El tiempo com tesoro
Enviado por bermariyan • 13 de Abril de 2013 • Informe • 447 Palabras (2 Páginas) • 285 Visitas
EL TIEMPO COM TESORO
Aunque es inexorable y eterno, desde la perspectiva cósmica, el tiempo para nosotros los mortales se tasa en oro. Nuestra volátil presencia en este planeta es precaria ante lo inconmensurable del tiempo y el espacio. Nuestra carrera contra el tiempo comienza desde antes de nacer, estamos a merced de su caprichoso devenir y advertimos que esta dimensión existe por el cambio que sufren las cosas.
En los medios de comunicación se compra tiempo al aire para anunciar un producto y el mensaje debe ser eficaz, impactante, convincente y sucinto. Un profesional experimentado es mejor remunerado que aquel que no ha invertido tiempo en la academia o en la práctica. El fino licor con más años de maduración tiene un coste mayor, proporcional a los años que acumule en ese proceso. El piloto con más horas de vuelo tiene un rango superior entres sus colegas. El veterano en cualquier área es respetado por el tiempo que se granjeó en la experiencia. Acumular tiempo es atesorar dividendos, recurso intangible en apariencia.
Por ello, «debemos ser más avaros del tiempo que del dinero», consagra una sentencia popular. Una de las normas de urbanidad es la puntualidad, valor altruista para el progresista pueblo inglés. Puntualidad en todos los órdenes es sinónimo de honradez: lo es para el empleado porque le obliga a cumplir cabalmente con su jornada laboral, que armoniza con la responsabilidad, otra de las virtudes humanas; también lo es para el resto de los mortales en todos sus compromisos. La puntualidad en una cita cualquiera le evita pérdida de tiempo valioso a la otra persona, y es muestra inequívoca de respeto y cortesía.
La adecuada administración del tiempo salvaguarda los intereses de quienes se relacionan con nosotros y es sinónimo de disciplina y buenos modales.
No podemos detener el tiempo, estamos precisados a marchar a su acelerado ritmo, el no hacerlo nos condena al ostracismo de la cotidianidad social y rivaliza con la nobleza o la hidalguía. Los medios tecnológicos de la sociedad moderna nos permiten ser más eficientes en nuestras obligaciones, facilitan nuestra existencia y nos proporcionan más tiempo para dedicarlo a la recreación. Es inexcusable que no administremos responsablemente este recurso en nuestras relaciones interpersonales.
Ser oportuno en nuestros actos nos garantiza fructuosos dividendos, así lo demuestran los exitosos hombres de negocio, quienes siempre estuvieron adelante de las circunstancias. Ellos son eficientes administradores del tiempo: prodigioso jugador que con todo ha de batir. El tiempo es tan prístino como el universo mismo y seguirá explayándose hasta los confines de la eternidad; es pródigo en abundancia y longevidad, pero paradójicamente nos es esquivo, austero y frugal. Aprovechar la exigua proporción que nos corresponde es apenas sabio… y también rentable.
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