EL FACTOR AFECTIVO EN EL DESARROLLO DEL NIÑO

Es importante mencionar que la socialización es el proceso a través del cual los miembros de una sociedad buscan la adaptación del individuo al núcleo social. Tal proceso implica la adopción de normas de conducta, lenguaje, costumbres, rasgos personales deseados y moralidad.

Los seres humanos no poseen una cultura desde su nacimiento; no tienen una concepción del mundo; un lenguaje o una moralidad. Tienen que adquirir todas estas cosas, y se llama socialización al proceso de tal adquisición.

Así, el niño, a partir de sus primeras experiencias sociales y afectivas con su madre, se verá sometido a una serie de influencias que moldearán particularmente y con el avance del tiempo, su manera de desenvolverse.

El desarrollo del niño es dependiente de ciertos campos para que se logre de una manera integral, ya que estas primeras características o capacidades del niño son como se seguirá desarrollando el resto de su vida.

Desde el nacimiento, estas características que tendrán estos campos de desarrollo infantil durante los primeros años de vida del niño se obtienen de las primeras experiencias que vive en el vientre materno, las cuales las obtiene de la madre, ya que todo lo que sucede en la etapa prenatal es de suma importancia y es la primera persona con la cual tiene un intercambio social.

Todos los aspectos que involucran las características del ambiente donde se desenvuelva el niño, dependen de su relación afectiva con las demás personas, sobre todo las más cercanas, en este caso, con la madre, debido a que la relación afectiva entre la madre e hijo es de suma importancia para ello.

Los lactantes deben de estimular todos sus sentidos y quien mejor para ayudarlo a hacerlo que la madre, ya que es con quien tiene el primer estimulo a sus sentidos, como el tacto, gusto, vista y olfato. El primero y el segundo lo experimentan al momento de tener contacto con el seno materno, el tercero al reconocer a su progenitora y el cuarto al percibir el aroma de su piel.

Se ha demostrado que el contacto físico y afectivo materno e infantil tiene un valor muy significativo en el desarrollo del niño, esto favorece a que logre dar mayores respuestas a estímulos que su cuerpo y mente procesarán, por ejemplo: serán menos retraídos, tendrán un mejor índice de desarrollo en la relación con otros y mayor espontaneidad.

Después de analizar lo anterior, considero que lo ideal en una mujer embarazada desde el inicio de su gestación es hacer un lazo afectivo con su bebé, ya que no existe nada mejor que el cariño, afecto y calor de una madre. Se puede decir que son uno solo, por el solo hecho de crecer y desarrollarse dentro de su vientre, esa conexión sirve para identificarse mutuamente desde el primer contacto que tienen al nacer, puesto que la emoción y la experiencia que viven

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