Entrevista a Ever Guzmán

Un equipo de fútbol, es conformado por once jugadores en una cancha denominada reglamentaria para practicar el Fútbol Asociación, pero más allá de esa cantidad de elementos existen jugadores “sustitutos” aquello que esperan una posibilidad para entrar al campo de juego y demostrar a su entrenador su talento en los pocos o muchos minutos que les brinda.

Hace exactamente 10 años, Jesús Ramírez un entrenador para ese entonces desconocido en el ámbito del fútbol mexicano contaba con un hombre que más bien era un niño, capaz de cumplirle esa enmienda, la cual muy pocos han podido resaltar con ese calificativo, que en el deporte de las patadas se le conoce como el “talismán” del equipo.

El nombre de ese chico era Ever Arsenio Guzmán Zavala, quien actualmente reside en Ciudad Victoria ya que para este Apertura 2015 llegó como flamante refuerzo del Club Correcaminos, el representativo del balompié profesional más icónico de la historia en la capital tamaulipeca, el cual milita desde hace más de 20 en división de plata del fútbol mexicano.

Termina un día más de entrenamiento en el Centro de Formación, y es que Correcaminos se prepara para su encuentro de la Jornada 10, en la cual visitarán Ciudad Juárez, la mayoría de los elementos naranjas caminan hacía los vestidores o el gimnasio del “nido”, sin embargo Ever se dirige hacia nosotros para de esta manera platicar de lo sucedido hace 10 años.

El “Cheno” como también se le conoce, le concedió en exclusiva a 5inco Deportes un pasaje al pasado, mismo que retorna hacía una década atrás, cuando contaba con apenas con 17 años, pero con la etiqueta de haber sido el único de los 20 jugadores que conformaban la plantilla que ya había debutado en la primera división.

“Muy bonito, gracias por su tiempo y por la invitación, mi sentir a 10 años es alegría porque pasan por mi cabeza cosas muy buenas al saber que quedamos en el cariño de la gente, que nos sigan dando espacio para recordar esa fecha tan importante para los que participamos en ese campeonato del mundo, creo que es algo que nos va a llenar de alegría y de emoción, siempre lo vamos a disfrutar y creo que el fútbol mexicano también, fue un mundial juvenil pero que demostró que México si se lo propone está para grandes cosas y la calidad la tenemos, sólo hay que saber explotarla porque demostramos que si se puede”, dijo en primera instancia.

El nacido en Celaya, Guanajuato nos contó acerca del proceso por el que tuvo que pasar para ser parte de ese selecto grupo participaría en el Campeonato Mundial de Fútbol Sub 17 de la FIFA 2005, que tendría lugar en Perú y acepta que mucho tuvo que ver su prematuro debut en la Primera División Mexicana, esto cuando vestía la camiseta de Monarcas Morelia, equipo donde se formó futbolísticamente y que el Uruguayo Eduardo Acevedo le dio esa oportunidad la cual pocos jóvenes tienen un 15 de mayo de 2004, era la última jornada del Clausura de ese año cuando el cuadro Purépecha vencía 4 - 1 a Pachuca y fue en el minuto 73 cuando el adolescente Ever Guzmán empezaba su camino en el balompié profesional.

“Fue bastante difícil, tres cuatro años preparándonos para esa Copa, sabíamos la manera en la que habíamos pasado, la manera en la que habíamos trabajado y entonces sabíamos que llegaríamos de la mejor forma porque sólo teníamos en mente salir campeones. Me ayudó bastante (debutar en Primera División), porque yo entrenaba con verdaderos profesionales y aunque no estuviera jugando el estar día a día conviviendo con ellos hace que suba tu nivel en todos los aspectos, de alguna forma me ayuda ser parte del primer equipo de Morelia”, enfatizó.

El delantero rememoró el inició de aquella justa mundialista que le cambiaría la vida, misma que el combinado tricolor inició con dos victorias de 2 – 0 y 3 – 0 ante Uruguay y Australia respectivamente, mientras que en el último partido de la fase de grupos caerían 2 – 1 con Turquía, encuentro donde precisamente Ever anotó su primer gol del certamen. De ahí en adelante se enrachó y convirtió gol en Cuartos de Final en contra de Costa Rica, en la goleada propinada a Holanda en Semifinales y en la Final ante Brasil.

“Se jugaba de una manera muy agradable, había muchos goles y muchas llegadas, el equipo se defendía bastante bien que estaba muy equilibrado en todas sus líneas y no puedes hablar sólo de los que meten goles, si no de la gente que estaba bien parada para no recibir, la media cancha que ponía los balones, todos fuimos importantes y pusimos nuestro granito de arena para que saliera de la mejor manera y logramos cumplir el objetivo”.

Llego el día histórico en el Estadio Nacional de Lima, aquella noche del 2 de octubre de 2005 era el momento indicado para poner en alto el nombre de México en el ámbito deportivo, en frente se tenía a un mostruo  del fútbol mundial como lo es Brasil al cual doblegarían y pasarían por encima de principio a fin; el actual jugador de la Real Sociedad de San Sebastían pondría el 1 – 0 a los 31 minutos de juego, enseguida Omar Esparza haría el 2 – 0 con un gran disparo cruzado de larga distancia y por último cuando agonizaba el encuentro llegó el chico Guzmán a ponerle la cereza al pastel, el cual nos describió.

“Vela agarra un balón en una falta adelante del medio campo, nos comunicamos con la mirada y me manda un pase para dejarme solo, por ahí los brasileños pedían fuera de lugar pero estaba habilitado, me sale el portero queda el balón en medio, cuando iba a tirar me tapa un defensa y lo recorto para pegarle de zurda, luego me fui a festejarlo a la tribuna porque le fui a mandar un beso a mi mamá que estaba en la tribuna. Es algo que siempre va a estar en mi memoria y cada vez que lo platico es con una sonrisa porque fui un gran momento para mí”, recordó.

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