El Niño: Desarrollo Y Proceso De Construcción Del Conocimiento
Enviado por elialorena95 • 25 de Septiembre de 2014 • 4.608 Palabras (19 Páginas) • 278 Visitas
ORGANIZACIÓN DEL PROCESO DEL CRECIMIENTO.
El crecimiento del niño en un proceso muy regular y muy organizado. En su mayor parte la estructura del organismo adulto está contenida en el texto en clave, altamente condensado, que portan los genes. Por eso los gemelos idénticos, cuyos genes son idénticos, se parecen tanto. Exámenes y mediciones cuidadosas revelas casi siempre algunas diferencias de tamaño o forma. Su origen está en las múltiples oportunidades que se presentan, durante el largo y complejo proceso intercalado entre la acción química primaria de los genes y la forma adulta final, para que haya desviaciones ligeras, leves discrepancias entre reacciones químicas. Por ejemplo, cuando el ovulo fertilizado se divide para der gemelos idénticos, no es probable que a cada mitad le toque exactamente la misma cantidad de citoplasmas.
A medida que avanzan los procesos químicos, hay ocasión que aumentan progresivamente discrepancias originalmente pequeñas. Por ultimo después del nacimiento, aun en las más favorables condiciones de crianza, los dos niños no tienen jamás medios del todo idénticos, sus hábitos concernientes a la alimentación no son absolutamente iguales, ni tampoco las enfermedades que padecen. La gran similaridad de los gemelos idénticos requiere, pues, una explicación, aun cuando sus genes originales sean los mismos.
El blanco es determinado por la estructura genética; precisamente al igual que dos proyectiles pueden seguir caminos levemente distintos, sin dejar por ello de dar en el banco, dos niños pueden seguir cursos de crecimiento ligeramente diversos y acabar con construcciones físicas prácticamente iguales. Esta capacidad de autocorrección y búsqueda de metas se consideró en otro tiempo una propiedad muy especial de los seres vivos, pero ahora entendemos mejor la dinámica de los sistemas complejos consistentes en muchas sustancias que interactúan y apreciamos que al fin de cuentas no se trata de una situación tan excepcional.
Ciertamente el plan fundamentalmente del crecimiento es establecido muy al principio, en el periodo intrauterino comparativamente seguro. Por ejemplo, un hueso inmaduro extraído de un ratón recién nacido o en estado fetal, implantado bajo la piel de un ratón adulto de la misma capa, seguirá desarrollándose hasta hacerse muy presido a un hueso adulto normal. Inclusive la formación cartilaginosa que representa la etapa que precede a la auténtica producción de hueso reaccionara lo mismo si es trasplantada.
GRADIENTES DE CRECIMIENTO
Una manera en que se exhibe la organización del crecimiento es mediante la presencia de gradientes de crecimiento.
La expresión “gradiente” proviene del supuesto mecanismo al que se deben semejantes fenómenos.
Los gradientes pueden existir durante cierto tiempo nada más en el crecimiento, y ser cubiertos por otros procesos en otras ocasiones. Puede también interactuar con otros gradientes, otra aditivamente, como el gradiente de diferencia sexual y el gradiente mano-hombro. El cambio en los porcentajes de estructura debido a las tres partes componentes es progresivo hasta la edad de 13 años; pero de los 13 a los 17 el gradiente desaparece.
Los gradientes pueden ser muy localizados; es de suponerse que loa mayoría lo son, pues los que conocemos son los que producen efectos muy amplios. Hay, por ejemplo, un gradiente que regula el crecimiento de los dados de manos y pies.
DESORGANIZACION DEL CRECIMIENTO.
La multitud de reacciones químicas que ocurren durante la diferenciación y el crecimiento exige engarce de la máxima precisión.
La forma del cristalino determina hasta qué grado se quebrarán los rayos luminosos para converger en un foco, que debe caer en la retina, pared posterior del ojo. Pareciera, asimismo, que muchos rasgos de cara y cráneo son gobernados individualmente por genes que no influyen gran cosa sobre otros rasgos cercanas. Las etapas finales de crecimiento son plásticas y variables, y en el ajuste de – por ejemplo- los maxilares superiores e inferior intervienes fuerzas de regularización mutua que no reflejan las curvas genéticas originales de las partes discretas, por ejemplo, Kraus, Wise y Frei, 1959.
Estas fuerzas reguladoras que amortizan la velocidad de una parte con otra, o el ritmo de una reacción química con el de otra, no siempre consiguen siquiera dar en un área aceptable alrededor del blanco. Si las fuerzas genéticas originales empiezan siendo demasiado desequilibradas, no puede haber desarrollo normal. Por ejemplo, si uno de los cromosomas humanos se duplica, de modo que en el óvulo fertilizado haya un número y una distribución anormales, de las cuales el mongolismo es la mejor conocida: es un trastorno que aúna anormalidades físicas y defectos mentales.
Hay psicólogos y psiquiatras de niños, por ejemplo Bowlby, que creen que variaciones diferenciales en la velocidad de desarrollos de distintas estructuras y funciones pueden explicar algunas –quizá muchas- diferencias individuales en la estructura de la personalidad, así como explican diferencias de estructuras morfológica.
El desarrollo inarmónico de la esfera psicológica pudiera no significar más que desarrollo inarmónico de la estructura cerebral, conducente a una anormalidad de la personalidad, como en el caso del defecto mental que tantas veces aparece en las personas con anormalidades cromosómicas.
No todo el comportamiento humano se presenta a explicaciones tan deliciosamente sencillas como la del caso de Oedipus anser que estudio Lorenz.
PERIODOS CRITICOS.
Este último ejemplo nos lleva a considerar una cuestión muy discutida tanto por los psicólogos de niños como por los educadores: la de los periodos críticos de crecimiento y desarrollo. Por periodo crítico se entiende determinada etapa de duración limitada durante la cual una influencia particular, de otra área de organismos en desarrollo, o del medio, evoca una respuesta particular.
Un ejemplo de periodo crítico para un acontecimiento patológico es bien conocido por todos: algunos niños cuyas madres padecen sarampión alemán entre la primera y la duodécima semana de embarazo nacen con cataratas y otros defectos. Parece claro que en el embrión muchos de los nexos esenciales del desarrollo son de esta naturaleza. Uno de ellos, al menos, los podemos inferir con alguna confianza. Hombres y mujeres difieren genéticamente en que los primeros tienen un cromosoma X y uno Y, en tanto la segunda tiene dos X. aproximadamente en la séptima semana intrauterina los genes del cromosoma Y, mediante una serie de etapas que ignoramos, hace que el tejido de los órganos reproductores, indiferenciado hasta entonces, se diferencie y forma un testículo. Este es un acontecimiento crítico, ya
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