El no lugar, ¿espacio para la creación de la identidad

El no lugar, ¿espacio para la creación de la identidad?

Los no lugares son definidos por Marc Augé en su libro “Los no lugares, espacios del anonimato”, como los espacios que no pueden definirse ni como espacio de identidad, ni como relacional, ni como histórico. Sin embargo se contradice en su frase final cuando menciona lo siguiente: “En el anonimato del no lugar es donde se experimenta solitariamente la comunidad de los destinos humanos.” (Augé, 122) ¿Por qué es contradictorio? Porque por un lado define a los no lugares, como espacios que no proporcionan identidad; y por el otro lado afirma que en los no lugares es donde las personas pasado el trámite contractual del no lugar, pueden ser ellos, con la suma de todo lo que los hace ser, lo que lo convierte paradójicamente en un espacio de identidad.

Lo anterior conlleva a preguntarse lo siguiente: ¿en el no lugar se crea la identidad? En este ensayo se intentará demostrar que esto es incorrecto y que las condiciones de neutralidad que proporciona el no lugar, no crean la identidad, sino que ayudan a que el individuo perciba su verdadera identidad. Para demostrar la hipótesis este ensayo se dividirá en tres secciones; en primer lugar se definirá el concepto del no lugar; en segundo lugar se definirá el concepto de identidad individual; y en tercer lugar se explicará la correlación que existe entre ambos.

Para comenzar este ensayo, es necesario que el lector tenga clara la definición de no lugar. El no lugar es definido por Marc Augé, como un espacio constituido para ciertos fines, en el cual no se establecen contactos interpersonales, solamente hay una relación del individuo consigo mismo. La persona se convierte mientras esté en el no lugar en un ser anónimo. Al estar en un estado de anonimato, el sujeto se siente libre, ya que en el no lugar logra salir de los prejuicios sociales. La libertad que consigue el individuo en este espacio, el cual proporciona condiciones de neutralidad para todos, sirve para percibir su verdadera identidad. En el no lugar la persona logra percibir su identidad, porque mantiene una relación solamente consigo misma; esto le permite no hacer caso a las opiniones de los demás, dado que no pueden existir opiniones por lo menos explicitas y claras en el no lugar pues no existen relaciones interpersonales, esto le favorece para poder reconocer quien realmente es.

El segundo concepto que debe de ser aclarado, es el de identidad. Para definirlo es importante tomar en cuenta lo dicho por Erikson en su libro “Identidad, juventud y crisis” en donde explica la formación de la identidad: “Surge del rechazo selectivo y de la asimilación mutua de las identificaciones…y de su absorción en una nueva configuración que, a su vez, depende del proceso por el cual una sociedad identifica al joven, reconociéndolo como alguien que tenía que convertirse en lo que es y a quien, por ser lo que es, lo reconoce.”

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