ENSAYO CONCILIACIÓN VIDA LABORAL Y FAMILIAR

Cómo afecta la conciliación a la economía

Desde el punto de vista de las empresas, la conciliación viene motivada por la necesidad de atender a las demandas sociales cada vez más consolidadas por parte de los propios empleados y orientadas a poder atender tanto las necesidades familiares como las profesionales de cada uno. Esta reclamación se viene dando desde el inicio de la sociedad mercantil, la cual ha ido evolucionando al mismo ritmo que han evolucionado las necesidades socio-económicas y culturales.

El análisis económico de la implementación de medidas que faciliten la  conciliación pasa por el cálculo de costes-beneficios que supone para las empresas dichas medidas, pero son pocas las empresas que reconocen realizar dichos estudios económicos. Por un lado es difícil calcular cuantitativamente los mismos y por otro lado las medidas conciliadoras se aplican por Ley más que por convicción, por lo que no se plantean alternativas beneficiosas para ambas partes.

Con el aumento  de la población femenina en el mundo laboral se ha hecho imprescindible tomar determinadas actitudes favorecedoras de la interrelación de la vida laboral y familiar ya que la idónea conjunción de ambos aspectos redunda en beneficio de la empresa como ya analizaremos a continuación de manera más detallada aumentando la productividad, y en consecuencia los beneficios de la empresa.

Por tal motivo la sensibilización de las empresas va encaminada:

• Una remodelación del sistema organizativo para facilitar la conciliación
• Crear un clima de confianza de manera individualizada para atender las demandas
• La conciliación ha pasado a formar parte de la agenda de los recursos humanos en la gran empresa
• Ajustar en paralelo los valores para que se aproximen los objetivos de la empresa y las demandas sociales
• Puesta en marcha de diferentes herramientas de apoyo para la conciliación

Cálculo del coste-beneficio de una política de conciliación:

Se distinguen dos grandes tipos de costes, los costes económicos directos y los costes organizativos.

Los costes económicos son significativos para la empresa cuando se tiene conciencia del desarrollo de acciones de conciliación como por ejemplo las bajas por maternidad, pero sin embargo no se consideran costes excesivamente problemáticos, debido a que las tasas de nacimiento anuales son relativamente bajas y por lo tanto el coste que genera es asumible, por otro lado las medidas más comunes como excedencias o reducciones de jornada vienen acompañadas de una reducción proporcional del salario, y por último hay que tener en cuenta que las empresas no cuentan con estudios  concretos para este tipo de costes por lo que no se sabe con exactitud cómo les afecta, infravalorando por tanto su efecto.

En relación a los costes organizativos la problemática es mayor. Las bajas o excedencias por maternidad generan importantes trastornos para la empresa, sobre todo en aquellas en que un número pequeño de departamentos están desarrollados por mujeres y en los que pueden coincidir varias mujeres embarazadas.

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En el siguiente gráfico, podemos ver la evolución de las excedencias solicitadas por hombres o mujeres desde 2008 hasta el 2012, que nos demuestra como la carga en el cuidado de hijos o enfermos recae de forma palpable en las mujeres y que ha tenido una tendencia ascendente, mientras que en los hombres no ha habido prácticamente variación.

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Elaboración propia

En estos casos si la empresa opta por la sustitución, la misma lleva implícitos determinados costes  como la formación para un pequeño periodo de tiempo, sobre todo para aquellos puestos que requieren mayor especialización. Si la empresa opta por repartir el trabajo también tiene costes administrativos ya que estas obligando a asumir a otras personas o departamentos mayores responsabilidades y que pueden derivar en un perjuicio del clima laboral y un incremento de tensiones laborales.

 Desde una perspectiva estrictamente económica hay que analizar las teorías de la nueva economía familiar, desarrolladas en la década de los 80 y fundamentadas en los conceptos de la teoría económica neoclásica y en las teorías del capital humano de Gary Becker. En ellas el ser humano aparece como un homo economicus cuyo comportamiento está orientado al máximo beneficio, aunque quién toma las decisiones es la unidad familiar en su conjunto. Al realizarse un análisis económico del trabajo domestico da lugar a una monetarización de las tareas domesticas mediante la aplicación de tres métodos:

• El método de coste de oportunidad según el cual el valor de las horas dedicadas al trabajo domestico realizadas por un miembro de la familia se corresponde con el salario que hubiese obtenido si hubiese dedicado esas mismas horas en una ocupación laboral remunerada en el mercado.
• El método del coste de reemplazamiento, que valora el trabajo doméstico con referencia al salario de un sirviente que realizase todo el trabajo necesario en el hogar.
• El método del coste de servicios, muy similar al anterior, procede a desagregar el trabajo doméstico según las distintas funciones en que puede descomponerse, cuantificando en términos monetarios su valor de acuerdo con el salario que se paga en el mercado por los servicios que cubren tales funciones.

Estos métodos han tenido fuertes criticas ya que muchas tareas domesticas no están reflejadas ni cuantificadas como por ejemplo hablar con los profesores, atender las diferentes actividades extraescolares entre otras, pero sin embargo gracias a las distintas valoraciones económicas realizadas en el tiempo han aumentado la valoración del trabajo doméstico.

Si analizamos el tiempo dedicado al trabajo remunerado, vemos asimismo que las mujeres están por debajo de la media de ambos sexos, mientras que los hombres superan la misma, siendo este proceso un reflejo de cómo en la conciliación laboral y familiar queda todavía un largo recorrido.

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Ya sea por elección voluntaria o no, el trabajo a tiempo parcial es femenino, y las mujeres siguen asumiendo el trabajo no remunerado del hogar en mayor proporción que los hombres, como podemos ver a continuación:

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A continuación podemos observar mediante el gráfico adjunto la utilización del tiempo según el género y actividades realizadas, y como en el único aspecto en que las mujeres superan a los hombres en dedicación es en el cuidado del hogar y la familia.

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La realización de labores domésticas sigue recayendo mayoritariamente sobre la población femenina, con independencia de su situación laboral -es decir, sean ocupadas, paradas o inactivas laboralmente-, y se intensifica a medida que se avanza en edad lo que no sucede en igual medida entre los varones.

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