EL PSICOANALISIS Y EL MAESTRO
Enviado por oscardextra • 2 de Enero de 2013 • 918 Palabras (4 Páginas) • 896 Visitas
Ilse Hellman en su texto “El psicoanálisis y el maestro” nos dice que el psicoanálisis en sí mismo no es necesario para enseñar, porque esta teoría es muy reciente, y durante épocas anteriores la sociedad ha dado magníficos maestros que no supieron nada de psicoanálisis. Sin embargo, esta teoría una vez que se dieron a conocer sus hallazgos- ha ejercido bastante influencia en la educación. Nos ilustra que el psicoanálisis resulta importante para el hombre en la medida en que enfoca el estudio de la conducta humana desde varias perspectivas: el genérico, el histórico y el dinámico y por su propósito de hallar relaciones causales entre ellos. Subraya el hecho de que en determinada situación un mismo individuo responde repetidamente de un mismo modo, pero también explica porque hubo de obrar así. Y no sólo revela las situaciones en que se puso en práctica una conducta similar, sino que señala el camino por la cual se intentó una conducta diferente, además de sus fracasos. Es por esto que el psicoanálisis se hace importante en la educación.
Refiere el autor que muchos maestros han manifestado que si bien el psicoanálisis resulta importante conocerlo, es una limitante porque si el niño muestra una conducta cuyo causa se encuentra en sus primeros años de vida, el quitarle esos temores va a depender del analista y no del profesor, o bien, hay otros que expresan su desánimo al cuestionar la ayuda que pudiera brindarles el saber lo que el niño sintió a los tres meses de edad si mañana lo debe enfrentarse en el aula.
También es importante recordar lo que nos plantea Hellman respecto del maestro:
“La conducta y la personalidad reales del maestro forman el centro del cuadro en que puede insertarse una buena enseñanza, pero en sus clases descubrirá que lo que él es y hace realmente de ningún modo suscita la misma reacción en todos sus alumnos…” (p.279)
Conocer este clase de fenómenos puede ayudar al maestro a “…comprender y enfrentar las manifestaciones irracionales de la conducta reveladas por sus discípulos, donde el maestro se halla a sí mismo como el centro del amor, la idealización, el miedo y el odio, el ridículo y la envidia de individuos y grupos, manifestaciones que no corresponden para nada a la situación real dice Hellman. (p. 279 Hay casos de niños que desde el hogar traen el síndrome de sentirse víctimas de algo, y esta actitud la reproducen en el aula. Si acaso el maestro no conoce esto, caerá en la provocación de, por ejemplo, castigar ejemplarmente a este niño, y él en su mente, se sabrá que si en su casa lo tratan como víctima, no tenía por qué ser igual en la escuela. O del niño que se pasa todo el tiempo aprobando y desaprobando otras conductas impeliendo el castigo para quienes no obedezcan. Si el maestro no se da cuenta de eso obrará de acuerdo a la conducta sádica del niño, quien no se siente a gusto hasta que no
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