Educar O Enseñar
Enviado por lazglez • 11 de Enero de 2014 • 1.342 Palabras (6 Páginas) • 218 Visitas
¿EDUCAR O ENSEÑAR?
Remitiéndome al diccionario de la lengua española, para tratar de no redefinir lo que ya está definido, encuentro las siguientes acepciones:
Educar: Dirigir, enseñar, encaminar. Desarrollar las facultades intelectuales y morales del niño. Desarrollar las facultades físicas. Perfeccionar los sentidos. Enseñar urbanidad y cortesía.
Enseñar: Instruir. Dar advertencia, ejemplo o escarmiento. Indicar, dar señas de una cosa. Mostrar o exponer una cosa para que sea vista y apreciada.
Mirando estos dos términos a simple vista puedo sacar dos conclusiones: Enseñar, se puede decir, es como el instinto que heredamos de nuestros antepasados –Según mi versión Darvinista sobre nuestros orígenes- de transmitir información y modos de hacer a la siguiente generación. Es una conducta que pienso no es exclusiva de los seres humanos y podemos encontrarla también en otras formas de vida con la que compartimos este planeta, sobre todo aquellas con mas nivel de desarrollo biológico donde, además de la carga intuitiva y de programación genética, también observamos una dependencia de la observación y el aprendizaje de las maneras de hacer las cosas para poder lograr el objetivo primario de todo ser vivo, que es la supervivencia.
Educar entonces sería como un paso superior en la evolución y algo que es ya propio del ser humano y que fue siendo necesario en la medida en que se fue desarrollando y haciendo más complejo nuestro estilo de vida en sociedad y fuimos acumulando conocimientos y maneras propias de hacer que después denominamos Tradición o Cultura. Ya entonces se va haciendo necesario enseñar no solo el modo de hacer, si no también el modo de ser, según las reglas y normas que la propia sociedad en que vivimos nos va imponiendo. Primero en nuestra familia, de una manera inconciente a través del principio acción-reacción vamos aprendiendo lo que se debe y lo que no, lo que está bien y lo que está mal. Por imitación y asociación vamos adquiriendo el lenguaje y dándole a la realidad un significado en nuestra mente hasta llegar a conformar nuestra propia realidad y llegar a la conciencia del Ser. Mientras mas vamos creciendo, más grande también se hace sobre nosotros la exigencia encaminada a un perfeccionamiento individual desarrollando las capacidades humanas sobre todo encaminadas a favorecer la convivencia en el entorno social, a través de la maduración personal.
La gradual acumulación de conocimientos de la sociedad, que se nos hace necesario asimilar para formar las bases sobre las cuales seguiremos formándonos y si es posible llegar a aportar nuestro propio granito de arena, hizo necesaria la intervención de la Acción Docente de una manera ya mas conciente y organizada. En nuestra cultura llamada Occidental –para no perdernos en el tiempo y tomar un punto de partida- primero fueron los grandes maestros filósofos, con sus mentes enciclopédicas, que sentaron las bases de casi todo lo que hoy sabemos. Pero según la enciclopedia de la humanidad iba aumentando sus volúmenes se fue haciendo necesaria la especialización, para no ser, como dice el dicho popular “aprendiz de todo y maestro de nada”. Según se fueron desarrollando las ciencias y el pensamiento, se fue profundizando y dividiendo el conocimiento, y lo que en un principio era una profesión que se transmitía de generación en generación, de una forma práctica y oral, se convierte después en carreras, disciplinas, materias, etc., hasta llegar al conglomerado de opciones a decidir que hoy nos encontramos cuando nos hacemos la gran pregunta: Que queremos ser cuando seamos grandes.
Dentro de todo este conglomerado nos encontramos nosotros los profesores, que un día fuimos estudiantes y tomamos, conciente o inconcientemente, el camino que nos hizo llegar hasta aquí y que ahora tenemos en nuestras manos la responsabilidad de guiar en su camino al que toma hoy su decisión y tiene un sueño que cumplir. En este punto entonces volvemos al principio de esta reflexión y nos toca hacernos la pregunta de en que escalón queremos estar. Si queremos ser simples dadores de información o instrucción, o si queremos subir al siguiente escalón y darle al estudiante
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