El arquetipo fue introducido por los neoplatónicos de la edad Imperial para otorgar a las ideas la condición de modelos externos de las cosas, ejemplares originarios de donde deriva todo lo sensible
Enviado por layshavillafan • 12 de Octubre de 2016 • Informe • 2.480 Palabras (10 Páginas) • 236 Visitas
Segundo Parcial Lectura #8
Laysha Vamexy Villafan Muñoz 1675104
- Arquetipo.
El arquetipo fue introducido por los neoplatónicos de la edad Imperial para otorgar a las ideas la condición de modelos externos de las cosas, ejemplares originarios de donde deriva todo lo sensible. Plotino y Proclo desarrollaron una teoría orgánica de los arquetipos para Designar los materiales que forman el Intelecto divino, la segunda hipóstasis qué procede por emanación del Dios-Uno.
Esta doctrina permitió a Plotino introducir dos importantes novedades respecto a Platón
-La teoría de las ideas podían interpretarse en un sentido profundamente religioso hasta tal punto. El mismo concepto de arquetipo fue asumido por San Agustín como “pensamiento de Dios” y las ideas platónicas acabaron por ser consideradas los infinitos modos en que Dios pensó el mundo.
-El planteamiento plotiniano consentir a una revisión de la condena platónica del arte. Para Plotino, la pintura no refleja necesariamente la copia de todo lo sensible mediante el principio de la mimesis, sino que puede utilizar las formas naturales para expresar un significado espiritual.
Si el alma es arrastrada hacia lo trascendente debido al amor por la belleza, entonces hay que emitir la necesidad espiritual del arte y reconocer que es la única capacidad humana capaz de remover el arma del individuo y de infundir se el entusiasmo y el furor por la belleza.
Marsilio Ficino y los neoplatónicos profundizaron en las observaciones plotinianas hasta llegar a convertirlas en el instrumento teórico de una revolución artística.
Las obras de Sandro Botticelli, protagonizaron un intento de demostrar verdades superiores, verdaderos arquetipos conceptuales que representan conceptos filosóficos profundos.
- Ciudad Platónica.
La primera reflexión urbanística durante el humanismo fue planteada por León Battista Alberti, fue también el autor de tres tratados que serían el punto de partida de la renovación de las artes visuales del Renacimiento. Fue un intelectual absoluto y un estudioso de clasicismo, pero sobre todo de las doctrinas de Platón, en las que encontró útiles indicaciones para la arquitectura y el urbanismo. Platón había hablado de la ciudad ideal insistiendo especialmente en la estructura política más que en la edificación, definía el prototipo de ciudadano ideal sin sentir la necesidad de situarlo en un específico contexto urbano. Platón proponía a un nuevo método de afrontar el problema de la ciudad, recreando la como una realidad intermedia entre el hombre microcosmos el macrocosmos.
Toda la República está basada en la comparación sistemática entre la estructura de la ciudad-estado y la del hombre. El hombre es una ciudad viviente. Según la psicóloga platónica las tres almas del hombre se corresponden con tres distintas partes de la ciudad: la Acrópolis, el mercado y el tejido urbano.
El humanismo extrajo una concepción orgánica de la ciudad. Según Alberti, esta “debe de formar un conjunto también estructurado que cualquier modificación la de formar ya totalmente”. Francesco di Giorgio Martini fue aún más explícito: “la ciudad debe tener las medidas y la forma del cuerpo humano”.
En los dos primeros decenios del siglo XVI se publicaron una gran cantidad de tratados sobre la ciudad ideal, eran proyectos destinados a permanecer en el papel pensados para hacerme las representaciones de la idea platónica de la ciudad.
- Fabrica del Cuerpo.
La anatomía fue una de las mayores invenciones del Renacimiento. Los primeros anatomistas europeos concedían el cuerpo humano como algo sagrado y creían que la anatomía les desvelar y a los grandes misterios de la vida.
El flamenco A. Vesalio fue el anatomista que realizó la primera disección en 1537. En 1453 Vesalio público De corporis humani fabrica y Copérnico De revolutionibus orbium coelestium: dos libros revolucionarios que marcaron la emancipación renacentista del prestigio científico de la antigüedad. Vesalio reivindicó la superioridad de la observación empírica y observó que el gran Galeno había cometido más de 200 errores en su exploración anatómica de un mono.
La obra de Vesalio se centra en la atribución del término fábrica al cuerpo humano, concepto generalmente utilizado en arquitectura durante el siglo XV. Analizar el cuerpo como fábrica significa concebirlo como una insuperable obra de arte viva, descubrir su belleza estética y la coherente estructura de sus partes.
En el centro de investigación de Vesalio se encuentran los procesos de cooperación y las relaciones entre los organismos internos. Desde el punto de vista técnico, Vesalio introduce una nueva práctica de disección: se debe proceder según la lógica estructural del cuerpo, mostrando en las relaciones existentes entre los órganos y el conjunto del organismo.
- Aristotelismo/Platonismo.
Al pintar su gran fresco de nombre La Escuela de Atenas, Rafael estuvo seguramente asesorado por un grupo de teólogos y filósofos. La obra tiene un valor tanto estético como documental. La primera observación destacable hace referencia el prestigio adquirido por la filosofía, que ya no es “sierva de la teología”, sino una ciencia totalmente autónoma y emancipada.
El verdadero “mensaje” de la obra es la posibilidad de conciliar la tradición platónica y aristotélica en un único ideal de sabiduría, la composición y gira en torno de las figuras centrales de Platón y Aristóteles.
El resto de los personajes identificables está ubicado según su relación con los dos grandes maestros: a la izquierda se encuentran los personajes místicos y platónicos y a la derecha los filósofos de la naturaleza y los científicos.
Así se sobreentiende que las numerosas variantes del pensamiento griego pueden ser reconducidas a los dos conceptos fundamentales simbolizados por el gesto de la mano hacia arriba el de Platón y hacia el suelo y el de Aristóteles.
La tesis filosófica del cuadro es que es posible y necesaria una síntesis unificadora entre los dos máximos exponentes del pensamiento heredado por el mundo griego.
Esta esperanza de una universal conciliación filosófica estaba solo justificada por la deficiente comprensión de unos textos que inducían a Ficino a otros filósofos herméticos a creer que Platón y Aristóteles podían ser reconciliados no sólo entre sí sino también con el cristianismo y con la magia.
Con el progreso de los estudios, este ideal de unidad resultó imposible y la cultura del renacimiento se dividió en dos corrientes: el naturalismo aristotélico de Telesio y Campanella y el misticismo neoplatónico de Ficino y Bruno.
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