Entornos Virtuales

Tema del Ensayo:

Los desafíos del aprendizaje colaborativo en los entornos virtuales.

13 de Diciembre de 2014

Ensayo

Los desafíos del aprendizaje colaborativo en los entornos virtuales.

Introducción.

El aprendizaje colaborativo es manejado en los entornos presenciales de las instituciones educativas, pero con la implementación de las herramientas tecnológicas en los procesos de enseñanza-aprendizaje, se ha venido trabajando en los entornos virtuales para darle un sentido más complejo al aprendizaje colaborativo, donde se implementa la disciplinariedad para observar diversos puntos de vista de los contextos que se estén tratando. Es así, como se espera que en el ámbito educativo se caracterice por una dinámica de construcción de redes entre discentes y docentes que interactúan colectivamente en entornos presenciales y plataformas virtuales.

Por lo tanto, durante este ensayo se podrá analizar partiendo desde el aprendizaje individual para posteriormente poder construir con otros el aprendizaje colaborativo; ya una vez que se haya planteado en qué consiste este proceso, se podrá trasladar hacia el uso de las tecnologías mediante los entornos y/o plataformas virtuales las cuales permiten la creación y gestión de cursos en la web sin que sea necesario conocimientos de alto nivel de programación o de diseño gráfico, mismos que hacen más innovador la construcción de conocimientos en la actualidad. Es así como este documento pretende tomar en cuenta los desafíos sobre el uso adecuado del aprendizaje colaborativo en los entornos virtuales, mismos que se presentan entre los maestros y estudiantes para que compartan sus conocimientos, experiencias y fundamentos, los cuales permitirán arribar a los involucrados hacia las mejores soluciones cuando se les presenten alguna problemática en su vida diaria.

Desarrollo.

Para comenzar con este ensayo es preciso determinar el aprendizaje colaborativo, partiendo desde el conocimiento de uno mismo, para que sea éste la base de información a la hora de construir aprendizajes, es por eso que nos hemos dado a la tarea de investigar sobre esta situación. Comenzamos con mencionar que Hernández, O. (2005), cita a Woolfolk (1993) en su tesis doctoral de educación: La moderna educación basada en nuevas tecnologías de información y comunicación (NTIC), donde afirma que:

“Los estudiantes construyen activamente su propio conocimiento, la mente del estudiante media los datos que llegan del mundo exterior para determinar qué es lo que aprende. El aprendizaje es un trabajo mental y no una percepción pasiva a la enseñanza, las demás personas alrededor de él son importantes pero su rol es de soporte, retan a su pensamiento o funcionan como orientadores o modelos, pero el estudiante es la llave del aprendizaje”.

Es por eso que partimos de la idea de que para que se construya un aprendizaje colaborativo, primero cada integrante debe de poseer un soporte que le permita contribuir mediante su participación la fundamentación teórica o práctica sobre un hallazgo. También Johnson et al. (1993) nos menciona que el aprendizaje colaborativo es el uso institucional de pequeños grupos de tal forma que los estudiantes trabajen juntos para maximizar su propio aprendizaje y el los demás. Con esta forma de aprender no pone en manifiesto que el trabajo individual sea malo, sino que es parte del proceso para poder llegar al trabajo colaborativo, donde cada integrante del equipo con sus conocimientos previos puedan aportar para construir un nuevo conocimiento con base en la responsabilidad de cada uno de ellos y el de sus compañeros.

Ya una vez teniendo las bases cada uno de los integrantes del equipo, lo que prosigue es la socialización para poder compartir sus conocimientos y esto sólo se logra mediante la comunicación, es así como Senge, P. (2005), nos reafirma lo siguiente:

[La disciplina del aprendizaje en equipo comienza con el “diálogo”, la capacidad de los miembros del equipo para “suspender los supuestos” e ingresar en un auténtico “pensamiento conjunto”] (pág.19).

Es por eso que cuando cada integrante posee una idea, teoría, pensar o sentir acerca de un tema y lo transmite a los demás, son ellos mismos los que contribuyen con sus puntos de vista (fundamentados), esclareciendo dudas y llegan a la construcción de un nuevo aprendizaje por parte de todos los involucrados. Senge atribuye nuevamente que los equipos aprenden de veras, no sólo generando resultados extraordinarios con el aprendizaje colaborativo sino que también favorece a que sus integrantes crezcan con mayor rapidez, es decir, que van progresando intelectualmente, ya que van produciendo en cada uno de ellos un andamiaje cognoscitivo.

Es agradable saber que el aprendizaje colaborativo permite que todos los del equipo aprendan, sin embargo Díaz, A. (2009) nos señala que “el aprendizaje colaborativo sigue teniendo el mismo problema que un trabajo grupal, esto es, que no sólo se vincula con el conocimiento y el manejo de técnicas grupales (lluvia de ideas, corrillos, entre otros), sino con la comprensión de que las manifestaciones grupales tienen significados particulares: hay que saber diferencias las posibilidades de trabajo grupal en cada situación didáctica” (pág. 79).

Por tal motivo, debemos analizar si de verdad estamos ejerciendo el aprendizaje colaborativo con los integrantes de un equipo o sólo hacemos como que trabajamos conjuntamente, cuando en la práctica sólo se les está asignando esta responsabilidad a uno o a dos integrantes del equipo, por decir algo. Es preciso entonces, ponernos a reflexionar sobre la importancia que tiene consigo el poder construir conocimientos conjuntamente, asumiendo el compromiso de realizar dicha actividad como debiera de ser, con un líder que sea capaz de ir orientando el nuevo conocimiento, ya que de eso depende que crezcamos más intelectualmente. Para esto nos pareció interesante mencionar a Morales, et al. (2009), quien cita a Panitz y Panitz (1998) quienes nos dicen que el aprendizaje colaborativo es ante todo una filosofía personal que no se reduce a un conjunto de técnicas de trabajo en el aula, por lo que la colaboración parte del consenso a través de la cooperación de los integrantes del equipo, mismo que es estructurado por el docente, es decir, que la adquisición del aprendizaje colaborativo es amplio, por lo tanto el facilitador es el responsable de ir orientando las participaciones para ordenar dicho conocimiento.

Entonces, podemos cuestionarnos ¿en realidad estamos trabajando en equipo en nuestras consignas?, ¿qué papel estamos jugando como docentes? y ¿realmente aprendemos todos? Consideramos que a través de nuestra educación escolar hemos venido trabajando “por equipo”, pero que en realidad no como

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