EL DISCRSO ORAL PEDAGOGICO

EL DISCURSO ORAL PEDAGÓGICO

Resumen

Durante el acto didáctico predomina la interacción oral por lo que es fundamental analizar las características de la oralidad presentes en este tipo de discurso. Para abordar esta temática se adoptó como metodología la investigación acción sustentada en los aportes teóricos de la Lingüística Textual, la Pragmática Discursiva y el Análisis del Discurso. El corpus lingüístico objeto de análisis constó de una hora de grabación y fue recolectado durante una clase de Lenguaje en 6to. Grado de Educación Básica. Una vez caracterizado el contexto interaccional en el que se produce el discurso oral pedagógico se puede puntualizar que aunque en su estructuración se toma en cuenta la planificación previa, característica de la escritura, ésta es minimizada cuando entra en juego la dinámica propia que establece la oralidad: se repite, se corrige, se retrocede y se reformula. Igualmente surge una temática especializada que funciona de acuerdo con las reglas preestablecidas que rigen el funcionamiento del aula.

Palabras claves.

“Discurso Pedagógico”, “texto escrito para ser dicho”, “planificación textual oral”, “reglas del orden social”, “reglas del orden discursivo”.

Introducción

En el discurso como evento comunicativo se deben considerar aspectos funcionales ya que los usuarios lo emplean para expresar ideas, posturas filosóficas, sentimientos, enseñanzas, etc., lo cual se inscribe dentro de sucesos sociales más complejos.

Un tipo de discurso muy particular es el llamado por Van Dijk (2001), “Diálogo Institucional” (p.22), en el cual la comunicación e interacción se da en contextos regidos por normas y reglas preestablecidas que todos los participantes deben conocer y que provienen de la institución misma. Este es un campo muy rico que permite estudiar la manera como las personas emplean el lenguaje para realizar tareas prácticas y desempeñar roles característicos en contextos institucionales, tales como: enseñar-aprender, negociar, entrevistar, acusar-defenderse, etc.

De los diversos tipos de diálogos institucionales, el discurso “pedagógico e instruccional”, es particularmente interesante pues asume unas características muy específicas, producto de la dinámica que regula el funcionamiento del contexto escolar.

Tomando en cuenta las premisas teóricas de la Lingüística textual, la Pragmática Discursiva y el Análisis del Discurso, este artículo presenta las 28 características del discurso oral pedagógico, luego de analizar la comunicación verbal en una clase de Lenguaje de Educación Básica. Así se describen las funciones de las repeticiones, de las oraciones simples y coordinadas, de los marcadores discursivos, de los rasgos prosódicos y de las hesitaciones y falsos arranques. Igualmente se otorga relevancia a las particularidades del discurso pedagógico, las cuales son determinadas por rutinas previamente establecidas y de estricto cumplimiento, este enmarcamiento regula las reglas de realización para la producción del discurso, éstas tienen que ver con la selección y secuenciación de la comunicación, con el ritmo de aprendizaje, los criterios y el control de la base social para dar paso a un discurso fuertemente ritualizado.

Discurso oral pedagógico

Es común que el aula de clase sea escenario para que convivan los rituales interactivos y las prescripciones escolarizadas. Mediante el acto didáctico, la institución escolar reproduce patrones culturales y sociales, valores, intereses y concepciones previamente establecidas. Entre las que destacan un saber dogmático y prescriptivo practicado a través de la dependencia docente – estudiante, la imposición de la autoridad y la recepción pasiva por parte del subordinado. En opinión de Gutiérrez (1994) “El discurso escolar se desenvuelve en los rituales de contenido, de procedimiento y de control que el docente impone en el aula con un saber descentralizado, apersonalizado y dependiente. (p.2).

De esta manera, la apropiación del saber en el contexto escolar se materializa dentro de un conocimiento transmitido como dogma, esto incide en que el alumno no interactúe directamente con el saber y de acuerdo con sus potencialidades, sino que en la interacción alumno – saber, de manera constante aparece el docente intercediendo, limitando e imponiendo la direccionalidad del saber.

A pesar de esta realidad, en la actualidad, existe una gran preocupación y se hacen importantes esfuerzos para lograr que el aula se convierta en un espacio de apertura de naturaleza social y epistemológica donde el conocimiento escolar se geste como un evento social construido mediante la actividad y el discurso compartido. El proceso de construir conocimientos desde el aula debe estar orientado por una acción pedagógica comunicativa que se preocupe por la estructura semántica, por la manera como el alumno representa, conoce y mitologiza el mundo físico, social y escolar.

Se establece en el aula la llamada “Ecología Conceptual”, este término incentiva el interés y propicia el que la estructura de poder esté relativamente compartida para dar paso a la posibilidad de creación conceptual y de crítica reflexiva por parte de los estudiantes.

Es un hecho que las aulas son lugares con sus propias relaciones de poder y control, sus propios tipos de conocimientos y sus propias formas de utilizar el lenguaje. De este modo, la interacción alumno – profesor es un tipo de episodio social común y reconocible, y todos los episodios sociales requieren que los participantes sigan ciertas reglas o convenciones para desenvolverse en la forma usual y esperada. Así, en el ambiente escolar predomina un “desorden organizado” en el que fluyen emisores, receptores y canales, mediante los cuales se transmite la información, empleando diversos códigos y programas de expresión.

La comunicación verbal dentro de este cosmos es fundamental ya que es el vehículo para hacer funcionar el proceso de investigación – construcción, por lo que la fluidez, la pluridireccionalidad y la no interferencia facilitará la decodificación de los diferentes códigos.

Es importante considerar que durante el acto didáctico predomina la interacción oral, por lo que caracterizar ese discurso reviste gran importancia ya que éste es el medio a través del cual se realiza gran parte de la enseñanza y también a través del cual se evidencia lo que se sabe, “La expresión oral unifica lo cognoscitivo y lo social” (Barnés, 1974, citado por Cazden, 1991: 12), lo que significa que el desarrollo del conocimiento y la acción es un proceso social y comunicativo.

El discurso en el aula puede calificarse como un “texto escrito para ser dicho” ( Domínguez, C . 2002: 2), en

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