Enseñar a vivir
Enviado por 190920670 • 11 de Febrero de 2021 • Trabajo • 1.859 Palabras (8 Páginas) • 63 Visitas
Lucho por una educación que nos enseñe a pensar y no por una educación que nos enseñe a obedecer. [pic 1]
-Paulo Freire.
María Fernanda Flores Ramírez
UPN LIC. EN PEDAGOGÍA. GRUPO 2GM1
En este ensayo pretendo mostrar la necesidad de un cambio en el sistema educativo y la forma en la que generalmente se enseña en las escuelas, siendo consciente de que un cambio educativo va más allá del deseo o la voluntad, ya que implica planeación, metodología, y a pesar de ello, sus posibilidades siempre son inciertas. (Delgado Santos, Arturo, 2010. Pág. 1147)
Desde que era pequeña, me impusieron la idea de que debía ir a la escuela y hacer lo que me dijeran los profesores sin oponerme a ello, que estudiara con ganas, que tenía que tener un rendimiento académico impecable para alcanzar las mejores calificaciones. Me explicaban que eso me daría un título y eso a su vez me abriría las puertas y la oportunidad de ser alguien en la vida. Aunque… debo ser honesta de que cuando me dijeron que la escuela también era parte de mi preparación para la vida adulta, creo que hablo en nombre de muchos estudiantes de generaciones pasadas y actuales cuando digo que… se han olvidado de enseñarme las cosas más importantes de la vida.
Aunque la escuela y la educación sí nos proporcionan herramientas básicas para vivir en sociedad, tales como el leer, escribir y contar; si bien nos facilita conocimientos (por desgracia separados) de una cultura general de ciencias de la naturaleza, ciencias humanas, literatura, y artes y además se dedica a preparar o a impartir una educación profesional, sufre de una enorme carencia de lo que se relaciona a una necesidad primordial de vivir: aprender a equivocarse y engañarse lo menos posible, reconocer fuentes y causas de nuestros errores e ilusiones, explotar al máximo nuestra creatividad (que hemos estado perdiendo) continuar desarrollando nuestra curiosidad, perder el miedo a trabajar en conjunto y ampliar nuestro sentido reflexivo. De ahí surge la primera necesidad y el primer problema: hay que enseñar a conocer el conocimiento que siempre es traducción y reconstrucción. (Morín, E., & Barcelona, P. 2017, pág. 224)
Por otra parte, tenemos la continua falta de reconocimiento de los problemas complejos, la enorme abundancia de los saberes separados y dispersos, cuya dispersión y parcialidad son en sí mismas fuentes de error, todo ello nos confirma que uno de los problemas clave de nuestra vida de individuos, de ciudadanos y de seres humanos es relativo al conocimiento. No hay lugar donde no se enseñen conocimientos, pero en ninguna parte se enseña qué es el conocimiento, y tampoco se nos lleva a la práctica para entender ese conocimiento. (Morín, E., & Barcelona, P. 2017, págs. 224 y 225)
Dicho de forma más general, y ligado a lo anterior el sistema educativo está basado en el conocimiento; más a mi criterio no aporta las defensas necesarias para afrontar los dilemas de la vida, basados en distintos ámbitos, así como tampoco aporta las defensas necesarias contra el error. No aporta los factores que permiten conocerse y comprender a los demás. No contribuye a los desarrollos de la preocupación, la interrogación (también podríamos entender esto como la curiosidad), o la reflexión sobre la vida buena o aquello que enfrentaremos o viviremos lo que nos quedé de existencia. En definitiva, no se enseña más que a pedazos a vivir, fracasando por lo tanto en lo que debería ser la misión esencial en el ámbito educativo. (Morín, E., & Barcelona, P. 2017, pág. 220)
Ahora, retomando los problemas mencionados con anterioridad, cabe destacar que se nos acostumbró a la idea de la educación como en un producto exclusivo de la escuela, y porque estamos inclinados a presumir que lo que funcionó en los siglos XIX y XX necesariamente dará los mismos resultados en el XXI. (Illich, I.1971, págs. 3 y 4)
Con lo dicho previamente la idea que se tiene de «educación pública» no sólo significa la educación del público dentro de la escuela, repito y cito a Ilich: la educación no es un producto exclusivo de la escuela, también hablamos del público y la educación fuera de ella.
El cuerpo docente de la escuela no podrá ir más lejos ni más rápido de lo que permita la comunidad. Si bien es hoy una necesidad reafirmar la función educativa de la escuela, hay también sin duda graves problemas para lograr ejercerla. Ni la escuela es el único contexto de educación, ni sus profesores y profesoras los únicos agentes, al menos también la familia y los medios de comunicación desempeñan un importante papel educativo. (Bolívar, A. 2006, pág. 119)
En su mayoría, los familiares de los estudiantes, por ejemplo; suelen empeorar el conflicto interior de la institución al negarse (cada vez con más fuerza), a mantener el papel tradicional de re sponsable de los comportamientos de estos jóvenes y niños. (Juan R. C. 2006, pág. 113)
Paradójicamente, la participación de los padres de familia se dispersa. Por un lado, un buen número de ellos se aleja de la escuela y responsabiliza directamente a los maestros del buen o mal desempeño y comportamiento de los hijos, y por el otro lado, un menor número de familiares, reclaman mayor participación en las decisiones de la educación. (Juan R. C. 2006, pág. 119)
Los padres deberían tener en cuenta que el ámbito familiar es el nivel más importante para la primera socialización y la formación de los niños principalmente, hablamos de criterios, actitudes y valores, claridad y constancia en las normas, autocontrol, sentido de responsabilidad, motivación por el estudio, trabajo y esfuerzo personal, equilibrio emocional, desarrollo social, creciente autonomía, etc. La familia es una mediadora para la relación del niño con el entorno, jugando un papel clave que incidirá en el desarrollo personal y social. (Bolívar, A. 2006, pág. 121)
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