Elogio de las convenciones

Paola V. Álamo Andújar ESPA-3101-LN2

Elogio de las convenciones

Convenir, es decir, dirigirse a un mismo lugar

El civismo, es una agrupación de convenciones que nos lleva a una buena organización de la convivencia. Las convenciones se describen como costumbres arbitrarias, pero que facilitan nuestra convivencia, ya que éstas expresan criterios razonables y entendibles de una manera formal. Aunque el civismo se define como posesión de valores y principios morales; Cardús quiere interpretarlo de otra manera; en consecuencia, cada día hay menos personas buenas y la causante de esto es el fallo de la educación cívica que no es más que la pérdida de valores y principios morales. Por tal razón, el autor insiste que no debemos actuar a partir de lo que creemos sino que nuestras acciones, deben tener consecuencias. Las convenciones son expresiones directas y prácticas y por ello se justifican. Que no se defina el civismo de esa manera no hace que las convenciones se muestren menos censurables, pero la realidad es que hay que llevar una defensa organizada y aceptar la convivencia de recurrir a las convenciones. No podemos encontrar soluciones para el futuro recordando el pasado.

¿Bien educados o buena gente?

Cardús enfatiza más la buena educación que los valores, debido a que ser educado se suele confundir con ser una buena persona. En otras palabras el autor dice que, el que una buena persona se describa como ser sincero de sentimientos y pensamientos, no es sinónimo a una buena educación cívica. Por lo tanto, es más fácil convivir con un hipócrita educado que con un sincero grosero.

Pasar desapercibidos

Para pasar desapercibido hay que ser reservado, no ir por la vida llamando la atención, ser comedido… en fin ser respetuoso. El incivismo se forma de personas mal educadas haciéndose pasar por más de lo que son y siendo irrespetuosos. Independientemente de cuantas veces ocurra los demás tienen esperanzas de que no importa la bondad su conducta cambie. Cada vez es mas difícil convivir ya sea público o privado. Cardús propone hablar sobre el hecho de ser bien educados y del significado real del mismo, pero que hablar de valores y convenciones no significa que las personas terminaran siendo educadas. Sin embargo, no se trata de educación general, sino de la educación necesaria para convivir.

Convenciones necesarias

Para convivir hay que establecer una serie de criterios llamadas convenciones que están constituidas de un sistema de arbitrariedades prácticas. Una arbitrariedad es una decisión discrecional que depende de las preferencias

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