Enseñanzas y algo más

Capítulo 6

Enseñanzas y algo más

Contextos y destinatarios

El contexto determina la enseñanza. No es lo mismo enseñar en un centro urbano densamente poblado que una escuela rural.

Contexto puede referirse al medio socioeconómico, al espacio geográfico o al terreno, que puede ser un barrio, una villa o una zona. El determinanismo contextual es bifronte: conocer el lugar y las características peculiares de los destinatarios que lo habitan. Se obtiene el conocimiento de dos maneras: estando y capacitándose.

Conocer el destinatario implica también un “saber quieres son esos pibes”. Se trata de un saber relacional fundado en la experiencia que se enriquece cuando acude a la psicología. El contexto y la psico- pedagogía se imponen entre la enseñanza y los pibes, con el propósito de multiplicar una especie de querer saber a priori sobre el resultado de la enseñanza.

Tanto es el esfuerzo por hacer que los docentes prueben diferentes remedios que olvidamos que no estamos aquí por alguna enfermedad particular, sino por el placer que haber escogido un oficio. Por otra parte, no deberíamos privarnos de someter a escrutinio la nueva y foránea perla educativa, llamada calidad. Porque ahora la cuestión parece centrar en la calidad. Competencia de calidad, como antes eran aprendizajes significados y expectativas de logro.

Cuando alguien habla de gravedad de la importancia del contexto, por un lado, recuerda el papel siempre vigente del determinismo en educación y, por el otro, sin proponérselo deliberadamente, termina por convertir la enseñanza en una arte de adecuación a la demanda.

Vocación

No existe la enseñanza sin vocación, “sin vocación no se va a ninguna parte”, afirma los maestros más viejos. Pero también lo sostienen lo más jóvenes y novatos. El componente afectivo- vocacional ocupa un lugar central. La vocación supone una inclinación, incluso un deseo: el de perseverar en lo que uno quiere y en el esfuerzo que supone llevar ese deseo a buen puerto. La vocación no se comprende descalificándola.

Gratificación personal, los maestros novatos incluyen en su modelo ideal de docente a alguien que siente “gusto, pasión, satisfacción por aquello que hace”. La fuente de esos sentimientos suele provenir de la demostración por parte de los alumnos, de aquello que ellos mismos sembraron.

Trascendencia, uno siembre como enseñante perdura, o quiere durar, desplazarse, ir más lejos de lo que nosotros mismos, en tanto transeúntes contemporáneos y provisorios.

Conocimiento, práctica, competencia y experiencia

Para enseñar no basta con saber, saber en el sentido de conocer los contenidos para enseñar. Para enseñar, resulta necesario contar con un saber específico referido, precisamente, a la enseñanza.

La contradicción entre vocación y formación quedo planteada. En las mismas instituciones formadoras, la vocación para enseñar se consideraba una cualidad que definía el éxito o fracaso del futuro maestro. La formación docente, no puede formar vocación.

Para enseñar hay que estudiar. Así como sin destinatarios, el educador no tiene trabajo, tampoco lo tiene sin un contenido para ser transmitido.

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