso es simplemente uno: el que es producto de la falta de liquidez.

Se han suscitado en México concursos que no se deben a la negligencia del comerciante ni a un fraude, y tampoco son, desde luego fortuitas, sino consecuencia de conductas dolosas y deliberadas, Podemos afirmar que el concurso es uno de los momentos más dramáticos que puede enfrentar un comerciante, pues hace pública su incapacidad para conducir adecuadamente a su negocio. Una de las posibles consecuencias del concurso es separar al comerciante de su empresa porque la LCM, ya que la sociedad, lo consideran incapaz de administrarla.

Primera decisión: ¿conciliación o quiebra?

Antes de la Ley de Quiebras y Suspensión de Pagos, el derecho antiguo sólo reconocía el estado de quiebra y no preveía un estado intermedio entre la normalidad del comerciante y la fatalidad del concursado.

La quiebra es la fatalidad completa, la irreversibilidad, el punto de no retorno, es, en fin, el fracaso.

En cambio, la conciliación es una solución convencional, en virtud de la cual el comerciante en dificultades solicita su concurso, con objeto de acceder con sus acreedores a una conciliación general, aplicable a todos ellos y no solamente a unos, la cual tiene por objeto volver a encauzar y normalizar su empresa.

La conciliación es la última oportunidad que se le brinda al comerciante en dificultades, para la que primero debe ser declarado en concurso.

El concurso no es únicamente un estado jurídico sino también un proceso judicial, ya que para beneficiarse de él es necesario que un juez lo dicte.

Antecedentes del concurso en el derecho europeo

Consistía en el rezo de una fórmula sacramental, la puesta de la mano del acreedor sobre la cabeza del deudor y la obligación de comparecencia de éste ante el pretor, quien además de efectuar los mismos rituales y exigencias de pago podía eventualmente ordenar el descuartizamiento del deudor.

El derecho romano tuvo claras manifestaciones de juicios colectivos o concursales que se llevaban contra el deudor de parte de varias personas la servidumbre, la esclavitud, y la muerte en ese orden, eran las sanciones aplicables según la gravedad de la comisión de la insolvencia.

De acuerdo con Cervantes Ahumada, la palabra bancarrota se utilizó por primera vez en Barcelona en 1229 y se refería al concurso de los cambistas o banqueros a quienes por haber concursado se les condenaba a no tener “tabla de cambio o empleo alguno, a publicarse por pregón su infamia y a detenérseles y a mantenérseles a pan y agua hasta que pagase sus deudas”.

Algunos códigos, como el de Austria en 1868, Italia en 1869 y España en 1829 adoptan los postulados del Código de Napoleón que, a su vez, había resumido en una sola ley las principales reglas hasta ese momento, que

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