ENFERMEDADES EMERGENTES VS REEMERGENTES
Enviado por altosanchez • 3 de Octubre de 2014 • 1.688 Palabras (7 Páginas) • 646 Visitas
Una enfermedad emergente es aquella que se presenta por primera vez, con aumento en su incidencia y en la distribución geográfica que afecta. Las enfermedades reemergentes son las que se encontraban bajo control, pero que han reaparecido en los últimos años. Es importante conocer la diferencia entre estos dos tipos de enfermedades así como la normativa aceptada internacionalmente para su prevención y control puesto que como se analizará en el presente trabajo, pequeñas acciones nos pueden salvar de una tragedia epidemiológica.
Enfermedad emergente o reemergente. Ninguna es de fiar.
Por: Luis Fernando Canto Rodríguez
En la actualidad, es importante aprender sobre las enfermedades emergentes y reemergentes, puesto que por ser desconocidas o haber estado controladas en antaño, la experiencia de la población en general y de los trabajadores de salud en cuanto a su manejo y prevención, se ha olvidado o se desconoce. Las reemergentes, de alguna u otra manera se controlaron, por lo que se sugiere que su manejo y prevención son posibles, sin embargo, el hecho de que resurjan indica un fallo en las técnicas usadas para controlarlas, por lo que la primera acción a seguir se debe enfocar en el análisis de la efectividad de los métodos de control y prevención usados hasta el momento. Después, se debe determinar que factor influyó en su reaparición, ya que así se podrán dirigir mejor los esfuerzos para controlar el padecimiento. Sin embargo, esto es en el caso de que surjan epidemias, ya que lo ideal es la prevención. Para lograr esta última, es necesario mantener un registro constante de todas las enfermedades que han existido a lo largo de la humanidad, así como su aparición y desaparición en el globo terráqueo. Aunque esto sería muy beneficioso, es necesario recordar dos puntos muy importantes que dificultan esta cuestión. Primeramente, la mayoría de los países en los que reemergen estos padecimientos no cuentan con un sistema de salud y de epidemiología bien organizados así como con profesionales capacitados para dicha tarea, y en segundo lugar, existen situaciones especiales como los desastres naturales en los que aunque haya un buen sistema de salud, por las características propias de estos fenómenos, es imposible mantener el control de todos los factores que provoquen el resurgimiento de estos padecimientos.
Un claro ejemplo de esta situación, es el brote de cólera en Haití, que surgió a raíz del terremoto acaecido en el año 2010. Uno se puede imaginar este escenario: un país con escasos programas de higiene, pobreza e ignorancia y que además de todo se ve sumergido en una tragedia como un terremoto en el que de por si los sistemas de drenaje, de agua potable y demás servicios, que desde antes se encontraban en mal estado, empeoran, es casi imposible que una enfermedad como el cólera no aparezca de nuevo. Este tipo de situaciones no solo competen al país afectado en directamente, ya que como se menciona en el Reglamente Sanitario Internacional, hay que notificar las emergencias que sean de interés internacional, y si el país no puede con ellas, es obligación de las demás naciones proporcionar la ayuda necesaria.
En cuanto a las enfermedades emergentes se tiene menos información de su evolución así como de métodos eficaces para prevenirlas, situación que provoca temor tanto en la población general como en los profesionales encargados del manejo de estos padecimientos.
En este aspecto, existe una gran diferencia en cuanto a las enfermedades reemergentes ya que en el caso de las emergentes, las causas que las originan pueden ir desde el cambio climático hasta un ataque bioterrorista para el que definitivamente no existen medidas de prevención. Lo único que se puede hacer es iniciar inmediatamente la búsqueda de una cura o de un tratamiento y realizar cercos epidemiológicos para tratar de evitar que se disperse el padecimiento. Un claro ejemplo de esto es la pandemia provocada por la infección con el Virus de Inmunodeficiencia Humana que según la Organización Mundial de la Salud, a finales de 2012 afectaba a 35,3 millones de personas en todo el mundo, y para la cual no hay cura.
El tratamiento consiste en antirretrovíricos que solo aminoran la evolución de la infección, aunque a la larga, ésta terminará con la vida del paciente. Al inicio de la pandemia, los trabajadores de la salud y la población en general no conocían la manera de transmisión del Virus de Inmunodeficiencia Humana y por consiguiente la manera de prevenirlo. Sin embargo, en la actualidad existen campañas e información dirigida a todos los grupos etarios para tratar de disminuir esta infección.
Sin embargo, no nos encontramos a la deriva en cuanto a estas enfermedades, ya que se cuenta con ciertas normativas internacionales como: la Red Mundial de Alerta y Respuesta ante Brotes Epidémicos (GOARN) que sirve para hacer frente a enfermedades que tienen el potencial de convertirse en epidemias y el Reglamento Sanitario Internacional cuya última revisión fue hecha en el año de 2005 y que menciona las obligaciones de los países cuando se presenta una emergencia de salud pública que genere interés internacional. En el caso de la primera, surgió a raíz de la aparición del Síndrome
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