EL CULTIVO DEL FRIJOL
Enviado por rovervag11 • 4 de Agosto de 2011 • Trabajo • 8.046 Palabras (33 Páginas) • 2.769 Visitas
EL CULTIVO DEL FRIJOL
The bean growing
1. Origen
2. Taxonomía Y Morfología
3. Importancia Económica Y Distribución Geográfica
4. Requerimientos Edafoclimáticos
5. Material Vegetal
6. Particularidades Del Cultivo
6.1. Preparación Del Terreno
6.2. Marcos De Plantación
6.3. Siembra
6.4. Escardas
6.5. Tutorado
6.6. Deshojado
6.7. Fertirrigación
7. Plagas Y Enfermedades
7.1. Plagas
7.2. Enfermedades
8. Fisiopatías
9. Recolección
10. Valor Nutricional
1. ORIGEN
La judía es una especie de origen americano, puesto de manifiesto, tanto por diversos hallazgos arqueológicos como por evidencias botánicas e históricas. Los indicios más antiguos de cultivo datan del año 5000 a.C.
La introducción en España y posteriormente su difusión al resto de Europa tiene lugar en las expediciones de comienzos del siglo XVI.
2. TAXONOMÍA Y MORFOLOGÍA
-Familia: Fabaceae, subespecie Papilonaceae.
-Nombre científico: Phaseolus vulgaris L.
-Planta: anual, de vegetación rápida.
-Sistema radicular: es muy ligero y poco profundo y está constituido por una raíz principal y gran número de raíces secundarias con elevado grado de ramificación.
-Tallo principal: es herbáceo. En variedades enanas presenta un porte erguido y una altura aproximada de 30 a 40 centímetros, mientras que en las judías de enrame alcanza una altura de 2 a 3 metros, siendo voluble y dextrógiro (se enrolla alrededor de un soporte o tutor en sentido contrario a las agujas el reloj).
-Hoja: sencilla, lanceolada y acuminada, de tamaño variable según la variedad.
-Flor: puede presentar diversos colores, únicos para cada variedad, aunque en las variedades más importantes la flor es blanca. Las flores se presentan en racimos en número de 4 a 8, cuyos pedúnculos nacen en las axilas de las hojas o en las terminales de algunos tallos.
-Fruto: legumbre de color, forma y dimensiones variables, en cuyo interior se disponen de 4 a 6 semillas. Existen frutos de color verde, amarillo jaspeado de marrón o rojo sobre verde, etc., aunque los más demandados por el consumidor son los verdes y amarillos con forma tanto cilíndrica como acintada. En estado avanzado, las paredes de la vaina o cáscara se refuerzan por tejidos fibrosos.
3. IMPORTANCIA ECONÓMICA Y DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA
El cultivo de la judía en grano es considerado como un cultivo extensivo, mientras que la judía verde se considera netamente hortícola.
La superficie dedicada al cultivo de la judía en grano se ha reducido en los últimos años (debido a los cambios alimenticios de la sociedad y a su importación); los rendimientos se han mantenido prácticamente constantes, ya que la producción total ha disminuido considerablemente. En el caso de la judía verde, la reducción es también apreciable, pero mucho menos importante cuantitativamente.
La judía es una leguminosa con grandes posibilidades para la alimentación humana, por su doble aprovechamiento (de grano y de vaina) y por su aporte proteíco; además una parte de su producción se comercializa congelada y en conserva; aunque debe avanzar a través de la mejora genética y la adecuación de las técnicas de cultivo.
Los países importadores de las cosechas españolas en judía verde son: Francia, Alemania, Suiza y Reino Unido.
4. REQUERIMIENTOS EDAFOCLIMÁTICOS
El manejo racional de los factores climáticos de forma conjunta es fundamental para el funcionamiento adecuado del cultivo, ya que todos se encuentran estrechamente relacionados y la actuación de uno de estos incide sobre el resto.
Es planta de clima húmedo y suave, dando las mejores producciones en climas cálidos.
-Temperatura:
Temperaturas críticas para judía en las distintas fases de desarrollo
Temperatura óptima del suelo 15-20ºC
Temperatura ambiente óptima de germinación 20-30ºC
Temperatura mínima de germinación 10ºC
Temperatura óptima durante el día 21-28ºC
Temperatura óptima durante la noche 16-18ºC
Temperatura máxima biológica 35-37ºC
Temperatura mínima biológica 10-14ºC
Temperatura mínima letal 0-2ºC
Temperatura óptima de polinización 15-25ºC
Cuando la temperatura oscila entre 12-15ºC la vegetación es poco vigorosa y por debajo de 15ºC la mayoría de los frutos quedan en forma de “ganchillo”. Por encima de los 30ºC también aparecen deformaciones en las vainas y se produce el aborto de flores.
-Humedad: la humedad relativa óptima del aire en el invernadero durante la primera fase de cultivo es del 60% al 65%, y posteriormente oscila entre el 65% y el 75%. Humedades relativas muy elevadas favorecen el desarrollo de enfermedades aéreas y dificultan la fecundación. Es importante que se mantenga sin excesivas oscilaciones de humedad.
-Luminosidad: es una planta de día corto, aunque en las condiciones de invernadero no le afecta la duración del día. No obstante, la luminosidad condiciona la fotosíntesis, soportando temperaturas más elevadas cuanto mayor es la luminosidad, siempre que la humedad relativa sea adecuada.
-Suelo: aunque admite una amplia gama de suelos, los más indicados son los suelos ligeros, de textura silíceo-limosa, con buen drenaje y ricos en materia orgánica. En suelos fuertemente arcillosos y demasiado salinos vegeta deficientemente, siendo muy sensible a los encharcamientos, de forma que un riego excesivo puede ser suficiente para dañar el cultivo, quedando la planta de color pajizo y achaparrada. En suelos calizos las plantas se vuelven cloróticas y achaparradas, así como un embastecimiento de los frutos (judías con hebra).
Los valores de pH óptimos oscilan entre 6 y 7,5; aunque en suelo enarenado se desarrolla bien con valores de hasta 8,5.
Es una de las especies hortícolas más sensibles a la salinidad tanto del suelo como del agua de riego, sufriendo importantes mermas en la cosecha. No obstante, el cultivo en enarenado y la aplicación del riego localizado, pueden reducir bastante este problema, aunque con ciertas limitaciones. Actualmente se están llevando a cabo cultivos de judía con aguas de 2 a 2,4 mmhos.cm-1 de CE, con concentraciones de sodio y cloruros de 8 meq.l-1 y 9 meq.l-1, respectivamente, sin apreciarse disminución en las producciones. Para conseguir estos resultados es necesario un aporte de calcio y de magnesio más elevado de lo normal, así como mantener un nivel de humedad lo más constante posible.
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