Educación Superior y Desarrollo. Educar, ¿para qué?

Educación Superior y Desarrollo. Educar, ¿para qué?

Introducción

¿Para qué educar?... Esa es la pregunta que debe hacerse todo maestro al tomar la decisión de formarse para la enseñanza… ¿Lo haré para inculcar los valores que me fueron enseñados o intentaré impulsar en mis alumnos el sentido crítico?... Esa es la pregunta que se hará al final de sus estudios como educador. Para responder la pregunta antes mencionada, tenemos que preguntarnos primero: ¿Qué es educar?...para Jean J.Rousseau “educar es volver al hombre racional” (1). En ese sentido podemos decir que somos racionales gracias a la educación, pues si a los seres humanos no nos formaran en  el sentido cultural y social seríamos igual que animales: no tendríamos un pasado que transmitir ni unos conocimientos que legar.

El hombre pasó de ser animal a racional en el momento en que creó el lenguaje, pero eso habría quedado en nada, como le ha sucedido al resto de las especies, si ese lenguaje no hubiera servido para transmitir conocimientos, a través de la educación, esa transmisión es la que ha permitido a la humanidad sobrevivir como el único animal con historia; ya que ese conjunto cultural transferido de generación en generación, hizo posible el avance de nuestra especie, al mostrarnos hasta dónde alcanzaron a llegar nuestros antecesores. Entonces si no tuviésemos esos valores, esa educación, ya sean culturales, sociales o espirituales implicaría que la especie humana sin educación se extinguiría y seríamos pisoteados inmediatamente por la animalidad.

Desarrollo

Somos humanos, seres pensantes, porque recibimos una educación; y la evolución que hemos tenido se lo debemos a ella. Por eso, J. Dewey afirma que “el ideal principal de la educación es proteger, sostener y dirigir ese desarrollo” (2). La persona llega a convertirse en sujeto moral, que equivale a decir “libre”, que es dueño de su voluntad, capaz de comprometerse en el mundo con su propia realización, pues lo que debemos buscar con la educación (el “para qué educar”), es lograr que las personas que nos educan obtengan esa libertad a través de la separación en donde se originó.

En mi concepto, la educación debe impulsar al individuo a ser superior a, quiero decir que debe ir más allá de pensar en que la educación es solamente algo obligatorio para el ser humano, sino que es esencial para superar las creencias cuadradas en que fue educado y así crear nuevas ideas, nuevos conceptos que permitan el desarrollo intelectual de la humanidad. No podemos seguir con los antiguos conceptos de que “para llegar a ser “moral” el hombre debe civilizarse mediante disciplina e instrucción”, pues es esta la idea que debemos superar. Porque tradicionalmente en las escuelas no permiten el espíritu de libertad que el hombre, mujer, niño o niña necesita para ser un creador. Ciertamente por eso tenemos la idea de que el hombre halle sentido a su existencia o a la humanidad, y que en su mente debe estar grabado “acatar las leyes y ser sumiso” sin ideas para renovar ni imaginación para crear.

Por esto, según Rorty, hay una diferencia de concepto entre la izquierda y la derecha de su país, pues para la primera “la educación debe concentrarse en hacer resurgir y restablecer las “verdades fundamentales” que ahora se descuidan o desprecian” y la segunda llama a estas “verdades” el “discurso de poder” de Foucault; por lo que “seguir inculcando ese conocimiento tradicional es traicionar a los estudiantes”. Esto lo resolvieron en USA, según Rorty.

A lo que entiendo, la educación cubre dos procesos distintos: “la socialización y la individualización”, entendiendo por “socialización” a la educación dada hasta la secundaria, allí los estudiantes “tienen el sentido común moral y político de la sociedad tal como es”. En USA, y en probablemente la mayoría de los países occidentales, siguen la estructura educativa clásica, la educación primaria y secundaria.

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